Los detalles que han pasado desapercibidos en el Baile de la Rosa de Mónaco
Los Grimaldi brillaron con luz propia en el Baile de la Rosa
Charlene regresó al Baile de la Rosa tras varios años de ausencia
El Baile de la Rosa de este año en Mónaco ha generado aún más expectación que en ocasiones anteriores, no solamente por la presencia de la diseñadora Ágatha Ruiz de la Prada -en el caso de los españoles-, sino porque ha sido una de las primeras apariciones públicas de Carlota Casiraghi desde que comenzaran los rumores de separación de Dimitri Rassam. Tras la publicación de las primeras imágenes de la hija mayor de la princesa de Hannover junto al escritor Nicolas Matthieu, muchos esperaban que Carlota aprovechase esta cita para ‘presentar’ oficialmente a su nueva pareja. Sin embargo, no ha sido así.
Carlota ha acudido sola al Baile de la Rosa, mientras que su hermana menor ha vuelto a estar acompañada de su pareja, Ben Sylvester Strautmann. La princesa Alexandra de Hannover lleva varios años de relación con este joven alemán aunque, por ahora, no tiene intención de dar un paso más en su romance. Eso sí, Sylvester Strautmann es como uno más entre los Grimaldi.
Sin embargo, al margen de la ‘soledad’ de Carlota Casiraghi, una de las cuestiones que más ha llamado la atención en esta cita, en el que el dress code estaba marcado por la época disco, ha sido la reaparición de Charlene. La esposa del príncipe Alberto ha vuelto al Baile de la Rosa, del que lleva ausentándose una década, y ha puesto fin así a los rumores de mala sintonía con su cuñada, con la que ha rivalizado en elegancia con un sofisticado jumpsuit de color dorado de Elie Saab. Carolina, por su parte, ha renunciado a Chanel y ha reciclado un diseño de pailletes en negro de Lanvin, un detalle con el que el protagonismo ha ido a parar a su cuñada.
Una inesperada ausencia
Al margen del retorno de la princesa Charlene a esta cita, en la que siempre ha brillado de manera especial la princesa de Hannover y su entorno, ha resultado llamativa la ausencia de su hijo mayor. Esta vez, Andrea Casiraghi y su esposa, Tatiana Santo Domingo, no han estado presentes en la velada, a pesar de que no suelen faltar a esta cita. Por el momento, no se conocen los motivos de su ausencia al Baile de la Rosa aunque, dado el hermetismo que suele caracterizar a los Grimaldi, es poco probable que trasciendan las razones por las que no han estado en la Salle des Étoiles del Sporting Club, acompañando a la princesa Carolina de Mónaco.
Sí que han estado, además de las dos hijas de la princesa de Hannover, el hijo menor de Carolina de Mónaco, Pierre Casiraghi, en compañía de su esposa, Beatrice Borromeo, que ha derrochado elegancia con un discreto modelo de tirantes de color dorado.
Tampoco han estado ninguno de los hijos de la princesa Estefanía de Mónaco aunque, en este caso, no resulta algo llamativo. Pauline y Luis Ducruet, así como Camille Gottlieb no suelen acudir a este compromiso, aunque sí que asisten a otra de las grandes citas del Principado: el Baile de la Cruz Roja, previsto para dentro de algunas semanas.