El detalle que ha pasado desapercibido en el último acto de la reina Isabel
A pesar de su estilismo ha llamado la atención, una fotografía de 'atrezzo' marca un punto diferente en su relación con los Sussex
Solo podíamos fijarnos en su look, pero las últimas fotografías de la reina Isabel II cuentan mucho más. El último acto oficial de la monarca británica ha provocado más reacciones de las esperadas. Si bien es cierto que su atuendo elegido genera más incertidumbres que certezas ya que se trata de una de las escasas ocasiones en las que monarca inglesa elige un vestido tan diferente a los que suele portar. Su elección ha sido un bicolor rojo y morado repartido en cuatro cuadros a lo largo del compuesto.
Sin embargo, más allá de los superfluo, hay un detalle en las instantáneas que podría dar una vuelta a la situación del país vecino. Entre los marcos de fotografías que adornan la estancia del palacio inglés, hay una de ellas que se diferencia del resto. Se trata de un cuadro de Harry y Meghan. Un gesto que no solo invita a una reconciliación tras el famoso Megxit sino que además rompe con lo que algunos medios británicos aseguran sobre que existe un abandono por parte de la casa real británica a la joven pareja. Un gesto de unión que se prevé no ha sido un acto involuntario ni fortuito ya solo hay que echar la vista atrás unos meses para saber que no siempre tuvo la misma postura con su nieto y su mujer. En el discurso de Navidad que cada año ofrece a los ciudadanos, la reina Isabel optó voluntariamente por no poner ninguna fotografía de ellos.
Tras la decisión que el pasado mes de enero tomaron los royal, se acerca la fecha para que el ‘divorcio’ se haga oficial. Será el próximo 31 de marzo cuando Meghan y Harry abandonen finalmente sus obligaciones reales y comiencen una vida conservando únicamente su título como Duques de Sussex. Sin embargo y peses a todas las informaciones que les desunían a la familia, lo cierto es que el pasado 9 de marzo, hubo otro acercamiento. Meghan y Harry acompañaron a la reina Isabel a la Capilla Real de Todos los Santos en Windsor para asistir a la cita dominical de la monarca. Un gesto que hacía muchos meses que no se producía y que muchos interpretan como que siguen queriendo a la familia.
Con estos dos pequeños gestos, se prevé que la salida oficial de los Sussex será mucho menos agresiva que lo que los acontecimientos primarios apuntaban.