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Una pieza histórica para un nuevo Rey: la Corona de San Eduardo se prepara para Carlos III

  • Andrea Mori
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Tres meses después de la muerte de la Reina Isabel, ya se han puesto en marcha algunos de los preparativos relativos a la Coronación de su hijo mayor. Aunque Carlos lleva siendo rey desde el momento en el que falleció su madre, el pasado mes de septiembre, no será hasta el mes de mayo cuando el monarca sea oficialmente coronado, en una ceremonia que no tendrá la misma pompa que la de la anterior soberana, pero sí igual significado histórico. A diferencia de otros países en los que hay tradición de abdicación, como es el caso de Holanda o Bélgica, en el Reino Unido, el Rey lo es por derecho divino y, por tanto, es cuanto menos extraño que renuncie a su papel y a su compromiso con Dios. Es por este motivo por el que la abdicación de Eduardo VIII para casarse con Wallis Simpson supuso un escándalo de tal magnitud a mediados del siglo XX.

Coronación de la Reina Isabel en la Abadía de Westminster. / Gtres

Al margen de cuestiones dinásticas e históricas, en estos momentos todos los ojos se encuentran puestos en el papel de Carlos III y en los preparativos de una Coronación que será mucho más discreta que la de su madre. La fecha ya se ha anunciado de manera oficial, pero no son muchos los detalles que han trascendido por el momento. Como suele ser habitual en estos casos, el Palacio de Buckingham controla mucho la información que se distribuye. Se sabe que será el día 6 de mayo, jornada que coincide, curiosamente, con el cumpleaños del hijo mayor de los duques de Sussex, Archie Harrison. No se ha hecho pública por ahora la lista de asistentes, por lo que no se sabe si Harry y Meghan estarán presentes en este importante evento.

Según ha confirmado el Palacio de Buckingham, una de las piezas más destacadas de la jornada será la Corona de San Eduardo. Está histórica joya ha sido la pieza central de la coronación de los monarcas en Inglaterra durante más de 350 años, y tal como se ha anunciado, ya ha sido retirada de la Torre de Londres para ser modificada para la Coronación del rey Carlos III el próximo mes de mayo.

Curiosamente, la Corona lleva utilizándose desde la Coronación del Rey Carlos II en 1661, tras la restauración de la monarquía tras la de república de Oliver Cromwell. Esta pieza sustituyó a una versión medieval que, según se cree, se remonta al reinado del siglo XI de Eduardo el Confesor.

La Corona de San Eduardo está compuesta por un marco de oro macizo en el que se encuentran engastadas diversas piezas, tales como rubíes, amatistas, zafiros, granates, topacios y turmalinas. Además, cuenta con cuatro cruces patadas y cuatro flores de lis, así como con un gorro de terciopelo con una banda de armiño. Es una pieza que pesa más de dos kilos, de lo que se quejaba la propia Isabel II.

La Reina Isabel con la Corona de Estado. / Gtres

Pese a que es una de las joyas más importantes del tesoro de los Windsor -junto con la Corona de Estado-, no es, sin embargo, la más cara. Un calificativo que se atribuye al collar que el Nizam de Hyderabad regaló a la Reina por su boda con el príncipe Felipe y que la anterior monarca ha prestado en alguna ocasión a Kate Middleton.

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