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Un cumpleaños agridulce para la nueva princesa de Gales. La esposa del príncipe Guillermo celebra su 41 aniversario, el primero desde la muerte de la Reina Isabel el pasado mes de septiembre y desde que asumiera su nuevo título. Una fecha simbólica por estas circunstancias, pero marcada también por la polémica de la biografía del príncipe Enrique, en la que el príncipe Guillermo es uno de los peor parados.
En los últimos días el duque de Sussex ha acaparado titulares desde que comenzasen a filtrarse adelantos de su biografía. Si bien ya se han emitido las dos entrevistas relacionadas con este texto que, en principio, sale a la venta el día 10 de enero, lo cierto es que desde el pasado jueves ya estaba disponible en algunas librerías de nuestro país. Es más, ya desde hace más de una semana que se han ido conociendo algunas de las revelaciones más impactantes del texto, como la presunta agresión del príncipe de Gales a su hermano menor tras una discusión relacionada con Meghan Markle. Una cuestión sobre la que el Palacio de Buckingham no se ha pronunciado y no parece que vayan a hacerlo, al menos, de momento. Una estrategia que responde a una de las cosas que el propio Enrique ha dicho: «never complain, never explain» -nunca te quejes, nunca des explicaciones-.
En medio de esta guerra entre los duques de Sussex y ‘La Firma’, que ha puesto en especial en el punto de mira al Rey Carlos III y a su hijo mayor, se encuentra la princesa de Gales. Durante muchos años, Catalina formó, junto a su marido y su cuñado, una suerte de ‘trío perfecto’ que, para gran parte de la población, constituía el reflejo ideal de lo que debía ser el futuro de la institución. Un status quo que se rompió con la llegada de Meghan Markle, aunque las causas reales no se han llegado a conocer -solo sabemos versiones parciales-.
La nueva realidad de ‘La Firma’ ha puesto a Catalina en una posición delicada, en medio de dos puntos opuestos difícilmente reconciliables. No hay que olvidar que fue ella la que, en el funeral del duque de Edimburgo, se colocó entre los dos hermanos y, desde fuera, parecía que era la que mediaba para que la cordialidad volviera a su relación. Algo que, a día de hoy, se antoja impensable.
De carácter tranquilo, paciente y sobre todo cauta, a lo largo de estos años Catalina ha sabido ganarse el cariño de los británicos. Si durante un tiempo fue objeto de críticas -incluso por parte de la Familia Real-, ahora la princesa de Gales ha encontrado su sitio y es uno de los grandes valores con los que cuenta ‘La Firma’, por delante incluso de la propia Reina Consorte con la que, por cierto, mantiene una relación muy buena.
A diferencia de Camila, la princesa de Gales no ha tenido que ‘borrar’ ninguna mancha escandalosa de su trayectoria y tiene como modelo a la Reina Isabel, algo que se refleja en sus looks y en su comportamiento. Eso sí, sin perder de vista guiños puntuales a Diana, consciente de que este detalle es fundamental para su marido y también para los británicos.
Sin embargo, en este momento, su situación es complicada. A pesar de que siempre ha tenido una especial conexión con Enrique, las declaraciones del duque de Sussex ponen también a la Princesa en la cuerda floja, no solo por los ataques directos a Guillermo, sino porque también hay referencias a Middleton. Apuntes que contrastan, y mucho, con la complicidad que ha existido entre ellos a lo largo de los años y que, para quienes han podido ver su evolución son absolutamente incomprensibles, sobre todo, después de que fuera el propio Enrique el que renunció a la sortija de compromiso de su madre -que le correspondía por herencia-, para que siempre la llevara la futura reina. Decepción y desilusión son, quizás, las palabras que más suenan ahora mismo en la cabeza de la princesa de Gales, una mujer que por su situación, al igual que hizo la Reina Isabel a lo largo de toda su vida, tiene que anteponer la institución a todo lo demás.