El posible reencuentro de don Juan Carlos y doña Sofía
El pasado 17 de septiembre todos los ojos estaban puestos en el Real Club de la Puerta de Hierro de Madrid. Allí, en la más estricta intimidad, Carlos Zurita recibía las aguas bautismales y el rey don Juan Carlos ejercía de padrino del pequeño, primer hijo de su sobrina preferida. A pesar de que se esperaba la presencia de la reina doña Sofía, la Reina no asistió. Dicen que la boda del hijo de unos amigos en Londres se lo impidió y provocó que don Juan Carlos solo contara con el apoyo incondicional de su hija la infanta doña Elena en uno de sus años más complicados. Dada la situación, la imagen de los Eméritos juntos desde los últimos escándalos, no se ha vuelto a producir, y de eso hace ya más de cinco meses.
Sin embargo, la cosas podrían cambiar este fin de semana. El próximo domingo 30 tendrá lugar el enlace del hijo de uno de los nietos de Miguel de Rumanía, primo predilecto de la reina doña Sofía. Se trata de Nicholas Medforth-Mills, que contraerá matrimonio con la joven periodista Alina-Maria Binde. La boda será en la ciudad de Sinaia, en el Castillo de Peles, el que fuera antiguo refugio estival de la Familia Real Rumana en los Montes Cárpatos.
En diciembre del pasado año, durante los funerales del rey Miguel, los padres de Felipe VI acudieron juntos a las exequias, motivo por el cual no sería extraño que pudieran asistir al enlace, aunque no haya confirmación oficial.
Un ‘príncipe’ sin título
Pese a que Nicholas ostentó en su día el título de príncipe y tuvo tratamiento de Alteza Real, su abuelo, el rey Miguel lo apartó de la línea de sucesión en 2015, dos años antes de su muerte. Eso no ha frenado al joven para que en sus invitaciones de boda pueda leerse: «Nicolás de Rumanía, hijo de Su Alteza Real la Princesa Elena de Rumanía». Sin embargo, tal como confirmaban fuentes de Palacio, es muy posible que ni siquiera su madre, hija mediana del rey Miguel, asista al enlace: «Su matrimonio no es un matrimonio real, sino un enlace privado. La casa de Su Majestad no tiene nada que ver con esta ceremonia y ningún integrante de la familia real rumana asistirá”, advirtió un portavoz del Palacio Elisabeta de Bucarest.
Fue el 10 de agosto de 2015 cuando Miguel de Rumanía decidió quitar los derechos dinásticos a su nieto. Una decisión difícil pero que estuvo motivada porque su hija mayor, la entonces princesa Margarita y heredera de la Corona no tenía descendencia. El Rey no estaba muy conforme con el comportamiento, en público y privado, de su nieto , hijo de su hija mediana, Elena, en quien recaería la sucesión tras la muerte de Margarita, por lo que decidió excluirle de la línea. «La familia real y la sociedad rumana de estos tiempos necesitarán un dirigente bajo el signo de la modestia, bien equilibrado, con firmes principios morales y que siempre piense en el servicio a los demás», decía el comunicado emitido por la Casa Real Rumana.
Nunca se supieron los motivos reales del ‘destierro’ del príncipe, pero los rumores apuntaban a que podía estar implicado en negocios ilegales o que incluso mantenía conductas sexuales ‘inapropiadas’. Sin embargo, según fuentes cercanas a la familia, Nicholas estuvo entonces de acuerdo con la decisión de su abuelo, algo que nunca pudo confirmarse y que a tenor de su actitud , no era cierto.
Una boda por todo lo alto
Los festejos del enlace arrancarán a las 13:30 con la llegada de los invitados cuyos nombres, hasta ahora se desconocen. A las 14:20 está previsto que hagan su entrada los novios y a las 14:30 comenzará la ceremonia religiosa, que durará una hora. Más tarde, sobre las 16:30, los novios saludarán a los curiosos desde el balcón del Casino Sinaia, donde a las 18:00 tendrá lugar una recepción. Esta es la primera boda ‘real’ que se celebra en la localidad desde hace 70 años, ya que tanto Miguel de Rumanía como sus hijas han contraído matrimonio fuera de las fronteras del país.
Por si esto no resultara suficiente, hay previstos más festejos tanto para el lunes como para el martes, aunque aún están por anunciar los detalles. Está claro que el príncipe destronado tiene intención de regresar por todo lo alto.