El regalo ‘envenenado’ del príncipe Alberto de Mónaco a Charlene
El inexplicable plantón de Charlene a Alberto de Mónaco en el día de su cumpleaños
El golpe de efecto de Charlene de Mónaco: escapada familiar y protagonismo absoluto
La oportuna reaparición de Charlene que eclipsa la vuelta de Carolina y Estefanía
La mano amiga de Charlene entre las herméticas filas de los Grimaldi
Sorpresa desde el Principado de Mónaco cuando el príncipe Alberto acaba de cumplir 65 años. Según apunta la revista francesa Closer, el soberano firmó el pasado verano un decreto en el que designaba a su esposa, la princesa Charlene, como regente en el caso de que él muriera. Un movimiento que no debería resultar llamativo, de no ser porque esta posible regencia estaría marcada por una serie de limitaciones.
Tal como ha confirmado la publicación, en caso de falta del soberano -por fallecimiento o bien por incapacidad- y hasta la mayoría de edad del heredero, el príncipe Jacques, la princesa Charlene sería la regente, pero tendría que contar con el llamado Consejo de Regencia, que se encuentra formado por siete personas. Se trata de un grupo integrado por personas de alto rango en la jerarquía del Principado que, en realidad, tendrían la última palabra sobre los temas importantes.
Esto significa que, a pesar de que Charlene asumiera la presidencia del Consejo de Regencia, no tendría la potestad para decidir y cualquiera de sus pasos se encontraría limitado por la opinión del resto de miembros de este organismo. Una realidad que no resta valor al voto de confianza del soberano en su esposa, aunque, de facto, limita mucho su margen de acción, a no ser que consiguiera ponerse de acuerdo con el resto de miembros del Consejo de Regencia y convencerlos de su opinión.
El hecho de que el soberano haya firmado ya este decreto evidencia que, a pesar de que no tiene problemas de salud, el Príncipe ya está pensando en la sucesión. El hermano de la princesa de Hannover ocupa el trono desde el año 2005, justo tras la muerte de su padre, el príncipe Rainiero, cuyo centenario se cumple precisamente este año. A pesar de que no hay constancia de que el soberano tenga ningún tipo de problema, su edad, sumada a que el heredero es aún muy joven, hace necesario dejar atadas las cosas para evitar que haya dudas en futuro. Es más, es probable que la crisis de salud que atravesó su esposa el pasado año le haya hecho pensar detenidamente en este tema, ya que Charlene estuvo más de un año alejada del Principado y algunas fuentes aseguraron que se llegó a temer por su vida. Por fortuna, la Princesa ya está completamente recuperada y se ha reincorporado a su actividad con absoluta normalidad.
Aunque fue el pasado verano cuando el príncipe Alberto hizo esta modificación, no ha sido hasta ahora cuando ha llamado la atención, gracias precisamente al citado medio francés, que habla de las ‘órdenes soberanas’ de Palacio. En una de ellas, con fecha de junio de 2015, se apuntaba que la mujer del soberano ostentaría la regencia en los siguientes términos: «Si el príncipe heredero es menor de edad en el momento de la muerte o abdicación del príncipe reinante, la regencia la ejerce, en el primer caso, la esposa del príncipe fallecido o, en su defecto, el heredero mayor de edad más próximo a él en el orden de sucesión». Esto implicaría de manera directa a la princesa Carolina, que es la siguiente en la línea de sucesión mayor de edad. Sin embargo, la nueva orden ha hecho algunos cambios.
En la nueva situación, se especifica que es un Consejo de Regencia el que se tiene que ocupar de garantizar la transición hasta la mayoría de edad del heredero: «Si el príncipe heredero es menor de edad en el momento de la muerte o abdicación del príncipe reinante, la regencia es ejercida por el Consejo de Regencia». Así las cosas, Charlene preside el Consejo, pero no tiene potestad para tomar decisiones de manera unilateral. No han trascendido los motivos por los que se ha hecho este cambio ni se espera que el Palacio se pronuncie al respecto.