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El Principado de Mónaco celebra estos días una de sus fiestas más importantes. Entre el 26 y el 27 de enero se dedican varios actos a Santa Devota, patrona del Principado. Una cita muy especial para el pequeño país, en la que la Familia Grimaldi siempre tiene un papel destacado. Tanto en la tradicional ‘quema de la barca’ como en la misa en la Catedral del Principado suelen participar el príncipe Alberto y otros miembros de la familia, como es el caso de su esposa, sus hijos menores, la princesa de Hannover o la princesa Estefanía. Sin embargo, este año, la situación ha cambiado.
El anuncio hace unos días por parte del departamento de comunicación del soberano del positivo en coronavirus del Príncipe ha alterado de manera significativa su agenda institucional y aunque se ha confirmado que Alberto se encuentra bien y no tiene síntomas, por recomendación facultativa permanece sin tener contacto con nadie.
Esto ha provocado que no pueda participar en los actos de celebración de Santa Devota que, por segundo año consecutivo, se celebran con destacadas ausencias. El pasado año fue la princesa Charlene la que no pudo asistir, dado que se encontraba convaleciente tras volver de Sudáfrica y fue Alberto, junto a sus hijos y la princesa Carolina, quien acudió a las celebraciones.
Este año, la princesa Charlene ha sido la gran protagonista de las celebraciones, de manera casi absoluta. El día 26 por la tarde, la esposa de Alberto de Mónaco presidió la ‘quema de la barca’ con sus dos hijos, los príncipes Jacques y Gabriela, y junto a la prima del soberano, Melanie-Antoinette Costello de Massy, con la que Alberto mantiene una relación muy estrecha. A diferencia de otros años, ni rastro de Carolina de Mónaco, ni tampoco de otros miembros del clan Grimaldi.
Este viernes, cumpliendo con los pronósticos, la Princesa ha acudido a la misa en la Catedral del Principado. Con una tímida sonrisa y vestida de gris, Charlene ha ejercido de representante de la Familia Grimaldi en este importante acto. A su lado, la prima de Alberto, Melanie-Antoinette, pero nadie más de la familia más directa. Un detalle que ha llamado poderosamente la atención, dado que en ocasiones anteriores no han faltado a esta cita otros rostros conocidos, especialmente, la princesa de Hannover.
A pesar de que el príncipe Alberto no ha podido participar en la misa, el soberano no ha dudado en salir a saludar desde el balcón del Palacio Grimaldi en un día tan especial. Con mascarilla y junto a su mujer y sus hijos, Alberto no ha querido perder la oportunidad de dejarse ver en esta jornada, tan importante para Mónaco. Por el momento no se sabe cuándo podrá retomar su actividad con normalidad, pero desde el Palacio Grimaldi confirman que se encuentra bien.