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REFUGIO 'PRIVADO'

El refugio secreto y exclusivo que Carolina de Mónaco comparte con sus hijas

  • Andrea Mori
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La residencia de Roc Agel y el yate Pachá III son dos de las posesiones más especiales para la familia Grimaldi que, durante varias décadas ha disfrutado de los veranos en la fortaleza en las inmediaciones del Principado de Mónaco o en el impresionante barco surcando el Mediterráneo. Mientras que Roc Agel suele ser refugio preferido del príncipe Alberto y su familia y de Estefanía de Mónaco, el caso del Pachá es diferente, ya que en su cubierta se suele ver solo a Carolina y sus hijos, nueras y nietos. Sin embargo, no es este el único refugio de la princesa de Hannover.

Una de las propiedades más importantes para la Princesa es la mansión que tiene en la isla de Cavallo, una reserva natural que se ubica entre Córcega y Cerdeña y que se conoce como ‘la isla de los millonarios’. Un lugar en la que la hermana de Alberto de Mónaco se siente a salvo de presiones y miradas indiscretas, algo más complicado cuando está a bordo del Pachá.

Carolina de Mónaco con Casiraghi y dos de sus hijos. / Gtres

La mansión en la isla de Cavallo es una de las casas más desconocidas de la familia Grimaldi, dado que el acceso a la zona es muy complicado dado que, además, es el único archipiélago habitado en la zona de las islas Lavezzi, ubicadas en el estrecho de Bonifacio. La casa lleva el nombre de Villa Carolina y es prácticamente inexpugnable, no solo la residencia, sino también la playa privada con la que cuenta.

Tal es la privacidad que ofrece la isla, que muchas de las zonas están protegidas. De hecho, se prohíbe la navegación y se restringe al máximo la presencia de barcos. Un detalle que hace que Cavallo tenga unas de las aguas más cristalinas no solo de Europa, sino también del mundo, con nada que envidiar a otras zonas como Mauricio, Seychelles o Maldivas.

Carolina de Mónaco con Casiraghi y su hijo Pierre. / Gtres

La princesa Carolina guarda un importante cariño a esta isla y a su residencia. De hecho, se rumorea que fue allí donde conoció al que se considera el gran amor de su vida, Stefano Casiraghi, fallecido trágicamente a finales de los ochenta. Según lo que se publicó en su momento, el flechazo se produjo a bordo de un barco, pero no se ha concretado si fue en la zona de Córcega o Cerdeña aunque cada vez hay más fuentes que creen que fue en Cavallo, la isla secreta de los Grimaldi. No obstante, con la primera persona con la que Carolina visitó la zona fue con su primer marido, Philippe Junot y más tarde volvió con Ernesto de Hannover.

De hecho, poco después de conocerse su relación, la pareja compró la casa en Cavallo, donde pasaron algunos de los momentos más felices de su vida, tanto solos como con sus hijos. Es cierto que tras la muerte de Casiraghi, Carolina se refugió en La Provenza durante unos años, aunque acabó volviendo a Cavallo, donde sus hijos -especialmente Carlota- han tomado el testigo

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