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Camilla Parker-Bowles dejó hace muchos años de ser la ‘mala’ de la película de los Windsor. Sin embargo, no ha sido hasta principios de 2022 cuando por fin se ha quitado el estigma de eterna segundona. Fue la propia Reina Isabel la que, coincidiendo con el setenta aniversario de la muerte de su padre, el Rey Jorge VI y las celebraciones de su Jubileo de Platino, quiso despejar toda duda sobre el título que habría de llevar Camilla cuando ella ya no estuviera: “Es mi sincero deseo que, cuando llegue ese momento, Camilla sea conocida como reina consorte mientras continúa su propio y leal servicio”, dijo la monarca en un comunicado.
Unas palabras con las que la madre del ya Rey Carlos III zanjaba cualquier tipo de especulación sobre el título que debía llevar su nuera, a la que no siempre vio con buenos ojos, no solo ella, sino la opinión pública, muy condicionada por la tragedia en torno a Diana de Gales. Es más, de no haber fallecido la Princesa en tan fatídicas circunstancias es poco probable que el entonces heredero se hubiera casado con su amor de juventud.
No hay que olvidar que incluso la Reina Isabel rechazó desde el primer momento a Camilla, a la que no quería ver en ninguna circunstancia, aunque con el tiempo fue sabiendo ver su valía, hasta el punto de ser consciente de que es, sin duda, una de las piezas clave del complejo engranaje de ‘La Firma’.
Siempre discreta y en un segundo plano, Camilla nunca ha intentado eclipsar a Carlos, cuyo carácter es, a la par, temperamental e inseguro. Prueba de lo primero ha dado muestras en los primeros días de su reinado, en los que ha sido ampliamente criticado por sus ‘malas formas’ cuando ha habido algún que otro fallo de protocolo. Un detalle que contrasta no solo con la templanza de la ya reina consorte, sino también con su hijo mayor, que ha heredado el carácter calmado de su madre que, por otra parte, era capaz, de eclipsar a su marido incluso sin quererlo.
Pero el camino de Camilla hasta el puesto que ocupa hoy no ha sido ni mucho menos fácil, aunque hay que reconocer que tampoco lo ha recorrido sola. La paciencia ha sido la mayor de sus virtudes y el tesón y el compromiso son dos de los rasgos con los que más conectaba con la difunta Reina Isabel. Dos cualidades que, sin duda, han ayudado mucho a que borre la imagen de ‘villana’ que se forjó en el pasado, cuando todos apuntaban hacia ella como la causante de la crisis entre los príncipes de Gales. No en vano, la propia Diana no dudo en decir que “en su matrimonio había tres personas, por lo que estaba un poco concurrido”.
La decisión de Camilla de no adoptar nunca el título de princesa de Gales ha sido una de las mejores de sus años a la sombra de Carlos. Como duquesa de Cornualles ha sabido labrarse una imagen sin mácula, nueva, servicial y alejada de estereotipos, pero ella no es la única responsable de esta metamorfosis de malvada a casi heroína.
Más allá del firme compromiso y la devoción que ha mostrado el Rey Carlos III por ella, Camilla ha tenido un reducido grupo de personas que la ha asesorado en cada uno de sus pasos. Durante los años en los que ha ejercido como duquesa ha contado, en especial, con tres mujeres que la han ayudado en sus tareas. Se trata de Joy Camm, Amanda McManus y Sophie Densham. Esta última es la que más cerca está de la reina consorte, su secretaria personal, con la que goza de una relación casi tan especial como la que Angela Kelly tenía con la Reina Isabel.
Sophie ha permanecido siempre a la sombra de Camilla, igual que Camilla ha sabido estar a la sombra del que durante tantos años ha sido príncipe de Gales y que ahora se embarca en la gran aventura de su vida. Porque en realidad, tras casi cincuenta años a la espera de ocupar el trono, el reinado de Carlos III se antoja complicado, en un momento en el que muchos tienen ya sus ojos puestos en los príncipes Guillermo y Catalina y que podrían aprovechar cualquier oportunidad para provocar el relevo generacional. El papel de Camilla será decisivo para templar el fuerte carácter de un rey que, durante toda su ya larga vida solo ha sido un heredero a la espera. Y Sophie estará al lado de su reina para todo lo que ella necesite, eso sí, sin que nada trascienda.