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CENA DE GALA

El paso definitivo de Camila Parker-Bowles en el joyero de la Reina Isabel

  • Andrea Mori
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El Palacio de Buckingham se ha vestido de gala. La residencia oficial del Rey del Reino Unido ha sido el escenario de la primera gran cena desde la muerte de la Reina Isabel el pasado mes de septiembre. El Rey Carlos ha ejercido de anfitrión en la visita de Estado del presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, a Londres. Un viaje que estaba planeado antes de la muerte de la madre del nuevo monarca, pero que se ha producido con Carlos III como jefe del Estado. Sin embargo, no ha sido el soberano el único que ha debutado en este acto -también ha sido la primera cena de gala para el jefe del Ejecutivo, Rishi Sunak, en su nuevo papel-, en el que, como era de esperar, los príncipes de Gales, en especial, Catalina Middleton, han acaparado gran parte de la atención.

Catalina Middleton en una cena de Estado / Gtres

Una velada en la que las dos damas principales de la Familia Real han brillado con luz propia. A pesar de que la Reina Consorte es Camila Parker-Bowles, casi todas las miradas se han posado en la nueva princesa de Gales, a la que no se veía con tiara desde antes de la pandemia, cuando acudió a una recepción diplomática celebrada también en el Palacio de Buckingham.

Catalina Middleton ha apostado por un vestido blanco con hombros adornados en pedrería, obra de Jenny Packham. Una elección de lo más elegante y sofisticada con la que la esposa del príncipe Guillermo ha vuelto a hacer gala de su exquisito gusto estilístico en una jornada tan importante como la vivida hoy.

Catalina Middleton en una cena de Estado / Gtres

Esta mañana, en el recibimiento al presidente de Sudáfrica, Catalina Middleton sorprendía al llevar un broche reservado a la esposa del príncipe de Gales. Una pieza con un importante valor histórico que en el pasado también le vimos a la propia Diana. No faltaron tampoco unos pendientes de perlas que pertenecieron a su suegra.

No ha habido grandes sorpresas en lo que respecta a las joyas, más allá de un esperado homenaje a la Reina Isabel en forma de orden. Como tiara, la princesa de Gales se ha decantado por la Lover’s Knot, una de las diademas que en su día fue favorita de la princesa Diana por su estructura basada en diamantes y perlas.

Camila Parker y el Rey Carlos en una cena de Estado / Gtres

Por su parte, la Reina Camila se ha decantado por un estilismo en azul eléctrico con los bordados y las transparencias como principales protagonistas. No obstante, si hay algo que caracteriza a la esposa del Rey Carlos es su capacidad para permanecer en un segundo plano, sin llamar la atención, consciente de su papel y del lugar que ocupa. Un detalle que, por cierto, la diferencia enormemente de Diana de Gales, que siempre acaparaba de manera irremediable todas las miradas.

Pero lo cierto es que en esta última ocasión, y teniendo en cuenta que se ha colado de lleno en el joyero de la Reina Isabel, Camila ha acaparado todas las miradas, dejando incluso a Catalina en una posición más relegada ahora que esta última es la princesa de Gales y ella es la Reina consorte. El detalle que ha hecho que la esposa de Carlos III sobresalga no es otro que el uso de la tiara de zafiros belgas, una de las joyas más emblemáticas de la que fuera soberana y que lució en su día para su retrato canadiense.

Una joya con mucha historia

De esta manera, Camila Parker ha revalidado su importante papel al frente del trono británico y siendo así la mano derecha del Rey Carlos. Y es que, esta tiara de zafiros combinaba a la perfección con su look, aportando además un valor sentimental que gira en torno a todo el clan Windsor dada la historia que hay detrás de la diadema en cuestión, que forma parte del tesoro de la Familia Real británica dada la curiosa historia que posee.

Camila Parker en una cena de Estado / Gtres

En primer lugar, cabe destacar que no se trataba de una tiara en sus inicios, si no de una gargantilla que la princesa Luisa María de Bélgica había recibido de su padre, Leopoldo II de Bélgica, antes de abandonar a su marido y primo segundo por lo que posteriormente fue desheredada. Ya lejos de su familia y viviendo junto a su amante, Luisa María estuvo envuelta en un escándalo de falsificación al que hizo frente vendiendo las piezas de la joya en cuestión a nada más y nada menos que la Familia Real británica, la cual se encargó de transformar la gargantilla en una tiara que el Rey Jorge VI regaló a su hija por su boda con el príncipe Felipe, al igual que una pulsera, unos pendientes y un collar.

Unos años después, todas esas joyas fueron usadas por Isabel II para posar con la mejor de sus sonrisas en su Jubileo de Zafiro, celebrando así sus 65 años al frente del trono británico; y más tarde en 2020 para llevar a cabo un retrato para Canadá, teniendo en cuenta que la pieza había viajado junto a ella a Francia, Praga, Polonia e incluso Pakistán.

Un menú especial

Mientras que por la mañana solo se ha visto al ‘núcleo duro’ de la Familia Real, a la cena han asistido otros miembros de los Windsor. Se ha podido ver a la princesa Ana y a los condes de Wessex, que son un gran apoyo para la nueva monarquía del Rey Carlos, al igual que los duques de Gloucester y el duque de Kent. No obstante, ha llamado especialmente la atención la presencia de una dama de honor de la Reina Isabel, Annabel Whitehead, quien fue un pilar fundamental de la monarca en vida y ahora también lo es de su hijo.

En los últimos días se han estado revisando todos los detalles para que esta visita sea todo un éxito y no se ha dejado nada al azar. Más allá de las implicaciones naturales de este tipo de compromisos, no hay que obviar que se trata de la primera en la que Carlos III ejerce como anfitrión, por lo que adquiere una mayor relevancia, como era de esperar.

Desde las cuentas oficiales en las redes sociales de la Familia Real han revelado algunos detalles de cómo han sido los preparativos para esta visita, como es el caso de la elaboración del menú que se ha servido en esta velada, en el que no han faltado guiños al país homenajeado.

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