Así ha cambiado Mary de Dinamarca desde que la conocimos hasta ser Reina
Era una joven australiana con una vida cotidiana
La vida de Mary de Dinamarca ha dado un giro de 180 grados. El pasado 31 de diciembre de 2023, la Reina Margarita, contra todo pronóstico, anunció que abdicaba, motivo por el cual, Federico y Mary Donaldson se han convertido en los nuevos Reyes de Dinamarca. Desde sus días como ciudadana común hasta su ascenso como Reina, su vida ha capturado la atención del mundo y ha dejado una huella imborrable en la historia moderna de la realeza.
Unos inicios muy alejados de la Realeza
Antes de que Mary Donaldson se sumergiera en la fastuosidad de la realeza, era una joven australiana con una vida cotidiana. Nacida en Hobart, Tasmania, su infancia transcurrió en un entorno modesto y familiar.
Mary llevaba una vida usual, con una carrera exitosa en el mundo de la publicidad y el calor de su familia. Sin embargo, el destino tenía reservado un giro extraordinario que cambiaría su día a día por completo.
Su encuentro con la realeza
El momento crucial llegó en el año 2000, cuando Mary conoció al Príncipe Heredero Federico de Dinamarca durante los Juegos Olímpicos en Sídney. Este encuentro fortuito marcó el inicio de una historia de amor que eventualmente la llevaría a los salones reales de Dinamarca.
La conexión entre Mary y Frederik trascendió las fronteras geográficas y culturales, dando paso a un romance que cautivó la atención del público.
La boda Real
La historia de Mary Donaldson dio un giro decisivo cuando, en 2003, el Príncipe Frederik le propuso matrimonio. Aquella joven australiana, que un día llevaba una vida común, estaba a punto de embarcarse en un viaje que la convertiría en un miembro fundamental de la realeza danesa.
El compromiso real no solo unió a dos personas, sino también a dos mundos diferentes. La pareja se dio el ‘sí, quiero’ el 14 de mayo de 2004 en la Catedral de Copenhague. Una velada sin ninguna sorpresa y con las lágrimas de Felipe como únicas protagonistas.
Transformación estilística
A medida que Mary se preparaba para su nueva vida, su estilo experimentó una transformación sorprendente. Dejando atrás la moda casual y los atuendos cotidianos, adoptó un guardarropa digno de una princesa. Vestidos elegantes, tiaras centelleantes y accesorios impecables se convirtieron en parte integral de su imagen pública. Su evolución estilística reflejaba no solo la transición hacia la realeza, sino también su habilidad para mezclar la tradición con un toque moderno y personal.
Compromiso social y humanitario
Con su entrada en la Familia Real danesa, Mary Donaldson no solo asumió responsabilidades protocolarias, sino que también se convirtió en una voz activa en cuestiones sociales y humanitarias. Su compromiso con diversas organizaciones benéficas y su defensa de temas como la salud mental y la igualdad de género la destacaron como una figura relevante en la escena internacional.
La maternidad
El matrimonio de Mary y Federico dio lugar a un aumento de la familia. Juntos han tenido cuatro hijos, Cristiano de Dinamarca, Isabel y los Gemelos Vicent y Josephine.
Durante estos años, la Reina ha equilibrado sus deberes reales con el cuidado de su familia. En múltiples ocasiones se ha podido ver a la nuera de Margarita II tener gestos cariñosos con sus hijos.
Reconocimiento Internacional
La transformación de Mary Donaldson no pasó desapercibida en la escena internacional. Su gracia, elegancia y compromiso con causas nobles le valieron reconocimiento y elogios en todo el mundo.
Desde la portada de revistas de moda hasta su inclusión en listas de mujeres influyentes, Mary ha dejado una marca duradera que va más allá de las fronteras danesas.
Su nueva vida como Reina
Convertida ya en Reina, Mary continuará con la labor que desempeñado hasta ahora, centrada especialmente en el medioambiente y las mujeres. “Espero con ansias todo lo que está por venir. Ver crecer a mis hijos y, cuando estén preparados para ello, formar sus propias familias, disfrutar de todos los nuevos capítulos y envejecer con mi Federico”, confesó cuando cumplió cincuenta años.