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CONTROVERSIA

El arzobispo de Canterbury pone fin a la polémica sobre la ‘boda secreta’ de los Sussex

La boda secreta de la que habló Meghan Markle en su polémica entrevista con Oprah Winfrey ha generado una gran controversia en el Reino Unido

  • Andrea Mori
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Una boda secreta tres días antes de la oficial. Este es uno de los temas de los que los duques de Sussex hablaron con Oprah Winfrey en la polémica entrevista que mantuvieron con la presentadora y que ha puesto en el punto de mira a la damilia real. Según afirma Meghan Markle, la pareja se casó tres días antes del enlace del que fue testigo el mundo entero: “nadie lo sabe”, aseguraba la exactriz.

La duquesa de Sussex reveló a la presentadora que ella y Harry se pusieron en contacto con el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, a quien le pidieron que los casara en privado: “le llamamos y le dijimos que este espectáculo es para el mundo, pero queremos nuestra unión entre nosotros”, afirmó Meghan.

Según sus declaraciones, la pareja llevó a cabo un intercambio de votos en el patio trasero de su residencia, ellos dos y el arzobispo. Sin embargo, esta revelación ha generado mucha polémica. Y es que fuentes oficiales de la Iglesia aseguran que se trató de una conversación privada de la pareja con el arzobispo, pero no una ceremonia como tal.

Meghan Markle reveló a Oprah que ella y Harry se casaron en secreto / CBS

El reverendo Mark Edwards ha investigado la cuestión basándose además en todas las solicitudes de bodas privadas que ha recibido a lo largo de la pandemia y que se ha visto obligado a rechazar. El reverendo Edwards, vicario de St Matthew’s, en Dinnington, y St Cuthbert’s, en Brunswick ha asegurado al “Daily Mail” que un miembro del personal de Lambeth Palace le ha dicho que “Justin Welby no hace bodas privadas”. Sin embargo, las declaraciones por parte de Markle han generado confusión entre el clero. “Nos pone a los sacerdotes en una posición difícil sobre lo que constituye una boda en la Iglesia de Inglaterra”, mantiene Edwards.

Las reglas sobre los matrimonios en la Iglesia de Inglaterra son muy claras y hay que seguirlas. En el libro oficial para clérigos se establece que es responsabilidad del reverendo asegurarse de que se cumplen los requisitos de la ceremonia, tales como la prohibición de casarse con menores de dieciséis años, casos de poligamia o relaciones familiares cercanas. También se establece que debe haber al menos dos testigos y el público debe tener acceso sin restricciones al edificio durante cualquier ceremonia de para permitir objeciones válidas contra el matrimonio.

Además de esto, una pareja que ya está legalmente casada no puede volver a hacerlo, a no ser que haya alguna duda sobre la valides del matrimonio anterior. Si no existen anomalías en el matrimonio anterior y la pareja solo desee pasar por una nueva ceremonia, es necesario informar de que ya está legalmente casada ​​y que no existe una disposición legal para completar los preliminares del matrimonio.  A todo esto. Hay que añadir otras normas, como el uso de una tinta negra especial permanente para registrar matrimonios, preparar copias certificadas trimestrales y emitir certificados.

Se ha generado una importante polémica sobre la boda de la pareja / Gtres

Fuentes cercanas al arzobispo de Canterbury han asegurado que en el jardín de los Sussex no se celebró ningún tipo de ceremonia antes de la que tuvo lugar en la capilla de San Jorge, pero no ha querido pronunciarse de manera directa ya que se trata de un asunto privado. Sin embargo, ha generado una gran controversia en la Iglesia de Inglaterra: “es un tema de interés público”, asegura el reverendo Edwards. Por su parte, el reverendo Tiffer Robinson, responsable de varias parroquias en Suffolk, asegura: “creo que el arzobispo debe aclarar lo que sucedió o no sucedió tres días antes”.

La reina Isabel y el arzobispo de Canterbury en una imagen de archivo / Gtres

De quien por ahora no ha habido declaraciones es de la reina Isabel, que además es cabeza de la Iglesia de Inglaterra. No obstante, todo apunta a que se trató de una conversación privada entre los duques de Sussex a modo de ensayo previo al enlace, algo que suele realizarse en la mayoría de las bodas, aunque habitualmente tiene por escenario el mismo lugar de la celebración.

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