La única herencia inmobiliaria que Marisa Paredes ha dejado tras su muerte

Ha sido la noticia más inesperada de la semana.  Marisa Paredes ha fallecido de forma repentina el pasado 17 de diciembre, a los 78 años, debido a un fallo cardíaco fulminante. Como no podía ser de otra manera, además de sus seres queridos, numerosas celebridades de la industria del cine se han mostrado devastadas por la pérdida de la actriz, evidenciando que la huella que ha marcado en el séptimo arte será imborrable. Sin embargo, su legado profesional no ha sido el único aspecto que se ha destacado tras su muerte, ya que el patrimonio y la herencia que deja también se ha situado en la primera línea mediática de los últimos días.

Marisa Paredes residía en un piso de más de 130 metros cuadrados ubicado en la calle de Piamonte, en el barrio madrileño de Justicia. Allí vivía con su pareja, Chema Prado, ex director de la Filmoteca Española. Tras su fallecimiento, se desconoce qué ocurrirá con la vivienda, ya que no está claro si existe un testamento que le permita a Prado continuar residiendo en el inmueble o si será la hija de la actriz quien heredará la propiedad y decida el futuro de la misma. En el caso de querer vender el inmueble, se desconoce la cifra en la que estaría valorado, pero lo cierto es que se trata de una de las zonas más exclusivas de Madrid en la que el metro cuadrado supera los 10.000 euros.

Esta sería la única herencia inmobiliaria que habría dejado Marisa Paredes tras su muerte, la cual se desconoce quién la recibirá definitivamente. No obstante, es importante destacar que, a lo largo de su vida, tal y como publica Semana, regaló a su hija, nacida fruto de su relación con Antonio Isasi-Isasmendi, un piso en el centro de la capital, concretamente en la Plaza del Ángel de Lavapiés. De hecho, es donde vive actualmente la única descendencia de la actriz y donde atravesará, a partir de ahora, el complicado duelo de la pérdida de su progenitora.

La mansión en la que también vivió Marisa Paredes

Aunque Marisa Paredes estaba muy a gusto viviendo en el centro de Madrid, tal y como ella misma destacó durante una entrevista para la web AISGE (Artistas Intérpretes, Entidad de Gestión de Derechos de Propiedad Intelectual), donde aseguraba que «le fascinaba caminar por sus calles», lo cierto es que también vivió a las afueras de la ciudad durante una larga época. Y es que residía en una propiedad de más de 3.000 metros cuadrados ubicada en Pozuelo de Alarcón. Sin embargo, un accidente de coche le obligó a replantearse una mudanza inmediata. Y así lo hizo. Anteriormente, también vivió en las Torres Blancas y en la Plaza de Santa Ana, donde pasó su infancia.