Almuerzo en Gibraltar y cena en Marbella: la escapada de Trump Jr. y Bettina que todos comentan
Donald Trump Jr. y Bettina Anderson protagonizaron una romántica e inesperada cita durante una breve escapada a Marbella
La pareja se dejó ver brevemente en el hotel Puente Romano antes de que Trump Jr. viajara a Gibraltar
Tras regresar a Marbella para una última cena, ambos abandonaron la ciudad al día siguiente
La sorpresa saltó en Marbella este fin de semana, donde Donald Trump Jr. y Bettina Anderson protagonizaron una romántica e inesperada cita que rápidamente despertó la atención mediática. La pareja, que suele mostrarse reservada respecto a su vida privada pese al enorme foco que rodea al clan Trump, disfrutó de una breve escapada a la Costa del Sol que mezcló trabajo, discreción y un toque de glamour. Aunque el viaje tenía un propósito estrictamente profesional para Trump Jr., la presencia de Bettina convirtió la visita en un pequeño paréntesis íntimo dentro de una agenda marcada por compromisos empresariales y estrictas medidas de seguridad. Bastó que ambos aparecieran unos segundos bajo la lluvia para que el momento se convirtiera en uno de los más comentados del fin de semana.
La pareja se alojó en el lujoso hotel Puente Romano, donde un notable dispositivo de seguridad (vehículos de la embajada, agentes uniformados y un equipo de escoltas), blindó la zona ante la llegada del primogénito del presidente estadounidense. Bettina, siempre elegante y extremadamente discreta, apenas fue vista durante unos instantes cuando se dirigía al restaurante Sea Grill, el mismo lugar en el que ella y Trump Jr. celebraron una cena íntima en un ambiente que suele atraer a celebridades de todo el mundo. Desde Robert De Niro y Ricky Martin hasta Eva Longoria, muchas personalidades han elegido este enclave para desconectar, y no fue diferente para la pareja Trump-Anderson.
La estancia en Marbella, sin embargo, no fue únicamente un gesto romántico. El verdadero motivo del viaje estaba ligado a una reunión que Donald Trump Jr. mantuvo el viernes en el Madison Building, un prestigioso complejo de oficinas situado en Gibraltar. Allí se encuentran importantes firmas legales y empresas de alto nivel, entre ellas el bufete Hassans, uno de los más influyentes de la colonia británica. Trump Jr. permaneció en el lugar durante más de tres horas para atender un encuentro relacionado con un ambicioso proyecto tecnológico previsto para los próximos años.
La comitiva que lo acompañaba, compuesta por cuatro vehículos oficiales, fue escoltada por la Policía Nacional durante su trayecto por la AP-7, debido a las habituales retenciones en la zona del Estrecho. Tras cruzar la frontera, las autoridades gibraltareñas cortaron varias calles para priorizar su paso, generando expectación entre vecinos y curiosos que observaron el despliegue policial. Entre los presentes en la reunión se encontraban el empresario Christian Ryan y el ruso Konstantin Sokolov, figuras clave en la promoción de un macrocentro de datos de última generación que podría convertirse en uno de los proyectos digitales más relevantes de Europa.
Mientras Trump Jr. atendía su agenda empresarial, Bettina Anderson permanecía en Marbella, manteniendo el hermetismo que la ha caracterizado desde que su nombre empezó a ocupar titulares internacionales. Su llegada al clan Trump fue meteórica: desde aparecer en el balcón Trump Sterling durante la investidura presidencial hasta integrarse plenamente en los actos familiares, como el tradicional desfile de Pascua en la Casa Blanca. Muchos la consideran ya uno de los nuevos rostros más elegantes del entorno Trump, llegando incluso a eclipsar en estilo a miembros históricos de la familia. Bettina, hija de una de las familias más influyentes de Florida, cuenta con una sólida trayectoria como modelo e influencer, además de colaborar en proyectos filantrópicos. Su presencia aporta un aire sofisticado al círculo presidencial, razón por la cual su relación con Trump Jr. despierta tanto interés.
Tras su reunión en Gibraltar, Trump Jr. volvió a Marbella para disfrutar de una última cena antes de abandonar la ciudad a primera hora del sábado rumbo a un destino no revelado. Pese al mal tiempo y la brevedad del viaje, la pareja encontró espacio para compartir un momento íntimo.