El regalo envenado de cumpleaños del príncipe Andrés: un duque en la cuerda floja

No es un buen momento para el príncipe Andrés. El que fuera hijo predilecto de la Reina Isabel afronta uno de sus cumpleaños más difíciles. Nadie podría haber imaginado hace unos años que el duque de York celebraría su sesenta y dos cumpleaños en medio de una polémica que ha dejado su imagen tremendamente lastrada.

Desde que saliera a la luz el escándalo de Jeffrey Epstein, la figura del príncipe Andrés ha sido una de las más perjudicadas. Más allá de su amistad con el magnate y con su mano derecha, Ghislaine Maxwell, la realidad es que la declaración de Virginia Giuffre y la posterior entrevista que ofreció el Príncipe supusieron un gran mazazo para él. En primera instancia se le apartó de la familia real, pero hace unas semanas, cuando se confirmó que la demanda de Giuffre iba hacia adelante, directamente se le retiró el tratamiento de Alteza Real, así como los títulos y honores militares.

El príncipe Andrés, que siempre ha contado con el férreo apoyo de su madre, se ha encontrado ahora más solo que nunca, al menos en la esfera pública. Una realidad que le afecta a todos los niveles, no solo porque ha tenido que enfrentarse al proceso judicial o de forma independiente, sino que, además, ya no recibe ningún tipo de fondo de la Corona. A pesar de que se ha confirmado que el Duque ha llegado a un acuerdo con Virginia Giuffre, la realidad es que esto tampoco es positivo ni para él ni para la institución.

Según las últimas informaciones, el Príncipe se ha comprometido a pagar una cifra superior a los doce millones de euros a Giuffre quien, además parece que ha extraviado la imagen original en la que presuntamente aparecía con Andrés, lo que ha podido precipitar el acuerdo.

A pesar de este nuevo paso, la imagen del Duque está tan deteriorada que es más que probable que no pueda remontar su imagen. Sobre todo, ahora que se ha publicado que la Reina Isabel le ha ayudado económicamente, lo que perjudica además la percepción que se tiene de la monarca.  Una situación que se hace más complicada todavía ante la posibilidad de que el príncipe Carlos pueda asumir pronto el Trono, ya que él ha sido siempre todavía más crítico con su hermano que la propia Reina, de manera que no sería extraño que lo apartara más todavía.

Al margen de esto, lo cierto es que este será el primer cumpleaños del duque de York después de dar carpetazo al proceso judicial. Su equipo legal ha intentado por todos los medios no llegar a juicio, y al final lo han conseguido. A pesar del acuerdo, el Duque siempre ha defendido su inocencia y se ha mantenido firme.

Después de llegar al acuerdo, por el momento no se sabe cuáles serán los próximos pasos del príncipe Andrés o si le permitirán asistir a los próximos actos relacionados con el Jubileo de la Reina. Lo que parece claro es que no hay intención, por ahora, de restablecerle el tratamiento de Alteza Real ni los honores militares, aunque por ahora conserva su título de duque de York.

Independientemente de la demanda de la norteamericana y del acuerdo que han alcancado, la realidad es que la imagen del duque de York es complicada de remontar. Hace unos días, la que fuera su fisioterapeuta ofreció una entrevista al diario The Sun en la que mostraba su apoyo a Giuffre y además, relataba sus encuentros con el príncipe Andrés, de quien dijo que había sido el cliente “más asqueroso que había tenido”. Unas palabras que es más que probable que hayan calado en la opinión pública, que ya tiene una percepción muy negativa del Duque.

Con la mayor parte de los Windsor dándole la espalda, al Príncipe solo le queda el cariño de su exmujer Sarah Ferguson, y sus dos hijas que, por cierto, han resultado muy perjudicadas de todo este escándalo. Es más, en un futuro no muy lejano, su escaso papel dentro de ‘La Firma’ quedará aún más reducido. Sin duda, ahora Andrés respira algo más tranquilo y ha evitado la imagen de un príncipe en el banquillo, pero este ‘regalo’ adelantado de cumpleaños solo le ofrece un consuelo parcial a la espera de un futuro incierto.