‘Operación Cascais’: el plan discreto de Juan Carlos I para dejar Abu Dabi
El Rey Juan Carlos I ha vuelto a ser noticia, y no por ninguna regata ni por un repentino ataque de nostalgia constitucional
El padre del Rey Felipe VI parece estar considerando seriamente una mudanza
El Rey Juan Carlos I podría trasladarse próximamente a Portugal


El Rey Juan Carlos I ha vuelto a ser noticia, y no por ninguna regata ni por un repenAñadir nuevotino ataque de nostalgia constitucional. No. Esta vez, el padre de Felipe VI parece estar considerando seriamente cambiar las dunas y los rascacielos de Abu Dabi por las olas y la brisa atlántica de Cascais. Nueve días lleva en la localidad portuguesa -oficialmente por descanso, oficiosamente por mucho más-, y ya se habla de Operación Cascais, un plan con nombre de thriller político y aroma a retirada elegante… o estratégica, según se mire.
Porque, si somos honestos, no parece que don Juan Carlos haya cruzado medio mundo para probar bacalao a la brasa ni para improvisar una tertulia con los viejos conocidos de Estoril. Al contrario, todo apunta a que estamos ante algo más estructurado, más pensado. Una mudanza en diferido, tejida con tiempo, contactos y, por supuesto, mucha discreción. Lo llaman «retiro», pero suena más a «relanzamiento geográfico».
El Rey Juan Carlos en Sangenjo. (Foto: Gtres)
En Cascais, el emérito encontraría un refugio a medida. Tranquilidad, clima amable, cultura cercana, y lo más importante: anonimato relativo. Porque si hay algo que Juan Carlos sabe manejar con maestría, incluso en tiempos turbulentos, es el arte de pasar inadvertido cuando conviene. Y Portugal, país amable y sin cuentas pendientes con la monarquía española, le brinda la posibilidad de estar cerca sin estar dentro. A 500 kilómetros de Sanxenxo, lo justo para seguir compitiendo a vela con Pedro Campos sin necesidad de vuelos transoceánicos.
Y hay historia, claro. El país vecino no es un terreno desconocido para los Borbones. Fue allí donde el padre del emérito, don Juan de Borbón, encontró refugio tras la Guerra Civil. En Villa Giralda, en Estoril, creció buena parte de la infancia del hoy ex monarca. No es casual que regrese a este rincón del Atlántico: lo hace a un lugar que fue suyo mucho antes de que lo fuera España entera. Cascais no es sólo un enclave turístico con encanto; es, para Juan Carlos, memoria viva y terreno emocionalmente seguro. Y a esto se suma una red de amistades aún influyente. La familia Espírito Santo, uno de los grandes apellidos del país, le habría ofrecido hospitalidad en su exclusiva finca de Azeitao. Otros nombres de peso, como el empresario João Manuel Brito e Cunha, también habrían mostrado su respaldo. Y, según ha trascendido, incluso el propio Ayuntamiento de Cascais habría facilitado un palacete adaptado a las necesidades del emérito y su séquito de seguridad.


Juan de Borbón y María de las Mercedes de Borbón y Orleans. (Foto: Gtres)
Nada parece improvisado en esta estancia. Portugal ofrece un contexto favorable: está cerca de España, pero lo suficiente como para mantener cierta distancia simbólica. Es un país históricamente amable con la figura del emérito, sin grandes tensiones políticas al respecto y con un clima mediático más sereno. Además, desde un punto de vista práctico, vivir en Portugal implica un entorno administrativo más relajado que el español, lo cual, para alguien de su perfil, resulta sin duda conveniente. Todo ello envuelto en una discreción que, aunque no se proclama, se percibe. Ni Zarzuela ni Moncloa han hecho declaraciones al respecto, y probablemente no lo harán. En los últimos años, la institución ha aprendido que cada movimiento del Rey emérito, por anodino que parezca, puede tener un eco institucional inesperado. Y a estas alturas, la prudencia es una consigna innegociable.