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Apenas cinco meses después de que Nacho Palau (50) comunicara a través de su cuenta de Instagram que había comenzado un tratamiento contra un cáncer de pulmón, que le fue detectado tras un precipitado ingreso en un hospital de Valencia a su llegada de Supervivientes, la ex pareja de Miguel Bosé (66) regresaba este sábado a los platós de televisión. Concretamente al que fue el segundo programa de la nueva temporada de Déjate querer, con Paz Padilla (53) a la cabeza tras su vuelta a las primeras filas de Mediaset. «Estoy emocionado, pensaba que iba a estar más tranquilo. Volver a reencontrarme con mucha gente, me ha emocionado. He descubierto que la gente me quería, ha sido un proceso en el que me he sentido muy querido», dijo nada más comenzar la entrevista. «Fue salir de Supervivientes y de repente mucho hospital, mucha prueba y mucha incertidumbre, desde ahí he vivido un poco encerrado pero todo el mundo ha sido muy cariñoso», añadió.
El valenciano, visiblemente emocionado, contó cómo ha vivido su enfermedad desde el momento en el que le fue diagnosticada y durante todo su tratamiento, y reveló las secuelas que todavía padece por ello: «Se me hinchó la garganta, tengo una cuerda vocal fastidiada que no recuperaré. Hace un mes que empecé a hablar. Cuando perdí la voz sentí mucha empatía con Miguel. Él perdió la voz y sigue con la voz jodida. Los efectos secundarios son jodidos. Lo peor es perder la voz, tenía estrés y fatiga, el estar cansado, el no poder ni subir cuatro escalones y me cuesta aún. No soporto verme vulnerable», explicó.
Precisamente al cantante, Nacho dedicó unas palabras de agradecimiento. Según contó, Miguel fue una de las primeras personas a las que llamó cuando le diagnosticaron el cáncer. «Sé que va a estar ahí. Hemos llorado los dos. La primera llamada fue muy emotiva. Él me dijo que no me preocupara, que me centrara en cuidarme, alimentarme bien. Le quiero mucho, hemos vivido muchísimos años. Con Miguel se ha arreglado todo, va a estar ahí, lo hemos hablado», reveló.
No obstante, Palau dejó claro que el proceso legal en que la ex pareja se ve inmerso por sus cuatro hijos en común -Tadeo, Diego, Ivo y Telmo-, sigue adelante. «Una cosa no quieta a la otra, es algo que se tiene que lograr. No puede ser que por la inmadurez de los mayores se separen niños que no tienen la culpa de nada. No echo la culpa a a nadie, hemos tenido la misma responsabilidad, tanto Miguel como yo. Si avanzamos las leyes tienen que ponerse a la altura. No le he pedido cara a cara perdón, pero sí se ha hablado, sé lo que él piensa y no sé como quedara la cosa», expresó.
Durante este tiempo, sus hijos han sido el mayor apoyo del escultor que ahora se define como una persona «muy vulnerable». «Hay un Nacho más vulnerable. Salí fuerte de la isla y ahora me noto con más miedo, más débil. Al cuerpo le han metido caña y tienes hijos y te ves que no estás al 100%. Los nanos [sus hijos] lo han llevado muy bien, con mucha naturalidad. Se lo expliqué tratando de quitarle importancia. La única putada, perdón, es que mi madre también lo había pasado recientemente, y claro, habían visto a la yaya», reveló.
Sobre su último parte de salud, Nacho Palau desveló que está todo bien a la espera de conocer los resultados definitivos de una resonancia magnética. «La suerte que he tenido es que no había metástasis. Fue una suerte. Me quiero ver normal y recuperado». «Parece que está todo bien, me hice ayer una resonancia magnética del cerebro, me tienen que dar esa prueba y otra más y espero que me digan que está todo bien».