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María Pombo, entre lágrimas por su cesárea: “No me llegué a plantear otro escenario en mi cabeza”

María Pombo ha vuelto a conectarse con sus seguidores tras el parto prematuro de su hija Vega. Así la influencer, ha dado detalles de las complicaciones de un parto que no fue precisamente un camino de rosas para ella, más allá de la feliz noticia. Durante una sesión de preguntas y respuestas en Instagram, sus seguidores, interesados por su estado, le han preguntado al respecto y ella, tras agradecer los mensajes de apoyo y ánimos, ha narrado su angustiosa experiencia desvelando nuevos detalles hasta ahora desconocidos.

Aunque, como la propia empresaria ha explicado, cada día va mejorando muy poco a poco, María ha confesado que sufre dolores incluso cuando tiene que hablar, una circunstancia que afronta con bastante tristeza y frustración ya que se comunica casi con susurros. Su particular expectativa acerca de lo que sería un segundo parto jugó en su contra y, partiendo de su experiencia con Martín, su primer recién nacido, se enfrentó a la realidad en su segundo alumbramiento: «Con mi actitud de chica con suerte, no me llegué a plantear otro escenario en mi cabeza y eso creo que lo ha hecho más difícil».

María Pombo y Pablo Castellano a su salida del hospital / Gtres

Todo comenzaba en la madrugada del 19 de junio, cuando María alertó a Pablo de cómo comenzaba a derramar líquido. Sin haber pasado antes por un parto natural y sin comprender qué ocurría, la empresaria y su marido acudían al hospital sobre las 6.00 de la mañana. Una vez en el quirófano, y como ella misma relataba, recibió la epidural y comenzaron a tratarla, dado que necesitaba que dieran la vuelta a su niña. Aunque a los dos minutos, la niña estaba perfectamente colocada, todo volvió a tornarse más difícil ya que seguía sin dilatar ni un centímetro y aún no estaba de parto. Un duro trance que provocó que tuviera que ser observada muy de cerca por los facultativos «pasaban a revisarme a cada hora y, a falta de avances, decidieron poner oxitocina para provocar las contracciones». Una vez comenzadas, vieron que las pulsaciones del bebé bajaban.

Seguidamente, la joven explicaba como vivió, asustada, la reacción de los enfermeros que indicaban que aquello no era buena señal. Una situación que incrementó su nerviosismo comenzó a temblar en cuanto le anunciaron que tendrían que practicarle una cesárea de urgencia. Mientras María compartía su estremecedor relato en sus stories se veía obligada interrumpir su relato fruto de la emoción. Con lágrimas en los ojos, explicaba que la pequeña Vega venía con una vuelta de cordón en el pie y en el hombro, el cual tiraba de ella y le hacía sufrir en el parto.

Stories de Instagram de María Pombo / Instagram

Testigo de cómo Vega nacía en silencio, Pombo se puso en lo peor, sufrimiento que se le pasó en cuanto vio a la peque reaccionar. Le dejaron hacer contacto de piel con piel, aunque no por mucho tiempo debido al mareo que estaba experimentando. Finalmente, tuvo pedir a su matrona que pasara la recién nacida a su padre para que él la sostuviera mientras ella se recuperaba.

Vega pesó 2,40 kilos, según ha contado a sus seguidores, pero bajó a 2,200 kilos y algo que les ha preocupado. Una montaña rusa emocional que ha superado a pesar de su condición de enferma de esclerosis, aunque ahora queda superar el postparto: «Es lo que más miedo me da porque sé que es un periodo que favorece a los brotes». 

Stories de Instagram de María Pombo / InstagramUn proceso de postparto que le está resultando bastante diferente al primero que tuvo con Martín. Con una necesidad de ayuda constante, protesta por su impotencia al ser incapaz de prestar su completa atención y tiempo a sus dos hijos. Pero no todo es negativo para Pombo, quien admite que también se encuentra muy feliz. Pese a experimentar un temor por no tener de nuevo ese «amor a primera vista» que tuvo con Martín, la empresaria expresa que no solo lo está sintiendo, sino que ese amor se ha multiplicado.

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