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A estas alturas, ya nadie duda de que la relación maternofilial entre Kiko Rivera e Isabel Pantoja no está atravesando su mejor momento. En los próximos meses se cumplirán dos años desde que el DJ realizó su entrevista más dura, bautizada como Cantora, la herencia envenenada. Un hito que marcaría un antes y un después entre la tonadillera y su hijo, que pese a ser uno de los tándem más consolidados del panorama social, iniciaban una guerra con la finca de Cantora como principal protagonista.
Desde ese momento, muchos han sido los rumores que han girado en torno a una supuesta venta de la propiedad. Algo que parece que cada vez va siendo más real, y así lo ha demostrado durante esta misma mañana Paloma García-Pelayo a través de su intervención en El Programa del Verano, donde ha desvelado unos datos exclusivos sobre el comprador de Cantora. Y es que, en cualquier momento, la finca podría pasar a formar parte de las arcas de otra persona, desvinculándose así del clan Pantoja para siempre.
La periodista ha tenido oportunidad de mantener una conversación larga y tendida con el empresario interesado, pudiendo aclarar que “por el momento Cantora no se ha vendido” y que “siempre se estaría hablando de la venta de la parte que le corresponde a Isabel Pantoja”. Unas palabras con las que confirma que, por mucho que la intérprete de Marinero de luces esté dispuesta a deshacerse de la que fuera su casa, primero tiene que contar con el apoyo de su hijo. De esta manera, también ha aseverado que “el ático de Fuengirola ya es propiedad del mismo comprador por las dos partes”, y aunque “no hay ninguna oferta fija”, todas “las negociaciones que apuntan a una negociación avanzada son siempre con Isabel, a espaldas de su hijo”. Así que, por el momento, se desconoce cómo habría podido sentar esta acción al marido de Irene Rosales.
Lejos de dejar ahí su testimonio, Paloma ha seguido dando detalles en el espacio de las mañanas de verano de Telecinco, señalando que el territorio es un “proindiviso”, algo que podría generar problemas tanto al comprador como a los vendedores, ya que “solo puede venderse si hay un acuerdo entre madre e hijo”. Si esto no sucediera, “habría que acudir a un juez para dividir la cosa común”, y si aún así no hubiera un pacto, “habría que sacarlo a la venta y terminaría en subasta”. No obstante, también podría haber posteriormente un interés por parte del interesado a adquirir también la parte perteneciente al hijo de Francisco Rivera: “Yo creo que primero quiere hacer una oferta a la baja por la parte de Isabel, y luego se encargaría de Kiko, con dinero se llega a cualquier sitio”, expresaba García-Pelayo, para después hacer hincapié en la labor del empresario en estos negocios: “Se dedica a comprar activos que estén en situación de emergencia, como por ejemplo, el ático de Fuengirola”.
Por su parte, Antonio Rossi también ha querido puntualizar la información de su compañera y añadir detalles: “Ella expresó antes y después de la gira americana que no tenía comprador”. Algo que podría tener lugar porque “no quiere bajar el precio de 7 millones de euros”, los cuales irían destinados a “saldar sus deudas”. Pero sea como fuere, el periodista tiene claro que Isabel “está desesperada por salir de Cantora y por venderla”. Un pensamiento que nada tendría que ver con el de hace unos años.