Isabel Pantoja y una mudanza a Madrid que no llega: así fue su adiós a ‘Mi Gitana’ y a La Moraleja
Recordamos cómo fueron las dos últimas mudanzas de la tonadillera tras sendas ventas
La millonaria multa por blanqueo de capitales obligó a Isabel Pantoja a deshacerse de dos viviendas muy emblemáticas
La cantante tiene todo preparado para su traslado a Madrid, pero no termina de decidirse
Isabel Pantoja siempre soñó con tener una casa acorde al estatus de estrella de la música. La consiguió cuando en la década de los 90 adquirió una espectacular vivienda en la exclusiva zona de La Moraleja, asesorada por Encarna Sánchez. En el norte de la capital fue muy feliz, pero el atolladero que vivió por su procesamiento judicial le obligó a desprenderse de ella por un valor mucho inferior a lo deseado. Idéntica suerte corrió ‘Mi Gitana’, el chalé marbellí convertido en escenario de su furtivo amor con Julián Muñoz. Pero no hay dos sin tres. Su marcha de Cantora, la finca gaditana que ha funcionado como el leitmotiv de su vida, y que ahora abandona para empezar su nueva vida en Madrid, invita a recordar cómo fueron estos adioses tan dolorosos para la tonadillera.
El año 2015 fue un punto de inflexión para ella. En tan solo unos meses se deshizo de su casa de Madrid y dijo adiós también a la de Marbella. Unas mudanzas que cerraron varios capítulos vitales importantes. La primera que vendió fue la ubicada en la urbanización de ‘La Pera’. Con una carga simbólica indudable. No en vano, su compra fue el detonante para ser condenada a prisión y al pago de una cuantiosa multa de 1.147.148 euros por blanqueo de capitales.
Finca Mi Gitana . (Foto: Gtres)
Isabel Pantoja cerró la transacción, en marzo de 2015, del chalé ubicado en Nueva Andalucía donde vivió tórridos momentos junto al ex alcalde de Marbella. Epicentro del ‘Caso Malaya’, esta vivienda fue vendida a Karl Robb, un millonario escocés, cuya identidad se mantuvo oculta tras varias sociedades pantalla hasta marzo de 2020. Desembolsó 2,2 millones, una cifra lejana a los 3,8 que pedía la tonadillera.
La venta no estuvo exenta de polémica, algo inherente a Isabel Pantoja durante toda su vida. El motivo fue que salieron a luz diferentes irregularidades a la hora de vender el inmueble con cargas pese a las peticiones del comprador de adquirirla libre de deudas. Finalmente, Pantoja se llevó sus cosas de allí y, con el tiempo, se utilizó este terreno para levantar viviendas de lujo en una de las zonas mejor valoradas de la Costa del Sol.
Mudanza de ‘Mi Gitana’. (Foto: Gtres).
Nueve meses después Isabel Pantoja volvió a claudicar ante Hacienda. Los embargos y las deudas la arrinconaban. De nuevo traspasó una casa por una cantidad muy por debajo de la esperada. La viuda de Paquirri pretendía sacar 4 millones de euros por su mansión de La Moraleja, pero finalmente se vio abocada a aceptar una oferta de 1,5 millones casi a la desesperada.
La residencia madrileña de la artista no era poca cosa. Contaba con mil metros cuadrados más 900 de parcela, así que su jardín era impresionante. Tanto es así que tenía una piscina de invierno y otra de verano, además de un gimnasio completo, cinco dormitorios y un salón enorme. Hoy en día, casi triplica su precio en el mercado.
Mudanza de la casa de ‘La Moraleja’ de Isabel Pantoja. (Foto: Gtres).
Los camiones volvieron a estacionar en la entrada de una vivienda de Isabel Pantoja. Miles de objetos cargados de recuerdos se metieron en el vehículo y pusieron rumbo a Cantora. En la finca de Medina Sidonia (Cádiz) ha vivido los últimos años sin dejar de ser noticia ni una sola semana, ya sea por uno o por otro motivo. Ahora, Madrid y La Finca la esperan con los brazos abiertos, con todo preparado y a la espera de que se decida a dejar Cantora de una vez por todas, o bien a que supere el miedo a que su hijo Kiko Rivera entre a la casa en su ausencia.