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El blog de Paloma García-Pelayo

No habrá paz para los Pantoja

Minutos antes de las siete de la mañana,un día como hoy de hace siete años, Isabel Pantoja salía de Cantora rumbo a la cárcel de mujeres de Alcalá de Guadaira. Ha disfrutado ya de 5 noviembres en libertad, sin embargo, no ha conseguido vivir en paz y pasa por los peores momentos de su vida.

Acompañada por su hermano Agustín y sentada en el asiento trasero del Mercedes que conducía un conocido de la familia, Isabel iniciaba aquel día de otoño la cuenta atrás de su ingreso en prisión, condenada a 24 meses por el caso Blanqueo. Llevaba meses con la angustia.Esa mañana entraba en prisión y, además, debía pagar una multa de 1,14 millones, de los que solo había abonado 147.000 euros.Ocultaba el dolor y los nervios tras enormes gafas oscuras. Los compañeros reporteros de diferentes medios de comunicación cubrieron el desplazamiento lento hasta la prisión sevillana.

Escoltada por la Guardia Civil, llegaban al recinto carcelario a punto de dar las ocho de la mañana. Pantoja tuvo que recorrer caminando varios metros, acompañada por dos funcionarias. Los disparos fotográficos no cesaban. Momento inmortalizado. El peor paseíllo de su vida. A los pocos minutos de perder la imagen de su larga melena, recogida en coleta, entrando al recinto, Agustín abandonaba el lugar con lágrimas en los ojos y sin pronunciar una sola palabra. La expectación mediática era máxima, tristemente compartida aquel día con el fallecimiento de Cayetana Fitz-James Stewart, Duquesa de Alba.

Isabel Pantoja en un juicio / Gtres

La cantante pudo despedirse de sus hijos Kiko e Isa en la finca familiar, herencia de Paquirri, la misma que hoy les enfrenta sin visos de solución. A su madre, Ana Martín, recientemente fallecida, no le dieron detalles. Su hija se iba de viaje a trabajar como tantas otras veces. Su primogénito, Kiko, estallaba en redes clamando justicia para su madre. ¡Cómo han cambiado las cosas!

No entendían nada. La época en la que más feliz vieron a su madre se desvanecía tras las rejas de aquella prisión. Apenas entendían que la sentencia que la condenó señalaba que su normalidad financiera se vio “alterada notablemente tras el inicio de su relación sentimental” con Julián Muñoz y que utilizó sus cuentas y sociedades para “aflorar efectivo ilícito de éste”. Ese Julián al que tanto querían, con el que no les faltaba de naday al que también vieron entrar en prisión.

Los abogados Graciela Otondo y José Ángel Galán -fallecido en mayo de 2020-, recurrieron hasta el final para evitar la prisión.La Audiencia Provincial de Málaga dio tres días de plazo para que la artista ingresara en un centro penitenciario, tras rechazar su recurso de súplica. El último intento, solicitar la suspensión de la pena hasta que el Tribunal Constitucional resolviera el recurso de amparo. No pudo ser. Conocían bien a la directora de Alcalá de Guadaira y las instalaciones estaban solo 116 kilómetros de Cantora. Allí cumpliría Isabel. Kiko e Isa quedaban devastados.

Isabel Pantoja, Kiko Rivera e Isa Pi / Gtres

Isabel Pantoja cumplió condena y aunque su estancia en prisión estuvo rodeada de informaciones de presuntos tratos de favorsin confirmar y de un ingreso hospitalarioen un centro privadoque también dio que hablar, pagó su deuda con la Justicia. Sin embargo, fue en libertad cuando cayó presa de sus circunstancias.

Se recluyó durante tiempo en Cantora, excepto durante la gira que Universal le preparó nada más cumplir condena, en noviembre de 2016. Después, en abril de 2019, llegó un fabuloso contrato televisivo, gracias al que pudo hacer frente a varias deudas que acumulaba antes de su ingreso. Mientras Hacienda seguía sus pasos, su hijo Kiko naufragaba en las drogas. Ya trabajaba como Dj cuando lo confesó en un reality de televisión. A la difícil relación con su hija Isa, que se marchó de casa tras tener un bebé con tan solo 18 años y con la que apenas hablaba, se unían los problemas con su hijo que dieron públicamente la cara el pasado otoño.

7 años después de Alcalá de Guadaíra, un disco, una gira y un contrato televisivo de 1,5 millones de euros, se enfrenta a 3serios problemas: la ruptura con su hijo Kiko (parece que con Isa han acercado posturas), un patrimonio cuasi embargado, amén de deudas sonrojantes como la que tiene pendiente con Loli Pozo, la octogenaria que le entregó todos sus ahorros para ayudarla en evitarla cárcel, y una querella por presunta insolvencia punible en la que le piden 3 años.Otra vez. En marzo declara como investigada ante el juez.

Tras el horror de prisión, hoy vive su particular infierno. Fue hace justo un año cuando Kiko la acusó de engaño al descubrir él mismo los enseres de toreo que su padre les dejó a él y a sus hermanos mayores, Francisco y Cayetano Rivera Ordoñez, en una habitación de Cantora aquel 2 de agosto de pandemia, en el que Isabel cumplía años, y que ella nunca les entregó. Lerequirió notarialmente la documentación de la gestión de Cantora (de la que es copropietario) en la que ha descubierto lagunas más que cuestionables. No ha conseguido nada. No se hablan y mantiene la denuncia contra su tío Agustín por presunta apropiación indebida.El fallecimiento de la abuela Ana trajo un atisbo de reconciliación, pero,de momento, si no se sientan a hablar, no habrá paz para los Pantoja.

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