Irene Rosales toma la palabra y desmiente los rumores sobre su ruptura con Kiko Rivera
Kiko Rivera e Irene Rosales se separan tras trece años juntos
La ex pareja niega una reconciliación, conflictos económicos o terceras personas, buscando llevar la ruptura con discreción
Kiko inicia una nueva etapa en otra vivienda, mientras Irene se centra en sus hijas y su presencia en redes sociales
La separación de Kiko Rivera e Irene Rosales ha sido, sin duda, uno de los temas más comentados en los últimos días dentro del panorama mediático español. Tras trece años juntos y dos hijas en común, la ex pareja ha decidido poner fin a su matrimonio, una decisión que, según ambos, se ha tomado de mutuo acuerdo y sin la intervención de terceras personas. Irene Rosales, visiblemente clara y contundente al respecto, ha querido poner fin a ciertos rumores que han circulado en la prensa del corazón y reafirmar que, por encima de todo, su prioridad serán sus hijas. «Esto es un matrimonio que se ha dejado y ya. Lo vamos a hacer lo mejor posible por nuestras hijas», ha declarado a su llegada al domicilio familiar este martes, 2 de septiembre.
El anuncio oficial de la ruptura de Kiko e Irene llegó hace casi una semana, pero la noticia se venía gestando en silencio desde hace meses. Los titulares de los medios de papel couché se llenaron de especulaciones, algunos incluso hablando de reconciliaciones, terceras personas o problemas económicos, hipótesis que la propia Irene ha desmentido de manera tajante. Tanto ella como Kiko han dejado claro que no existe conflicto financiero, infidelidades ni escándalos ocultos detrás de su separación, y que la ruptura simplemente responde al desgaste natural de una relación que duró más de una década.
Curiosamente, el pasado verano nada hacía presagiar el final de su historia de amor. La pareja compartió unas vacaciones familiares en Mallorca, y Kiko incluso escribió unas emotivas palabras dedicadas a su mujer, llenas de gratitud y esperanza de que su relación continuara creciendo y fortaleciéndose. Palabras que hoy suenan a despedida, porque ambos coinciden en que no habrá reconciliación. Kiko, en sus redes sociales, ha expresado su intención de iniciar esta nueva etapa con tranquilidad y sin exponer su vida privada, mientras que Irene ha dejado claro que no permitirá que se difundan falsedades sobre ella o sobre su matrimonio.
Tras la separación, Kiko Rivera ha comenzado su mudanza, dejando la vivienda familiar en Castilleja de la Cuesta y trasladándose a un nuevo domicilio cercano. Por su parte, Irene continúa su rutina con las niñas, atendiendo también a su presencia en redes sociales, donde combina reflexiones personales con colaboraciones y promociones de diversas marcas, incrementando visibilidad y aprovechando su imagen en un momento de independencia económica. La modelo incluso estaría organizando un evento con sus amigas, una especie de celebración que ha bautizado como «divorciadas», demostrando que busca retomar su vida social y disfrutar de esta nueva etapa.
En cuanto a la relación entre ambos, Irene insiste en que será cordial y respetuosa, centrada únicamente en el bienestar de sus hijas. La visita reciente de Kiko al domicilio familiar confirma esta intención de mantener una convivencia adaptada a las necesidades de las pequeñas. No se trata de mantener la relación de pareja, sino de asegurar que la transición sea lo más llevadera posible para ellas. En este sentido, ambos han dado un ejemplo de madurez al evitar confrontaciones públicas o disputas económicas, algo que en muchos casos no ocurre en separaciones mediáticas.