Georgina Rodríguez: todas las luces sobre la diva española y una sombra por erradicar
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«Muchos conocen mi nombre, pocos saben quién soy». Con esta contundente frase comienza el reality de Georgina Rodríguez. Esta producción, que lleva años gestándose, se estrena por todo lo alto en Netflix este próximo 27 de enero, pero desde hace días que no se habla de otra cosa. El tráiler, los teasers y las previas han permitido empezar a degustar en pequeñas dosis el regalo en forma audiovisual que la española ha preparado. Gio, como la conocen sus seres queridos, abre las puertas de su vida como nunca antes lo ha hecho. ¿Qué hay detrás de la mujer que fue capaz de conquistar ni más ni menos que a Cristiano Ronaldo?
El espectador que se siente a ver esta producción encontrará a una mujer decidida a que se la conozca por cómo es de verdad y no por ser la novia de uno de los mejores futbolistas de todos los tiempos. Busca ese protagonismo, esa identidad propia sin necesidad de ir asociada a un apellido. Soy Georgina muestra a una joven de 27 años que un día soñó a lo grande hasta conseguir ser una de las españolas más seguida en Instagram, donde es secundada por casi 30 millones de personas, porque tal y como dice la protagonista: «Yo de niña soñaba con tener una familia maravillosa, un príncipe azul, y hoy en día la tengo, con unos hijos maravillosos. Me dan muchísimo amor y sí, los sueños se cumplen».
Netflix se ha encargado junto con la propia Georgina de la promoción de la docuserie, que presenta como «un retrato emotivo y en profundidad de la mujer que hay detrás de las portadas, las fotos, los stories y los grandes titulares». En una de las imágenes compartidas se aprecia la más pura esencia de la modelo, capaz de presidir una mesa vestida con ropa exclusiva y de comer a la vez una hamburguesa con patatas fritas servidas por un mayordomo. Dos extremos que se dan la mano en su caso.
Pero detrás del objetivo primordial que es el entretenimiento hay otro que no ha sido reconocido por la plataforma ni por la protagonista: el lavado de cara de Georgina Rodríguez.
Desde que en 2017 empezara su relación sentimental con Cristiano Ronaldo, se ha acostumbrado a vivir sometida al ingrato peaje de la fama, la lluvia de críticas. Unas detracciones de las que no se ha sacudido ni tan siquiera para su día grande. Basta con echar un vistazo a los comentarios que recibe en redes sociales cuando comparte avances de su reality para darse cuenta. «Lo veré por CR7» o «se olvidó de su familia» son algunas de las reacciones negativas, mayoritarias por otra parte.
Se refieren al testimonio de varios familiares que ha puesto un nubarrón sobre Rodríguez en su semana grande. Jesús Hernández, hermano de la madre de la exdependienta fue durísimo en unas palabras recogidas por The Sun: «Puede que se sienta avergonzada y que se considere mejor que nosotros porque no vivimos con sus mismos lujos. Pero yo nunca le he pedido nada. Ella tan solo nos ha llamado una o dos veces desde que salió a la luz que salía con Cristiano Ronaldo». Unas críticas fortísimas a la que también se unió su tía: «Hemos tratado de llamarla pero parece que ha cambiado su número. Ahora todo el mundo se va a enterar de lo sinvergüenza que es».
Polémicas aparte, Georgina Rodríguez busca dar su gran salto personal, mostrándose tal y como es para librarse de juicios o escrutinios públicos. Y para ello muestra cómo hace planes convencionales como celebrar un cumpleaños o acudir a un parque de atracciones, aunque luego se mueva en yates o jet privado. Soy Georgina apunta a romper prejuicios, a ser la catarsis de su protagonista, pocos meses antes de convertirse en mamá de gemelos junto a CR7. ¿Lo conseguirá?