De Ruiz-Berdejo a Sofía Palazuelo: retrato de los grandes anfitriones de la Feria de Abril de Sevilla

Recibir una invitación del empresario José Antonio Ruiz-Berdejo para disfrutar de la Feria de Abril en su casa de principios de siglo XIX de Sevilla, es, sin duda, el mayor triunfo social del visitante ilustre de la capital hispalense en los días de fiesta, que arranca este próximo domingo 14 de abril a las 12 de la noche con el famoso «alumbrao» y la degustación de «pescaíto frito». En la residencia del cónsul honorario de Bélgica en Sevilla se respira un aire de otra época. Ellos vestidos de traje o de corto; ellas, con sus volantes, mantones, peinetas y flores. El color albero de las paredes. Los arcos del gran salón. El eco de un cantaor flamenco poseído por el misterio del duende. La alberca del amplio patio que puede serlo de cualquier gran casa de esa Andalucía ardiente y profunda salpicada de buganvillas, esqueletos, mezquitas y alminares.

Berdejo, hijo de José Carlos Ruiz-Berdejo, conde de Sigurtà, se ha convertido en uno de los mejores anfitriones de la ciudad. En su cena, no suele faltar el buen jamón y, por supuesto, la manzanilla. Entre los habituales asistentes, amigos como Isabel Preysler o los Reyes de Holanda, a los que recibió en 2018 durante su visita a la ciudad junto a sus hijas. Al margen de su prolífica vida profesional y social, José Antonio ha sido noticia por su vida personal. Actualmente, el empresario comparte su vida con Alessandra Gorla, informática italiana, con la que el verano pasado tuvo a su primer hijo. Antes, José Antonio fue pareja durante al menos cinco años de Pía Miller, hermana de la princesa Marie Chantal Miller, esposa del príncipe Pablo de Grecia. Previamente, estuvo casado en dos ocasiones. Su primera esposa fue la condesa Marina Marzotto. La segunda, Julia Oetker, descendiente de una de los linajes empresariales más importantes de Europa y heredera del holding que hay detrás de las pizzas Dr. Oetker.

En estos días de Feria, otro de los puntos neurálgicos para la sociedad es la casa que los franceses Cedric Reversade y Paul-Maxime Koskas poseen en el Barrio de Santa Cruz. Ellos son propietarios de Unique Properties and Events, una agencia de viajes a medida, alquiler de palacios y fiestas En su apartamento se han celebrado algunos de los encuentros más distinguidos con invitados como Marta Ortega y Carlos Torretta; los aclamados interioristas Mafalda Muñoz y Gonzalo Machado, o las hermanas Peralta, que han reeditado la leyenda de su abuelo, el rejoneador Ángel Peralta, y han heredado la elegancia de su madre, Mamer Revuelta, todo un icono de la elegancia y el glamour andalusí.

Otro punto importante en el recorrido de la inminente Feria de Abril es la caseta del empresario Rosauro Varo, siempre bulliciosa, como la del mítico Aero, donde se concentran todos esos apellidos que a los cronistas de sociedad nos acerca al éxtasis al escribir: Entrecanales, Moreno de la Cova, Domecq, Benjumea, Álvarez-Pickman… No se quedan atrás los encuentros con el relaciones públicas Raúl Romero y su marido, Manuel Romero Santamaría, que tienen una de las casas más bonitas de la ciudad, decorada por Amaro Sánchez de Moya. Las mesas que prepara Raúl son de una gran exquisitez, siempre con la mejor loza y las flores más alegres de la temporada.

En su residencia es probable coincidir con Inés Domecq y su marido, Javier Martínez de Irujo, marqueses de Almenara, la princesa Fabrizia Ruffo di Calabria, Victoria Federica de Marichalar o Martine y Prosper Assouline, los responsables de la conocida editora de lujo que, por cierto, acaban de publicar un coffee table book sobre Sevilla. Como apasionados de las tradiciones, Raúl y su marido siempre cuentan con el mejor flamenco.

Por último, Fernando Fitz-James Stuart y Sofía Palazuelo han seguido con la costumbre de la abuela de él, la inolvidable duquesa de Alba, y reciben a sus amigos en el fantástico Palacio de las Dueñas de Sevilla, donde nació Machado. Los duques de Huéscar ofrecen una cena amenizada con espectáculo musical para unos pocos afortunados. Antes, Cayetana era la mayor atracción de la Feria de Abril cuando se paseaba con su histórico coche de mulas, que no de caballos, con esos borlajes y crineras antiguos y el impoluto uniforme de los cocheros. Una estampa costumbrista de un mundo que, afortunadamente, estos grandes anfitriones de Sevilla se han empeñado en preservar.