Celos, desplantes y la sombra de la infidelidad: la verdad del primer amor de Cristiano Ronaldo
Año 2006. Un jovencísimo Cristiano Ronaldo anota la mejor temporada de su carrera hasta el momento en el Manchester United. Aún no es considerado el mejor jugador del mundo pero trabaja duro para ello. En la ciudad inglesa vive junto a su hermana Katia, encargada de proteger y velar por la gallina de los huevos de oro de la familia. En uno de sus continuos viajes a Portugal, la propia Katia le presenta a una joven presentadora amiga suya. Guapa, con fama de chica explosiva: Merche Romero. Por aquel entonces, la comunicadora luso-española trabaja para la cadena pública portuguesa, la RTP. Está en la cima de su carrera. El flechazo fue instantáneo. Ronaldo cae rendido ante la belleza y la seguridad de una Merche arrolladora. La relación es bendecida por Dolores Aveiro, madre del futbolista. Este podría ser el comienzo de una perfecta historia de amor, sin embargo, la realidad es otra. LOOK ha tenido acceso a los entresijos del primer noviazgo serio de Cristiano que ahora narra en absoluta primicia.
Cristiano Ronaldo paseando con Georgina. / Gtres
La actualidad ha devuelto a Merche Romero a la primera plana. Hace tan solo una semana, la presentadora se encargaba de inaugurar la Madeira Fashion Designers, un acto organizado por Elma Aveiro, hermana mayor del jugador. La prensa interpretó la presencia de la ex como un desaire a la actual novia de Ronaldo, Georgina Rodríguez. Hacia años que Merche no se cruzaba con la que fuera su familia política y razones había para ello. Aunque es cierto que la relación empezó siendo idílica, al poco tiempo surgieron los problemas. Uno de los motivos fue la distancia. Merche vivía y trabajaba en Oporto, al norte de Portugal, mientras Cristiano ya brillaba en Manchester. La distancia llevó a los celos, principalmente por parte de Ronaldo. El joven era apenas un veinteañero, prácticamente inexperto con las mujeres y sobreprotegido por su madre y sus hermanas. Merche ya era una mujer hecha y derecha, con varias relaciones a sus espaldas, mayor que el deportista y con fama de devora hombres. El carácter posesivo de Cristiano y el papel de su familia, que le resumía todo lo que se iba publicando sobre su novia en la sensacionalista prensa portuguesa, ayudaron a minar la relación. Tampoco ayudó el carácter festivo de Merche. Además de su trabajo como presentadora, la joven ejercía como DJ y era bastante aficionada a la noche. La revista Flash, una de las más importantes por aquel entonces en Portugal, se hizo eco en diversas ocasiones en las que la comunicadora “se perdió en la diversión de la noche hasta altas hora de la madrugada”. Según ha podido saber LOOK, a Ronaldo le gustaba controlar cada paso de su chica por lo que cuando empezaron a sucederse los fines de semana en los que ella dejaba sin atender las llamadas de su novio, la paciencia del deportista comenzó a agotarse.
Cristiano Ronaldo en un partido / Gtres
La sombra de la infidelidad
La afición de Merche Romero a la noche fue minando la relación. Una Dolores Aveiro iracunda no se calló cuando salieron unas fotografías de la presentadora junto a Valter Carvalho, su ex pareja, en actitud sospechosa: “Tiene comportamientos que no me gustan nada. Hablo de Merche como hablo de otra cualquiera. Si mi hijo no fuera futbolista no estaría con él. Veremos cómo termina todo esto”. También Jorge Mendes, representante deportivo de Ronaldo, le hizo ver que Merche no le convenía y que podría lastrar su carrera. La sombra de la infidelidad se hizo cada vez más alargada. Ni Cristiano ni su familia estaban dispuestos a tragar con tamaña humillación y pasado casi un año de relación, el futbolista decidió dar portazo.
Merche Romero posando. / Gtres
¿Relación sincera o montaje?
La ruptura de la pareja hizo correr ríos de tinta en la prensa portuguesa y en la inglesa. Con el paso de los años, Cristiano se hizo cada vez más grande y la carrera de Merche Romero fue decayendo. Una vez más, una mujer independiente y con éxito fue maltratada por una prensa excesivamente moralista que vieron en ella la viva imagen de la mujer interesada y ambiciosa que intentaba asegurarse su futuro arrimándose al mejor jugador portugués de todos los tiempos. La comunicadora estuvo años sin hablar del final de su relación y solo lo hizo para defender su amor cuando varios medios hablaron de que nada habría sido real, sino un montaje para evitar otro tipo de rumores que podrían dañar la reputación del jugador. Sea cual sea la verdad, lo cierto es que tanto Merche como Cristiano sufrieron con el triste final de su historia de amor. La presentadora vio su carrera flaquear y Ronaldo vio su vida expuesta en los tabloides británicos prácticamente a diario. Fueron los años locos del jugador, en los que llegó a expulsar a su hermana Katia de su casa en Manchester y donde a partir de entonces, sin que nadie le leyera la cartilla, no hizo más que meterse en problemas. Se estrelló con un Ferrari, su vida amorosa era un vodevil de concursantes de Gran Hermano británico e incluso se le pilló en una orgía junto a otros compañeros de equipo. Pero eso ya es otra historia.