La Casa de Alba se reúne en Liria para celebrar la Nochebuena marcada por ausencias destacadas
La Nochebuena se celebró ayer en el Palacio de Liria con la tradicional reunión de la Casa de Alba
Asistieron alrededor de quince familiares, entre ellos Carlos Fitz-James Stuart y Eugenia Martínez de Irujo
El menú mantuvo la tradición con pavo relleno y angulas, aunque este año se suprimió el intercambio de regalos
Como cada año en Nochebuena, el Palacio de Liria volvió a convertirse en el epicentro de una de las reuniones familiares más esperadas y observadas del panorama social español. La Casa de Alba reunió a buena parte de sus miembros para dar la bienvenida a la Navidad en un ambiente marcado por la tradición, la discreción y la inevitable atención mediática que rodea siempre a este histórico clan. Desde primeras horas de la tarde del 24 de diciembre, el movimiento en los alrededores del palacio dejó claro que todo estaba preparado para una velada especial. Uno de los primeros rostros en dejarse ver fue el de Inka Martí, esposa de Jacobo Martínez de Irujo, quien llegó con semblante relajado y atendió amablemente a los medios congregados a las puertas de Liria. Sus palabras sirvieron para confirmar que, pese a los ajustes de última hora y las ausencias previstas, la familia mantenía intacto su deseo de reunirse y celebrar la Nochebuena juntos, como dicta la tradición.
Inka explicó que estas fechas siempre obligan a repartir el tiempo entre distintas ramas familiares, algo que afecta incluso a familias tan unidas como la suya. De hecho, una de las grandes incógnitas de la noche fue la ausencia de Cayetano Martínez de Irujo y su esposa, Bárbara Mirjan. Aunque ambos estaban invitados, finalmente no acudieron a la cena. Según trascendió, Cayetano se encuentra recuperándose de una intervención de espalda y debía guardar reposo, lo que hizo imposible su asistencia, a pesar de su intención inicial de estar presente. La familia confía en que durante los próximos días de Navidad pueda producirse un encuentro más íntimo con él.
Otra ausencia destacada fue la de Tana Rivera, quien, como en años anteriores, pasó la Nochebuena en Sevilla junto a su padre, Francisco Rivera, Lourdes Montes y sus hermanos. Esta decisión, lejos de generar tensiones, fue entendida con total normalidad por la familia Alba, que asume con naturalidad que cada miembro combine las celebraciones con sus respectivos núcleos familiares.
A lo largo de la tarde fueron llegando otros asistentes, entre ellos Eugenia Martínez de Irujo y Narcís Rebollo, quienes optaron por mantener un perfil bajo ante las cámaras. Eugenia, especialmente cauta, evitó cualquier comentario que pudiera alimentar rumores sobre conflictos familiares y se limitó a expresar su deseo de que la velada transcurriera con calma. Sus breves declaraciones dejaron claro que su prioridad era disfrutar de una noche tranquila, sin sobresaltos ni titulares innecesarios.
En el interior del Palacio de Liria, la cena transcurrió en un ambiente íntimo y sereno. Según fuentes cercanas, alrededor de quince personas se sentaron a la mesa, entre ellas Carlos Fitz-James Stuart, duque de Alba, varios de sus hijos y familiares cercanos. Aunque este año se decidió suprimir la tradicional entrega de regalos bajo el gran árbol de Navidad del palacio, el menú sí respetó las costumbres de siempre. No faltaron el pavo relleno, las angulas y otros platos clásicos que forman parte del recetario navideño de la familia.
Esta Nochebuena llegó apenas cuatro días después de otra importante reunión familiar: la gran fiesta organizada por Fernando Martínez de Irujo para celebrar su recuperación tras superar un cáncer. Aquella celebración, más numerosa y festiva, sirvió como anticipo emocional de las Navidades y permitió que algunos miembros que ayer no estuvieron en Liria, como Tana Rivera, compartieran tiempo con la familia antes de las fechas clave.