Carlos Felipe y Sofía de Suecia: un enlace de ensueño marcado por la espontaneidad

Siete años han pasado ya desde que Carlos Felipe y Sofía lucharan contra la monarquía por su historia de amor. En un principio, una modelo y exconcursante de reality no era la candidata ideal para ocupar un corazón royal, pero finalmente y, contra todo pronóstico, en junio de 2014, la pareja anunció su compromiso y, un año más tarde, selló su amor con la aprobación de la Familia Real y del pueblo entero en la capilla del palacio de Estocolmo.

Dándose el ‘sí, quiero’ y jurándose amor eterno, el royal y la televisiva se convirtieron en los Duques de Värmland, como si de un cuento de hadas se tratase. Con una Capilla Real llena de rosas, peonías, claveles, hortensias y fucsias, obra del florista de la corte Claes Carlsson, los novios demostraron que los sueños se hacen realidad. En este día tan marcado en el calendario, Sofía lució un vestido nupcial de encaje, con escote en pico, manga larga y seda en tres tonos de blanco. Un estilismo firmado por José María Ruiz que completó con un velo largo con encaje, obra de la diseñadora sueca Ida Sjöstedt. Y, como no podía ser de otra forma, la novia optó por lucir una tiara de diamantes con esmeraldas en la parte superior, regalo de bodas de sus suegros. Siguiendo la tradición de la Familia Real sueca desde 1905, la modelo llevó un ramo con mirto, procedente de los terrenos del castillo de Sofiero y símbolo de la buena suerte en el matrimonio y en el amor.

Por su parte, el príncipe Carlos Felipe vistió su uniforme militar del Cuerpo Anfibio Sueco, acompañado por la banda de la Orden de los Serafines y la Orden de la Estrella Polar. Las niñas de arras fueron elegidas por los familiares y los amigos más cercanos, y entre ellas estuvieron la princesa Estela de Suecia, Chloé y Anaïs Sommerlath, las dos hijas de Patrick, el primo del novio.

A pesar de tratarse de una ceremonia tradicional, la pareja puedo añadir algunos detalles más modernos, como Peta Zetas en la tarta nupcial. Asimismo, aunque su ceremonia fue establecida, los novios añadieron varios cambios musicales de lo más personales, desde canciones de Janet Jackson, pasando por una versión sueca del tema Umbrella de Rihanna, hasta la participación del famoso DJ Avicii, que actuó en el banquete. Tras esto, los novios recorrieron el centro de Estocolmo en carroza al ritmo de 21 cañonazos, hasta llegar al salón Vita havet, donde se realizó el banquete.

Fue en 2014 cuando, contra todo pronóstico, Carlos Felipe y Sofía anunciaron su compromiso en los jardines de Palacio. “Estamos deseando celebrar una boda veraniega a mediados de junio, justo cuando Suecia está preciosa”, dijo el segundo hijo del rey Carlos Gustavo XVI.

El Príncipe rompió con la tradición real sueca, regalando a su prometida un anillo de compromiso, en lugar de intercambiar entre ambos dos anillos de oro, reservando así el anillo más importante para el día del enlace. Y es que, Carlos Felipe siempre ha demostrado ser un royal rebelde e ir contra lo estableciendo, consiguiendo cumplir su sueño de casarse con el amor de su vida. Un enlace que demostró que el amor no solo mueve montañas.