Actualidad

Hoy se celebra el famoso Le Bal en París

Le Bal, el baile de debutantes que los Bridgerton y Downton Abbey nos mostraron

Una de las cosas más divertidas de la serie los Bridgerton fue comprobar cómo los puristas se llevaron las manos a la cabeza por el exagerado número de inexactitudes históricas que contenía. ¿Una reina negra? ¿Nobles negros? ¿Se hizo así para provocar o porque es la tónica general del wokismo más exacerbado dentro de la factoría Netflix? Ambas preguntas pueden responderse de la misma manera: con un sí rotundo. Aún así, fue un claro éxito y a los espectadores les dio un poco igual que la reina Carlota apareciese como una mujer de raza negra. Les importaba la trama, deseo, amor, sexo, ambición, dinero…todo eso que saben hacer tan bien. Y, el que quiera saber historia que haga otras cosas salvo creerse estas series, debieron de pensar. Pero, ¿contó algo esta serie real? Sí, por supuesto, muchas cosas. Entre ellas, el baile de debutantes que es el origen histórico del famoso Le Bal que se celebra todos los años a finales de noviembre en París.

Antes de entrar en materia sería importante señalar algunos datos importantes y relativos a este evento. En primer lugar el de Ophélie Renouard, una francesa (¡cómo no!) responsable de haber hecho renacer esta costumbre centenaria. Lo hizo en 1992 y desde entonces lo repite cada año. Pero decir que este evento tiene algo que ver con el baile de debutantes de los Bridgerton o con el que se ve en Downton Abbey, sería tan inexacto como decir que la serie americana refleja al dedillo la época de la Regencia Inglesa. ¿Se inspira en esos bailes? Sí. ¿Se parecen en algo? En bastante poco pero veamos los motivos.

¿En qué consiste Le Bal?

Es principalmente una fiesta donde cada noviembre veinte jovencitas disfrutan de lo que ellas, lógicamente, encuentran como un maravilloso y encantador fin de semana en el que juegan un poco a ser «princesas» y donde hay dos cosas muy importantes que están presentes: la alta costura y la notoriedad alcanzada.

Sesión de fotos de las debutantes de Le bal (Foto: Le bal).

Las debutantes llegan el jueves al hotel Shangri-La de París, un palacete que en su día perteneció al príncipe Roland Bonaparte, sobrino nieto de Napoleón y que no podría estar, lógicamente, mejor situado: con vistas a la Torre Eiffel. El día de su llegada, con sus familias, ya comienza el «baile» porque todo está destinado a prepararse para la gran cita. Sesiones de peluquería, maquillaje, pruebas de vestuario, sesiones de foto, etc. Todo destinado al gran día, el sábado, que es cuando tiene lugar el baile.

El día del baila cada debutante es presentada en sociedad por un caballero llamado cavalier. Este puede ser un familiar o amigo de la debutante, lo puede elegir ella o dejarle a la organizadora la tarea de sugerir con quien hará mejor pareja. Esto no implica, en ningún caso, que de ahí vaya a salir un romance. De hecho, no está pensado para emparejar a nadie. Es una presentación en sociedad, como lo era la idea originaria. Ophélie lo dijo en declaraciones al Daily Mail: «No me interesa que de aquí salgan parejas».

¿Qué hay que hacer para ir a Le Bal?

La responsable del baile ha concedido muchas entrevistas y no se ha cansado jamás de decir que «su gran pesadilla es la chica que es rica y no tiene nada de especial». Podría interpretarse como una verdad a medias porque sí que es verdad que una vez tuvo a la hija de un taxista inglés porque poseía más coeficiente intelectual que Albert Einstein. También tuvo en otra ocasión una chica de secundaria estadounidense que había ganado un premio en la Feria de Ciencias de Google por inventar una prueba que detectaba el virus del Ébola. Pero hasta ahí llegan las dos debutantes que no están en la línea de las demás.

Debutantes de Le Bal en ediciones anteriores. (Foto: Le Bal).

Lo cierto es que si uno repasa los nombres de las participantes o bien son hijas de famosos con dinero o hijas de miembros de la alta nobleza. Esta categoría es cada vez menos habitual, por cierto. Bush, Berlusconi, Gorbachov, Mountbatten o Martínez de Irujo, son apellidos que han pasado por la lista de debutantes.

Ophélie recalca de manera constante que le «gusta la chica que triunfa por sí misma» pero, salvo los dos ejemplos anteriormente mencionados, lo cierto es que las debutantes que asisten, aunque sólo sea por las edades que tienen, no suelen haber destacado mucho en sus vidas salvo por ser «hijas de». El año pasado, por ejemplo, estuvo la hija de Reese Witherspoon y Ryan Phillippe, en otras ediciones fueron, por ejemplo, la hija de Warren Beatty, otro año, la de Demi Moore, o la de Sylvester Stallone, hasta la mismísima Anne Wintour, santo y seña de la todopoderosa industria de la moda, sucumbió a la tentación de «presentar a su hija en sociedad». Es decir que se ha cambiado, por decirlo de alguna manera, la tradición de los apellidos, el pertenecer a una familia de rancio abolengo, por las cuentas bancarias así como la capacidad de ser noticia ante los medios de comunicación. De hecho muchas de las chicas tienen decenas de miles de seguidores en sus cuentas de Tik Tok o Instagram, una medida muy de hoy en día de ser alguien «relevante» para este tipo de eventos.

¿En qué se parece al Baile de Debutantes?

En realidad en todo y en nada. En origen, sí y también la idea de que ambas son ocasiones para presentar a unas chicas ante la sociedad. Pero ni la época de los bailes de debutantes del siglo XVIII se parecen a los de Le Bal, ni tienen el mismo propósito aunque sí que pueda parecerlo.

El origen del baile de debutantes lo encontramos en la Inglaterra del siglo XVIII y consistía en un baile anual celebrado en el palacio de Buckingham ante la reina. En dicho evento, la debutante, de unos 18 años, se presentaba acompañada de una mujer casada que podía ser su madre, familiar o amiga de la familia. Siempre ambas pertenecían a la nobleza. Tras este baile, la muchacha ya podía acudir a fiestas que duraban el tiempo denominado «la temporada».

Queen Charlotte´s Ball en Grosvenor House descienden al Salón de baile, 1950. (foto: Getty Images).

En su biografía Georgiana, duquesa de Devonshire, Amanda Foreman escribe: ‘La temporada ‘aristocrática nació no solo para promover el mercado matrimonial, sino para entretener a las clases altas mientras llevaban a cabo sus deberes políticos. La temporada seguía el ritmo del Parlamento: comenzaba a finales de octubre con la apertura de la nueva sesión y terminaba en junio con el receso de verano”. Los miembros de las dos Cámaras del Parlamento, los Comunes y los Lores, fueron casi todos participantes activos en los eventos sociales organizados como parte de la temporada.

Por cierto, en el reinado de Isabel II se suspendió y ya no se celebran actualmente. De hecho, empezó su declive cuando tras la I Guerra Mundial muchos nobles ingleses empezaron a vivir vidas más simples dejando sus grandes mansiones en el campo.

¿Qué era la temporada?

Es el nombre que recibió el conjunto de fiestas y eventos de todo tipo que se hacían durante los meses en los que se celebraban las sesiones del parlamento británico. La nobleza solía disponer de casa en Londres y en el campo y durante la temporada se trasladaban a Londres por la obligación que los pares tenían de acudir a las sesiones de trabajo en la sede del parlamento.

La lucha por conseguir un marido era de lo más competitiva. (Foto: Los Bridgerton).

Una vez que la joven había debutado ya podía acudir a todas las fiestas a las que fuera invitada. Cuantas más invitaciones recibiera, mejor posicionada estaba en obtener pronto un candidato para poder así casarse. Más de dos temporadas sin conseguir un candidato firme era preocupante. A la tercera ya se consideraba un auténtico fracaso. Una joven en su cuarta temporada soltera se convertía en una solterona difícil ya de emparejar. Estamos hablando de 22 o 23 años, una edad de lo más tardía para permanecer soltera.

Para que esto no sucediera las familias, especialmente las madres, se afanaban en hablar y establecer pactos para que los hijos pudieran emparejarse. Era una necesidad vital casarse bien. O se tenía pedigrí o patrimonio. Si se tenían las dos y, además, belleza, el éxito estaba asegurado y en la primera temporada se lograba la ansiada boda que era para toda la vida.

Los Bridgerton y Downton Abbey

Son dos series totalmente diferentes pero en ambas se ve el baile de debutantes. En la primera, la temporada es el hilo conductor de la serie. La temporada es otra «protagonista». En la segunda sólo se menciona en varios episodios a lo largo de varias temporadas y se ve la presentación de la sobrina de los condes, Rose Maclare, en una de ellas. Ni siquiera se ve la de las hijas. Eso sí, se ve con todo lujo de detalles como se hace dicha presentación.

Momento en el que Rose es presentada ante los reyes.

Lo que sí es una evidencia es que el baile de debutantes es una costumbre que forma parte de una forma o de otra de prácticamente todas las sociedades. Es un rito de iniciación a la edad adulta que se hace desde siglos en muchas culturas solo que con otros nombres y en otras circunstancias.

Lo último en Actualidad

Últimas noticias