¿Qué comía Picasso? El Museo Picasso revela los platos favoritos del artista

Café Pablo, el nuevo bistró del Museu Picasso en Barcelona, busca capturar la esencia de la gastronomía parisina y catalana bajo la dirección del chef Romain Fornell. Este restaurante combina platos clásicos franceses, como el paté en croûte, los huevos mimosa con atún natural, el foie micuit, los caracoles de Borgoña, las cigalas pequeñas Robuchon y el solomillo de ternera con salsa París y puré de patata. Estos se fusionan con tapas emblemáticas catalanas, ofreciendo una experiencia culinaria única. Además, Café Pablo propone menús de mediodía y un menú infantil, abriendo sus puertas tanto a locales como a visitantes del museo.

El objetivo de esta apertura es atraer a un público más amplio al museo, que ha visto un aumento significativo en la afluencia de visitantes locales. Con una sala, una terraza cubierta y un encantador patio interior, el bistró aspira a convertirse en un espacio de encuentro y conversación. Emmanuel Guigon, director del Museo Picasso, espera que el Café Pablo no sólo complemente la experiencia cultural del museo, sino que también ofrezca un lugar de disfrute gastronómico y social en Barcelona.

El restaurante que rinde homenaje a Pablo Picasso

«Café Pablo es un encantador bistró parisino, para homenajear la relación que tenía el artista entre París y Barcelona y disfrutar así, del viaje culinario. La decoración del restaurante contará con la inspiración de la arquitectura y las obras de arte del Museo Picasso, con los colores protagonistas como el blanco, negro, granate y verde, para acomodarse en un ambiente relajado y agradable»

El Museo Picasso de Barcelona ha inaugurado Cafè Pablo, un restaurante que combina la esencia de un bistró parisino con la gastronomía catalana, y presenta platos que solían disfrutar el propio Picasso. El chef Romain Fornell, con estrella Michelin por su trabajo en el Caelis, describe Cafè Pablo como un lugar con «un pie en Francia y otro en Cataluña».

El restaurante, que ofrece una variada carta que incluye especialidades como pâté en croûte, caracoles y profiteroles, rinde homenaje al icónico artista mediante una revisión moderna de sus platos favoritos. Con capacidad para un centenar de comensales, Cafè Pablo se encuentra dentro del Museo Picasso, uno de los museos más visitados de Cataluña, junto al del Barça, atrayendo anualmente a más de un millón de visitantes.

El establecimiento es parte del grupo Goût Rouge, fundado y dirigido por Fornell, quien ha llevado su experiencia culinaria francesa a la capital catalana durante más de dos décadas.

Carta

El Cafè Pablo ofrece una variedad de entrantes y platos principales que fusionan la gastronomía francesa con la catalana, además de rendir homenaje a Pablo Picasso. Entre los entrantes, destacan el jamón Joselito, el pan de coca de cristal con tomate, y una selección de croquetas tanto de jamón como de gambas. También se puede disfrutar de pâté en croûte, anchoas de Cantabria y cigalitas Robuchon.

En cuanto a los platos principales, el menú incluye clásicos como el Croque Monsieur y el confit de pato asado con chalota confitada y puré Robuchon. Los amantes de la carne pueden elegir entre entrecot Café de Paris, filete de ternera con salsa bearnesa y presa ibérica de bellota a la parrilla con hierbas y ratatouille. La oferta también presenta opciones como pasta de coquillettes gratinada a la carbonara, tartar de buey con ensalada o patatas fritas caseras, y filete de lubina con salsa virgen, albahaca y limón.

El restaurante no se olvida de los postres, ofreciendo desde frutas frescas de temporada o helado, hasta tarta del día, coulants de chocolate, crumble de manzana casero y flan con chantilly.

Desayuno y merienda

El Cafè Pablo ofrece una amplia variedad de opciones para el desayuno y la merienda, combinando lo mejor de la pastelería francesa con sabores locales catalanas. Para empezar el día, puedes elegir entre tostadas de aguacate con tomate cherry, o tostadas de salmón con queso fresco. Los huevos revueltos con pan con tomate y el surtido de bollería conocido como «Panier» son opciones muy interesantes, al igual que las tartines francesas y las napolitanas recién horneadas.

También se ofrecen croissants de mantequilla y una selección de bocadillos, tanto mini como grandes, como el bikini de jamón dulce y queso, o la paleta ibérica con pan de cristal. Para un toque fresco, hay una ensalada de fruta de temporada en la carta. En cuanto a bebidas, el menú incluye desde cafés solos, cortados y descafeinados, hasta café con leche y capuchinos.

Además, se pueden disfrutar de cafés especiales como el trifásico y el café americano. Para los amantes de las infusiones, hay una variada oferta de tés. Los refrescos incluyen opciones como Minute Maid de piña y zumo de naranja, mientras que los cocktails sin alcohol presentan opciones como Rouge y Tropical.

 

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