Juanma Moreno suma más escaños que toda la izquierda y podría gobernar en solitario

El Partido Popular afronta con buen ánimo electoral la campaña en Andalucía: con 42 escaños, Juanma Moreno no sólo revalidaría al frente de la Junta, sino que podría cumplir su objetivo de gobernar en solitario, según la última encuesta de Data10 para OKDIARIO. El PP suma más diputados que toda la izquierda (41), lo que diluye la influencia y el margen de Vox (26) para exigir la entrada en el Gobierno. Juntos lograrían una holgadísima mayoría absoluta de 68 diputados con la izquierda rendida al poder del centroderecha. El PSOE (33), mientras, se asoma a sus peores pronósticos, al igualar el resultado de Susana Díaz en 2018. Por último, Adelante Andalucía tendría dos escaños.

Moreno necesitaría, eso sí, según la encuesta de las elecciones en Andalucía, la abstención de los de Santiago Abascal para reeditar la presidencia de la Junta y el líder de Vox ya ha advertido de que si el PP precisa de sus votos «no los va a obtener gratuitamente», incluyendo aquí también la abstención. Hasta ahora, Vox se había limitado a exigir la entrada en los gobiernos en el caso de que el candidato popular no sumase más que la izquierda. Es decir, cuando su apoyo, con el voto a favor, fuese imprescindible.

El cambio de estrategia añade incertidumbre a la futura gobernabilidad y la gran incógnita es si Moreno podrá formar un Gobierno monocolor -el modelo de Isabel Díaz Ayuso- o si, por el contrario, el patrón será el de Alfonso Fernández Mañueco en Castilla y León.

El presidente andaluz aglutina el 33,5% del voto gracias a su buena gestión, marcada por el crecimiento económico y su política de bajos impuestos. Moreno, que ya ha prometido una segunda rebaja fiscal, recoge la confianza de 662.922 votantes más que hace cuatro años, cuando acabó con cuatro décadas de gobiernos socialistas en Andalucía.

El ascenso de Vox es imparable y el partido puede presumir de un buen músculo electoral que, según la tendencia demoscópica, se verá aún más reforzado durante la campaña. Con el 21,2% del voto y 26 diputados -sube uno con respecto a la semana pasada- la formación tiene además la mayor fidelidad de voto (85,8%). A falta de lo que suceda en las dos próximas semanas, el partido se consolida como tercera fuerza en el Parlamento andaluz, impulsado por el tirón de su candidata, Macarena Olona.

Nefasto es el resultado para el PSOE, que sigue anclado en la apatía y no logra movilizar al electorado. Si hace cuatro años atribuyó precisamente el mal resultado al exceso de confianza del votante socialista -que no había acudido a las urnas al dar por descontada la victoria- ahora, esa excusa se cae por su propio peso. El partido de Pedro Sánchez -con su candidato, Juan Espadas- baja la intención de voto de 2018 (26,8% frente al 27,94%), vislumbrando incluso el escenario de empeorar el resultado de entonces. Esos votos perdidos van principalmente al PP, que sube cuatro décimas y un diputado con respecto a la semana pasada. El resultado es desolador para Pedro Sánchez, que ve reflejada en Andalucía la respuesta social a su gestión de la crisis económica.

La encuesta de Data10 para OKDIARIO de las elecciones en Andalucía también constata la irrelevancia de Ciudadanos (3,6% de voto) que, una semana más, se mantiene fuera del Parlamento andaluz al no lograr ni un solo diputado. El resultado es un golpe para el partido de Inés Arrimadas tras ostentar el poder institucional con una vicepresidencia y cinco consejerías y confirma unos pronósticos muy desfavorables de cara a las generales. La izquierda más radical, con la amalgama de Por Andalucía (6) y Adelante Andalucía (2), también se diluye en el arco parlamentario, víctima de su profunda división y del caos interno. El agotamiento de la izquierda, en general, es evidente y el propio votante parece asumir que sus posibilidades son nulas.

La cantidad de voto indeciso a dos semanas de los comicios -aproximadamente, medio millón- es ligeramente alto. Su decantación hará que se cumpla o no la incógnita clave para la gobernabilidad de Andalucía.

Así pues, la campaña ha arrancado con varias cuestiones aún sin respuesta. ¿Podrá Moreno sumar más que toda la izquierda y gobernar en solitario o dependerá de Vox? ¿Hasta dónde llegará el efecto Olona?¿Empeorará Espadas los resultados de Susana Díaz que provocaron la debacle del PSOE andaluz? ¿Quedará Ciudadanos finalmente fuera del arco parlamentario?

Campaña

Los partidos afrontan una campaña de evidente relevancia nacional. Las elecciones andaluzas no son unos comicios más y todas las formaciones ven en el 19-J un primer ensayo de cara a las futuras generales. Una ocasión para medir el pulso ciudadano y confirmar si, como revelan los sondeos, el cambio de tendencia hacia La Moncloa es una realidad.

Sánchez ha activado su maquinaria propagandística para tratar de activar el voto utilizando incluso el Consejo de Ministros mediante el reparto de fondos y ayudas. El pasado martes, por ejemplo, con un plan de empleo de 50 millones dirigido a Andalucía. Tanto él como sus ministros se volcarán en la campaña, protagonizando distintos actos junto al candidato Juan Espadas. Repetir los resultados de 2018 es un fantasma que se intenta evitar y un nefasto preludio de cara a unas generales.

Mientras, Alberto Núñez Feijóo mide por primera vez en estas elecciones de Andalucía su liderazgo al frente del PP, en un momento claramente optimista para sus expectativas electorales. Los populares ponen a prueba también su estrategia con Vox, partiendo del lema de que su objetivo es gobernar en solitario, atrayendo a los votantes que, desencantados, en su día apostaron por Abascal, y también al socialista que ya no confía en  Sánchez.