Un empresario contrata a un sintecho de Barajas y a los 3 días deja el trabajo: «Era muy duro»

Salvador Méndez Verdún, uno de los sintechos del aeropuerto de Barajas (Madrid), ha dejado su empleo tres días después de ser contratado por un empresario asturiano que regenta un hotel en Peñamellera Alta. Salvador ha asegurado que intentó con todas sus fuerzas adaptarse al trabajo, hacer las camas, limpiar, pero sólo ha conseguido aguantar «tres días».

A pesar de que Salvador ha estado tres días trabajando, en realidad estuvo en el hotel un total de 15 días, pero el empresario sólo lo llamó tres para trabajar. Los dos primeros días llegó tarde y el tercero no apareció hasta la hora de comer. «Cuando le preguntamos dijo que se había tomado el día para asuntos propios», aseguran desde el hotel.

Inicialmente, el contrato de Salvador era de un mes, pero al ver la situación, tanto el empresario que lo contrató como el ahora ex empleado del hotel, decidieron mutuamente rescindir el contrato y darse la mano. «Nos dimos la mano y nos separamos como buenos amigos», ha narrado Salvador en sus redes.

Salvador se ha ido a Logroño

Después de romper el contrato, Salvador decidió irse a Logroño (La Rioja) a vivir con su actual pareja, con la que asegura, a través de vídeos que sube a las redes sociales, que se encuentra «feliz y contento». Además, ha asegurado que, por el momento, sigue sin trabajar pero está buscando empleo.

Eso sí, las críticas están muy presentes en los vídeos que Salvador sube a su perfil de TikTok. Le acusan de gastarse «el dinero en sus cositas» e irse del trabajo «nada más cobrar». «Vaya caradura, el karma actuará»; «menudo cuento tiene éste»; «¡sinvergüenza!», son algunos de los mensajes que se pueden leer.

@salvadormendezverdun Respuesta a @rosaperez8653 ♬ sonido original – L@sAvEnTuRaSdeSALVA

Sigue en contacto con su ex jefe

Salva ha asegurado en redes sociales que, aunque se ha marchado del trabajo, sigue manteniendo buena relación con su jefe. Por su parte, el empresario ha manifestado en declaraciones a La Nueva España que le cogió «cariño», intentó adaptarse y «puso de su parte».

Cabe recordar que, además de la manutención, el empresario le compró ropa, calzado y le dio un adelanto de 150 euros el primer día que Salvador se gastó en una tarde.