La «revolución de las sonrisas» de los independentistas catalanes se está volviendo cada vez más siniestra. El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha recurrido a los violentos de la CUP y a sus cachorros de la asociación Arran para desafiar a las fuerzas de seguridad y extender la movilización popular por todos los rincones de Cataluña.
Pero Puigdemont juega con fuego. Basta ver cómo se las gasta Arran. En el muro de un edificio de San Cugat, la asociación juvenil vinculada a la CUP ha dejado impresa su amenaza de meter un tiro en la frente al Rey Felipe VI y al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Junto a ambos, el rostro de Franco para intentar vincularles con la dictadura.
Las amenazas de Arran en San Cugat contra el Rey y el presidente Mariano Rajoy.
La misma pintura roja utilizada para simular la sangre de los disparos en la frente de los tres personajes ha servido para estampar el logotipo de Arran, la estelada independentista, el símbolo feminista y la silueta de los llamados Països Catalans: el proyecto de ampliar los límites de una hipotética república independiente catalana hasta las Islas Baleares, la Comunidad Valenciana, una franja de Aragón. Además de Andorra y el sur de Francia.
Estas no son las primeras amenazas que se producen, pese a que Puigdemont se esfuerza en vender su proyecto secesionista como una «revolución pacífica». Un miembro de las juventudes de ERC difundía esta misma semana en su perfil de Facebook una imagen similar, simulando un tiro en la frente de los portavoces de Ciudadanos, Carlos Carrizosa, y el PP, Xavier García Albiol, en el Parlament.
Después de que García Albiol anunciara su intención de interponer una denuncia, el autor de estas amenazas, Joan Gálvez, borró la imagen y se disculpó alegando que sólo tiene 16 años. Aunque lo cierto es que ya ha protagonizado varios actos públicos de las juventudes de ERC.
Y apenas unas horas antes, otra simpatizante del partido de Oriol Junqueras y Gabriel Rufián deseaba a la líder de Ciudadanos en el Parlament, Inés Arrimadas, que sufra una «violación en grupo».
En el caso de la CUP, sus dirigentes ya están familiarizados con los tiros en la nuca. Rindieron homenaje al terrorista Arnaldo Otegi –se fotografiaron exhibiendo su número de preso– y después le han convertido en uno de sus principales referentes para llevar a cabo su proyecto secesionista.
Diputados de la CUP muestran el número de preso de Arnaldo Otegi.
La portavoz de la CUP Anna Gabriel, junto a Otegi en el Parlament.
![](data:image/svg+xml;charset=utf-8,<svg height="620" width="349" xmlns="http://www.w3.org/2000/svg" version="1.1"/>)
![](data:image/svg+xml;charset=utf-8,<svg height="620" width="520" xmlns="http://www.w3.org/2000/svg" version="1.1"/>)
![](data:image/svg+xml;charset=utf-8,<svg height="349" width="620" xmlns="http://www.w3.org/2000/svg" version="1.1"/>)
