Aragonés sopesa junto a su núcleo duro una renuncia inminente

Pere Aragonés sopesa con su equipo más cercano renunciar a sus responsabilidades en ERC y en el futuro grupo parlamentario, es decir, incluso a su escaño, de forma inminente. El president de la Generalitat en funciones ha llegado poco más tarde de las 08:00 de la mañana a la sede de ERC, en la calle Calabria de Barcelona, dos horas antes de la reunión de la Ejecutiva del partido. El relevo de Aragonés, explican esas mismas fuentes, sería la actual vicepresidenta en funciones y número dos de su lista por Barcelona, Laura Vilagrà. Su candidatura ayer se hundió hasta conseguir el peor resultado desde 2010 la primera vez que ostentaban la presidencia.

Anoche, en declaraciones desde la sede electoral de los republicanos en el pabellón de la Estació del Nord de Barcelona, Aragonés se situó fuera del Govern y afirmó que trabajarán «en la oposición» tras unos resultados que calificó de muy malos. Sus veinte votos, sin embargo, serán imprescindibles para investir a Salvador Illa, a Carles Puigdemont o forzar un bloqueo electoral. El candidato de Junts, al cierre de los colegios electorales, apeló a ERC para que le permitan su investidura con una eventual abstención del PSC en segunda votación evitando así una repetición electoral y garantizando a Pedro Sánchez acabar su mandato.

Aragonés afirmó que ahora es el turno de PSC y de Junts de «liderar una nueva etapa» en Catalunya tras unos resultados republicanos afectados por la «polarización», la cual ha hecho que sus apoyos sigan la tendencia de las elecciones municipales. En los textuales de sus palabras se recoge que los republicanos apuestan por una sociovergencia, la suma de los socialistas y Junts, como venían advirtiendo durante la campaña. Pero el caramelo de facilitar la gobernabilidad de unos y otros, es decir, la posibilidad de tocar poder de una u otra forma, y mantener ciertos cargos orgánicos con sueldo público, es tentadora para los republicanos.

De hecho fuentes de la dirección, consultados a primera hora de este lunes por este periódico, afirman que «es una situación muy complicada para nosotros». Tener que decidir «entre el que quiere acabar con nosotros como partido y el que quiere españolizar Cataluña no es de buen gusto». Algunos dirigentes avecinan ya posibles tensiones internas tanto en la Ejecutiva de este lunes como en las siguientes semanas.

En la comparativa con 2021 y con casi el 99 % escrutado, ERC ha perdido 13 escaños (hasta los 20), más de 180.000 sufragios (hasta los casi 425.000) y 7,61 puntos porcentuales de apoyo (hasta el 13,68 %). Por demarcaciones, en Barcelona ha perdido siete diputados y se queda con doce; en Girona pierde la mitad y obtiene solo dos. En Lleida y Tarragona se queda con tres por territorio, dos menos que en 2021 en cada caso.

«Hoy hemos obtenido unos muy malos resultados. Ha continuado la tendencia de las municipales y generales y no hemos podido revertirla», lamentó el president de la Generalitat en funciones. En su opinión «ha ganado la oposición» al Govern que él ha presidido en minoría durante los últimos dos años y medio -tras la salida de Junts-. Aragonés fue investido gracias a los votos de los junteros y la CUP y ha acabado la legislatura aprobando los Presupuestos con el PSC.

Estos 20 diputados cosechados por la candidatura liderada por Aragonés representan el peor resultado de los republicanos desde 2010, cuando cayeron hasta los diez escaños, antes de que el liderazgo del partido lo asumiera Oriol Junqueras -que a priori, pese a la amnistía, seguirá inhabilitado-. Entonces la debacle electoral de ERC provocó la dimisión de su entonces secretario general y consejero de Governación con José Montilla, Joan Puigcercós, y sumió al partido en una crisis sin precedentes.