Nadia Calviño, la «ambición rubia» desesperada por conseguir un puesto en Bruselas

Les venimos contando en esta columna que, ante la perspectiva de perder las elecciones de 2023, quien más, quien menos en el Gobierno se está buscando una colocación para cuando tengan que dejar el despacho oficial. Lo ha hecho Teresa Ribera con su marido y la que anda desesperada buscando un carguito internacional es Nadia Calviño, según fuentes conocedoras de la situación.

Tanto es así, que en Bruselas ya se conoce a la primera de nuestras múltiples vicepresidentas como «la ambición rubia», el conocido apelativo de Marilyn Monroe que también se aplicó a Madonna, por sus inagotables aspiraciones. Su gran anhelo siempre ha sido ser comisaria europea, pero Ursula Von der Leyen no contó con ella -esos puestos están cotizadísimos y hay peleas a brazo partido entre los países para ocuparlos-.

Su segunda opción fue la oportunidad de presidir el Eurogrupo en 2020, pero ahí también fracasó frente al irlandés Paschal Donohoe. Y eso que estaba convencida de que tenía los votos necesarios y se enfadó mucho (como es habitual en ella) cuando alguien se la jugó.

Se acaba el tiempo

Estas oportunidades perdidas tampoco le urgían porque, mientras tanto, seguía de ministra aunque tuviera que comerse todos los sapos de las medidas absurdas y populistas de Pedro Sánchez. De hecho, se ha puesto a la cabeza de la manifestación y las defiende con más ardor que nadie para quitarse el sambenito de «ortodoxa» o «liberal»; la fe del converso. Ahí está su apoyo entusiasta al impuesto a la banca y su exigencia de que perdonen la letra a los hipotecados porque sube el Euribor.

Pero ahora sí que el tiempo apremia, ya que apenas queda un año para los comicios; y eso si no se adelantan, posibilidad nada descartable. Así que hay que buscar una salida cuanto antes. Descartada la opción de Bruselas, las fuentes aseguran que Calviño está dorando la píldora a Kristalina Gueorguieva, la búlgara actual directora gerente del FMI. Por supuesto, la ambición de Calviño es sucederla en el puesto que ocupó Rodrigo Rato. Y si eso no fuera posible, ocupar algún alto cargo en el organismo.

Pero parece que el mal fario sigue persiguiendo las aspiraciones de nuestra ambición rubia y que tampoco van a dar frutos sus susurros al oído de Gueorguieva. Si están descartados  los organismos de la Champions, pues tendrá que buscarse un puesto en uno de segunda división. ¿Cuál? Pues todo apunta a que será el BEI, según las fuentes consultadas.

El BEI, último recurso

El BEI es el Banco Europeo de Inversiones, un desconocido organismo comunitario que se dedica a firmar acuerdos con los bancos para dar créditos a distintos colectivos. Esta institución tiene la ventaja de que en el pasado ya ha servido de cementerio de elefantes para políticos españoles que se habían quedado colgados de la brocha. Fue el caso de Magdalena Álvarez, Maleni, quien ocupó la vicepresidencia en los estertores del Gobierno de Zapatero. Posteriormente también ha ostentado ese cargo Emma Navarro, secretaria general del Tesoro con Rajoy.

Por supuesto, Calviño no se conformaría con la vicepresidencia, sino que tendría que ocupar el puesto más alto. A ello también está dedicando sus esfuerzos en Bruselas y, en este caso, parece que los hados sí la pueden favorecer. Sería un premio de consolación, pero premio al fin y al cabo.

«Que le corten la cabeza»

Y mientras pergeña su futuro, la vice se dedica a hacer cuadros macroeconómicos para los Presupuestos Generales del Estado que Miguel Ángel Belloso ha calificado en este periódico de «fantasiosos»… que es lo más suave que se puede decir. Porque su 2,1% de crecimiento del PIB para 2023 fue tumbado el mismo día que lo anunció por el Banco de España, que pronostica que nos quedemos en el 1,4%. Y también parece que se va a quedar largo: Funcas prevé un 0,7% y hasta el propio INE reconoció el viernes que el crecimiento del tercer trimestre de este mismo año va a ser cero o incluso negativo.

Y también mantiene viva su afición por imitar a la reina roja de Alicia en el País de las Maravillas: cortar cabezas. En realidad, su equipo huye en cuanto tiene ocasión porque trabajar con esta señora debe de ser digamos complicadillo. Ha batido el récord de deserciones de directores de comunicación en pista cubierta, superando el de Francisco González. Las últimas fugas han sido las del director general del Tesoro, Pablo de Ramón-Laca, quien sí ha conseguido billete para el FMI, y el secretario de Estado de Telecomunicaciones, Roberto Sánchez. A éste directamente lo ha jubilado.

El final del mandato de Calviño como ministra de Economía va a ser bastante triste. Pero mientras, va a seguir dando espectáculo con sus maniobras orquestales en la oscuridad comunitaria… y cortando cabezas.