El aviso de un experto en economía por lo que va a pasar con el precio del aceite de oliva

El precio del aceite de oliva, considerado un producto esencial en las cocinas del Mediterráneo, ha sido tema de debate en los últimos años debido a las fluctuaciones de su coste. Los consumidores han sentido el impacto en sus bolsillos, especialmente cuando los precios superaron los 8 euros por litro en 2023, una cifra casi impensable unos años atrás. Este incremento provocó una caída significativa en el consumo, algo bastante grave teniendo en cuenta que el aceite de oliva es una parte fundamental de la dieta y de nuestra cultura gastronómica.

A lo largo de 2023, las causas detrás de esta subida fueron claras: una combinación de condiciones climáticas adversas, cosechas históricamente bajas y el aumento de los costes de producción. Sin embargo, desde mediados de 2024, el panorama comenzó a cambiar. Los precios han empezado a estabilizarse, situándose en torno a los 7 euros por litro en muchos supermercados. Este cambio ha reavivado la esperanza de una mayor accesibilidad para los consumidores y ha dado pie a nuevos pronósticos sobre el futuro del mercado del aceite de oliva, del que ha hablado además el economista Gonzalo Bernardos, conocido por sus intervenciones en medios como La Sexta. Bernardos ha ofrecido una perspectiva alentadora basada en factores clave, como las recientes lluvias y una cosecha prometedora que podría marcar un antes y un después en la industria.

Qué va a pasar con el precio del aceite de oliva

Gonzalo Bernardos, profesor de economía y analista habitual en programas de televisión, ha sido una de las voces más destacadas en el debate sobre el precio del aceite de oliva. Según sus declaraciones recientes en el programa Más Vale Tarde, los consumidores podrían esperar una reducción significativa en los precios a partir de 2025, llegando incluso a situarse en torno a los 4 euros por litro.

El economista ha explicado que este descenso será posible gracias a una cosecha excepcional que se estima en 1.700.000 toneladas, más del doble de lo recolectado el año anterior. Bernardos destacó la importancia de las lluvias de septiembre, particularmente en Andalucía, como un factor crucial para esta mejora en la producción. Además, hizo hincapié en que las condiciones climáticas favorables de los últimos meses, como la ausencia de heladas en mayo y precipitaciones durante julio y agosto, han sido determinantes.

Uno de los puntos más interesantes de su análisis es su recomendación a los consumidores: evitar las compras masivas de aceite de oliva. Según Bernardos, los precios continuarán bajando de manera gradual, por lo que no es necesario acumular grandes cantidades en casa. Este consejo cobra especial relevancia en un mercado donde las fluctuaciones de precios suelen generar pánico entre los consumidores.

La importancia de una cosecha récord

El optimismo de Bernardos se fundamenta en datos concretos sobre la producción. Si bien 2023 fue un año marcado por una de las peores cosechas del siglo, las perspectivas para 2024 y 2025 son mucho más prometedoras. Con una producción prevista de 1.700.000 toneladas, España no solo podrá abastecer mejor el mercado interno, sino también estabilizar su posición en el mercado internacional.

El impacto de esta cosecha no se limita a la reducción de precios. También podría marcar el inicio de una recuperación en el consumo, que ha caído drásticamente en los últimos años debido al encarecimiento del producto. Para muchos hogares, volver a incorporar el aceite de oliva en sus hábitos de compra será más fácil si los precios se estabilizan por debajo de los 5 euros.

También los expertos en el sector del aceite hablan de bajada

Mientras que Gonzalo Bernardos ha centrado su análisis en el impacto de la cosecha y las condiciones climáticas, otros expertos como Gonzalo Guillén, director general de Acesur, han aportado un enfoque más global. Según declaraciones de Guillén que recoge Olimerca, los precios del aceite de oliva podrían tocar fondo en la primavera de 2025, situándose entre 4 y 5 euros por litro, dependiendo de la calidad. Sin embargo, advierte que no se alcanzarán los niveles históricamente bajos de 2020 y 2021 debido a la alta inflación de los últimos años.

Guillén ha destacado que el mercado del aceite de oliva parte actualmente con un stock muy limitado, lo que podría influir en la velocidad con la que se ajusten los precios. A pesar de este desafío, las previsiones de producción global son positivas, con países como Túnez, Grecia y Portugal mostrando cosechas prometedoras. Este panorama internacional refuerza la idea de una mayor estabilidad en el mercado a medio plazo.

Además, Guillén ha señalado que el sector ha experimentado un aumento en la facturación, aunque no necesariamente en los márgenes de beneficio. Esto refleja la complejidad de equilibrar los costes de producción con la demanda del consumidor en un contexto de inflación elevada.

¿Qué pueden esperar los consumidores?

Tanto Bernardos como Guillén coinciden en que el mercado del aceite de oliva está encaminado hacia una fase de estabilización. Aunque los precios no volverán a los niveles previos a la crisis, las perspectivas para 2025 son alentadoras. Para los consumidores, esto significa que podrán disfrutar de este «oro líquido» sin que su presupuesto mensual se vea tan afectado.

En definitiva, el mensaje de los expertos es claro: paciencia y planificación. El precio del aceite de oliva continuará ajustándose en los próximos meses, ofreciendo un respiro tanto para los hogares como para la industria en general.