Xabi Alonso tiene el objetivo de que Bellingham y Vinicius hagan las paces
Eduardo Inda reveló en 'El Chiringuito' que el nuevo entrenador del Real Madrid tratará de que Bellingham y Vinicius recuperen el 'feeling' perdido
Su relación se ha desgastado enormemente esta temporada y han acabado distanciadísimos en el vestuario
Xabi Alonso sí cuenta con Rodrygo
Xabi Alonso se ha fijado como una de sus primeras prioridades como entrenador del Real Madrid que Bellingham y Vinicius, cuya relación se ha ido enfriando esta temporada hasta quedarse congelada, hagan las paces y recuperen el feeling que demostraron el año pasado. El técnico intentará convencerles de que olviden lo ocurrido estos meses y se centren en empezar de cero.
Así lo desveló Eduardo Inda en su intervención semanal en El Chiringuito de Jugones: «Me dicen que uno de los grandes objetivos de Xabi Alonso es reconciliar a dos jugadores que están alejados en lo personal, que son Vinicius y Bellingham». «Se llevan regular. Una de las misiones que se ha puesto Xabi Alonso es que se reconcilien porque le vendrá bien al juego del Real Madrid», añadió el director de OKDIARIO.
Hace dos temporadas la conexión Belingham-Vinicius fue una de las claves del doblete del Real Madrid. El inglés, recién aterrizado en la casa blanca y con apenas 20 años, entendió más rápido que nadie lo que significa el equipo madridista y se metió al Bernabéu en el bolsillo en apenas un par de partidos. Fue un flechazo a primera vista, igual que el que tuvo con Vinicius.
En el campo ambos se buscaban, se retroalimentaban y gran parte de la eclosión goleadora de Bellingham tuvo más que ver con Vinicius que con Ancelotti. El brasileño entendió a la perfección que su mejor socio en el ataque del Real Madrid no iba a ser Rodrygo sino el mediapunta inglés, que llegó incluso a colocarse Pichichi de la Liga antes de Navidades.
Bellingham-Vini, conexión interrumpida
Pero algo se rompió entre Bellingham y Vinicius esta temporada. La llegada de Mbappé al Real Madrid, a pesar del perfil bajo del francés desde el día de su presentación, provocó que no hubiera focos suficientes para todos. El inglés, además, comenzó a mostrar pequeños ataques de ira que le provocaron amarillas y expulsiones de más. Quién sabe si la lesión del hombro que lleva arrastrando meses y que no se solucionará hasta que no pase por el quirófano le haya agriado el carácter.
Fuera por esa razón o por otra Bellingham comenzó a alejarse de Vinicius e incluso le recriminó ostentosamente alguna acción con esos gestos que tan poco gustan a los futbolistas por la parte que tienen de sobreactuación y porque les deja señalados ante la grada.
La noche en la que todo se rompió fue en el partido de Champions en el Metropolitano. Real Madrid y Atlético se jugaban el pase a cuartos en una prórroga intensa y con poco fútbol. Ambos equipos acusaban la falta de fuelle y Vinicius, que perdió una pelota en un intento fallido de mano a mano, decidió no correr hacia atrás y se quedó protestando. El inglés, cuando acabó la contra del equipo de Simeone, se encaró con él y le reprochó su actitud. Las cámaras fueron testigo de la bronca.
Ahora Xabi Alonso tiene como una de sus prioridades que Bellingham y Vinicius recuperen la conexión perdida para que ambos futbolistas muestren su mejor versión en beneficio del colectivo. Es hora de enterrar el hacha de guerra y fumar la pipa de la paz. El Real Madrid los necesita a ambos y los necesita comprometidos y enchufados. Con Xabi Bellingham retrocederá y volverá a ser centrocampista puro. A Vinicius le pedirá recuperar el desborde, la sonrisa y el gol para que vuelva a ser el jugador que mereció el Balón de Oro.