Las tres polémicas arbitrales que indignan al Real Madrid
La indignación en el Real Madrid es absoluta, después de que el colegiado, Medié Jiménez y, sobre todo, el VAR, tomaran decisiones desconcertantes en las que incluso se saltaron sus propias normas. La expulsión de Militao, la no expulsión de Malsa y el penalti de Vinicius a Clerc son las tres acciones que protesta el Madrid
El Real Madrid sufrió una de sus derrotas más duras de los últimos tiempos. El trago fue doloroso en forma y fondo, y la indignación del madridismo se reflejó en las airadas quejas del capitán, Sergio Ramos, desde la grada tras la señalización del penalti de Vinicius. En el club consideran que el trato es absolutamente desfavorable desde el colectivo arbitral y es que, una vez más, la balanza cayó del lado del rival siempre que el VAR entró en escena.
Tres acciones, la expulsión de Militao, la posible segunda amarilla a Malsa y el penalti de Vinicius sobre Clerc, ponderan sobre una crítica del madridismo que se suma a las previas para superar la indignación hasta llegar, incluso, a la petición popular de salida de la Liga rumbo a una competición europea por la que, a nivel económico, también suspira el club.
Lejos de considerar la acción de Eder Militao como un acto limpio o prudente, el Real Madrid protesta la expulsión de su –cuarto– central desde un prisma técnico y normativo. Corría el minuto ocho de partido cuando el brasileño arrollaba por detrás a Sergio León, sin opción de llegar al balón y con el delantero del Levante al borde del área.
El VAR se saltó su norma para expulsar a Militao
La presencia de Raphael Varane, a la misma altura que León, resultó en primera instancia tangible para el colegiado, Medié Jiménez, que enseñó la tarjeta amarilla a Militao, pero invisible para el VAR, con Cuadra Fernández a la cabeza, que tras revisar la jugada invitó al árbitro principal a hacer lo propio desde la pantalla. Un minuto de visualización después, la amarilla se convertía en roja para dejar al Real Madrid con un hombre menos nada más empezar. La norma del último hombre se ponía en duda por parte de aquellos que la implantaron.
Militao debía haber sido expulsado si su falta, indudable, hubiera cortado una ocasión manifiesta de gol como último hombre, pero Raphael Varane se encontraba, en el momento de la infracción, a la misma altura que Sergio León y, por ende, con opciones de desbaratar la jugada. Sergio debía aún ganar la carrera y batir a Thibaut Courtois, por lo que la jugada no era clara como para que el VAR, que sólo entra en este tipo de supuestos, claros, se animara a cambiar la decisión tomada previamente por Medié.
Sin falta de Mendy, sin expulsión de Malsa
Superada la crisis de la expulsión de Militao, repetimos, imprudente a más no poder con su falta, el Real Madrid se levantó y se adelantó en el marcador con un gol –golazo– de Asensio tras un gran pase de Kroos. La polémica también llegó aquí en forma de posible falta de Mendy sobre Melero, que habría significado penalti para el Levante, además de la anulación del 1-0, pero de nuevo no era jugada clara –y Mendy llega antes al balón– y esta vez el VAR sí decidió no actuar en contra de su propia norma.
El Levante iba a empatar con otro gran gol, en este caso de Morales, al tiempo que el Madrid acumulaba el lógico cansancio derivado de jugar con 10 hombres sobre el terreno de juego. Ya en la segunda mitad, Mickaël Malsa veía una clara tarjeta amarilla tras una entrada a destiempo a Luka Modric. Hasta aquí todo normal, pero el mediocentro sería reincidente, con una nueva acción en la que arrollaba a Modric, a ras de suelo pero con los tacos por delante. Aquí no podía entrar el VAR, pero sí Medié para enseñar la segunda amarilla al jugador levantinista. No lo hizo y el Levante se mantuvo con 11.
El penalti de Vinicius colmó el vaso
El Madrid seguía remando contracorriente en busca del segundo gol que les devolviera el dominio del marcador, pero lo que se iba a encontrar era un penalti en contra. Vinicius, recién entrado en el campo, resultó preso de su hiperactividad y arrolló a Carlos Clerc al borde del área, en zona lateral. De nuevo, falta clara, pero la revisión del VAR destapaba que Clerc tenía, por escasos milímetros, la pierna en la que sufrió la infracción sobre la línea del área.
La falta se convertía en penalti y aunque Courtois lo acabara parando, la tormenta ya se había desatado. Sergio Ramos lo ejemplificaba sobre la grada, con gestos y gritos de protesta secundados por Lucas Vázquez. Los futbolistas, sobre el césped, también permanecían incrédulos ante una nueva transformación de la acción tras la revisión del VAR. Emilio Butragueño habló al término del partido de lo sucedido, explicando las quejas de los futbolistas. «En un principio pita fuera, el VAR le comunica algo diferente y pita penalti. Nuestros jugadores le solicitan que mire la jugada porque hay una toma que se puede considerar que es fuera».
Roger Martí, que falló el penalti, acabaría ajusticiando al equipo madridista con un gol que confirmaba la derrota del Real Madrid, un tropiezo más del equipo blanco en el que jugadores y cuerpo técnico cuentan con un porcentaje importante de culpa, pero de nuevo aderezado por una actuación desde el colectivo arbitral que deja mucho que desear de cara a la entidad madridista.