El Real Madrid, en concreto sus jugadores y su entrenador, abandonaron El Sadar tras el encuentro que les enfrentó a Osasuna preocupados, enfadados y desanimados. Lo que ocurrió en el césped del coliseo navarro, para el club blanco, es la constatación de que los árbitros les están perjudicando a sabiendas. Es decir, para la entidad madridista los jueces de las contiendas prevarican contra ellos y actuaciones como la vivida el sábado lo único que hace es llenarles de razones.
Munuera Montero, en el campo, y Trujillo Suárez, en la sala del VAR que está en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas, perjudicaron por tercera jornada consecutiva al Real Madrid. Tres partidos seguidos donde los blancos han perdido siete puntos por las erróneas decisiones de unos árbitros que han decidido que el devenir de los de Ancelotti por la Liga va a ser de todo menos sencillo siempre que dependa de ellos.
Si la entrada de Carlos Romero sobre Mbappé hace dos semanas en Cornellà indignó al Real Madrid, lo sucedido en El Sadar con la expulsión a Bellingham por roja directa tras hablar con el colegiado y el penalti no pitado ni revisado sobre Vinicius ha hecho que desde Valdebebas sólo haya incredulidad ante lo sucedido. Todo esto sin olvidar la pena máxima señalada a Tchouaméni en el derbi o la que han pitado, esta vez sí tras la intervención de la tecnología, a Camavinga sobre Budimir.
Por todo esto, desde el Real Madrid, plantilla y cuerpo técnico, han perdido la fe en el sistema. El equipo, tal y como aseguran desde dentro de ese vestuario, está muy desanimado y la desafección por la Liga en estos momentos es enorme. Y todo ello, tiene como máximo culpable a un sistema arbitral contra el que la entidad presidida por Florentino Pérez lucha para limpiar, mejorar y cambiar, mientras que los que siguen al frente hacen este tipo de arbitrajes.
Un recurso con poca fe
El Real Madrid, obviamente, va a recurrir la tarjeta roja directa que ha visto Jude Bellingham en el minuto 40 del encuentro, por decir, según el árbitro, «Fuck you». Algo que el inglés se esmera en decir que no es verdad, incluso saliendo a atender a los medios de comunicación tras el encuentro.
No obstante, desde el Real Madrid consideran que las alegaciones que se presentarán darán exactamente lo mismo y el jugador será sancionado. No obstante, la entidad madridista, aunque no confía, lo peleará hasta el final porque tiene argumentos.
Y es que, Bellingham podría librarse de la sanción por su expulsión en El Sadar si se demuestra que no dijo lo que Munuera Montero recoge en su acta arbitral. Según el colegiado, dijo «fuck you» en lugar de «fuck off», como apuntan desde el club. En caso de que no puedan demostrar que el árbitro no dice la verdad, Jude se expone a una sanción de entre dos y tres partidos, si se considera que ha sido desconsideración, aunque la pena puede ir de cuatro a 12 si lo que se expone es que insultó al árbitro.
Será el Comité de Competición el que deba decidir qué le dijo Bellingham al colegiado y actuar en función de ello. Si consideran que el británico insultó a Munuera Montero, le podrían caer entre cuatro y 12 partidos de sanción. Así lo recoge el artículo 99 del Código Disciplinario de la RFEF. En él se indica que «insultar, ofender o dirigirse en términos o actitudes injuriosas al árbitro principal, asistentes, cuarto árbitro, directivos o autoridades deportivas, salvo que constituya falta más grave, se sancionará con suspensión de cuatro a doce partidos».