El Real Madrid no sabe tirar el muro
El Real Madrid volvió a demostrar ante el Cádiz que se queda sin ideas cuando el rival le espera ordenado atrás y no le concede apenas espacios
Increíble pero cierto: 36 tiros a puerta y 82% de posesión sin encontrar el gol
El Madrid se da contra un muro
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Al Real Madrid se le volvió a escapar un partido en el que el rival se le encerró atrás. Ante el Cádiz, el líder de la Liga Santander no pudo mantener su racha de victorias y volvió a pinchar en el Bernabéu por el mismo motivo que en el resto de partidos que lo ha hecho este curso. Cuando el rival construye un muro atrás, los blancos son incapaces de derribarlo. Además de frente al equipo de Cervera, les ha pasado ya ante Osasuna y frente al Sheriff, lo que refleja que los madridistas carecen de un plan b para sacar adelante sus partidos.
En lo que va de temporada, son ya tres los equipos que se han presentado con el estadio madridista buscando –como mínimo– preservar un punto y lo han conseguido. La premisa parece clara: permanecer replegados y no conceder apenas espacios. La exigencia y precisión debe ser máxima, dada la calidad con la que cuenta el Real Madrid en sus filas, que es capaz de encontrar el gol en el momento menos esperado, pero da la sensación de que lo consiguen con cierta facilidad.
El dinamismo del equipo de Ancelotti en ataque se apaga cuando se topa de frente con un muro. La verticalidad y desborde que demuestran, gracias en parte al aporte de Vinicius, se ve reducida cuando el rival no concede apenas espacios y se mantiene atrás. Ante el Cádiz volvió a salir la versión gris del conjunto madridista, que se quedó sin un plan para resolver el partido y llevarse los tres puntos.
Los blancos esta temporada están mostrando enormes dificultades para encontrar oportunidades de gol, más allá de lanzamientos lejanos, cuando el contrario se planta atrás. Pese a que dominan el balón y se lanzan en tromba a por el gol, no encuentran soluciones y, lo que es peor, muestran sus debilidades para protegerse de las contras, dando opciones reales de victoria al rival.
El plan cuando el tiempo se echa encima y el muro parece irrompible se reduce a colgar balones al área o, en su defecto, buscar la incorporación de cualquiera de los mediocentros a la frontal para probar desde fuera. Un método que ya se ha demostrado que no funciona. La falta de recursos, pese a contar con grandes jugadores que favorecen el juego interior, comienza a ser preocupante, al ser la tercera vez que sucede esta temporada.
Apagón ofensivo
Ante el Cádiz se vio la versión menos peligrosa del Real Madrid, pero no es una novedad. Esta temporada el Osasuna se plantó en el Bernabéu con un planteamiento similar y consiguió puntuar, pudiendo ganar si no llega a ser por Courtois. Sí que ganó el Sheriff, que consiguió contener a los de Ancelotti y, además, hizo dos goles. En el caso de los moldavos, el partido acabó 1-2, llegando el tanto madridista desde el punto de penalti.
Se da la circunstancia que los partidos que a priori parecen más sencillos para los blancos, son los que terminan complicándose. El Real Madrid es el equipo más goleador de la Liga Santander con diferencia, habiendo hecho un total de 39 tantos en 18 partidos. Superiores contra cualquiera de los grandes, a los que se ha impuesto sin excepción, las costuras se le ven frente a los más modestos.
Los madridistas han ganado a todos y cada uno de los ocho equipos que le siguen en la tabla, lo que les ha permitido establecer diferencias importantes al frente de la clasificación. Pero esa ventaja podría ser aún mayor si no se atascasen frente a los equipos de la zona baja de la clasificación.
Da la sensación de que cuando a Vinicius no le permiten progresar y no le dan espacio para romper a la carrera o cuando Benzema se encuentra alejado de su zona de mayor influencia, el equipo se queda sin recursos para encontrar el gol. Ni siquiera los jugadores que ingresan de refresco consiguen ser un revulsivo determinante para el equipo.
Ancelotti necesita soluciones para un problema que amenaza con convertirse en crónico. Hasta ahora ya ha demostrado que en los momentos en los que el equipo no encuentra la manera de hacer daño a sus rivales el apagón es total. Una circunstancia que, al repetirse con frecuencia, comienza a ser preocupante.
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