El Real Madrid celebró el pasado lunes en Valdebebas el Media Day de la UEFA. Cientos de periodistas de diferentes partes del mundo vieron desde dentro como es un día en el club blanco. La entidad madridista abrió sus puertas para mostrarse tal y como es días antes de jugar una final de la Champions. Los medios de comunicación pudieron disfrutar de una pasarela de estrella pocas veces vista. Todo fue perfecto y la marca Real Madrid salió reforzada. Pero en un día en el que se debía de hablar por encima de todo del partido de Wembley, la realidad es que del que menos se habló fue del rival. En algún momento dio la sensación de que éste no existía, aunque dentro del vestuario de los hombres de Carlo Ancelotti tienen muy claro que los alemanes son un equipo tremendamente complicado que les pondrán las cosas muy difíciles.
Cuando uno se acerca al vestuario del Real Madrid y pregunta si se sienten favoritos antes de la final, la respuesta es clara: «Aquí todos tenemos el culo apretado». Es decir, en esa plantilla tienen muy claro que deben respetar al máximo al Borussia Dortmund, un equipo que ha sido capaz de superar todo tipo de adversidades para terminar llegando a la final de la Champions cuando nadie lo esperaba.
«En esa trampa no van a caer los jugadores», añaden desde el seno de la entidad, donde tienen claro que deben hacer un partido casi perfecto para estar levantar la Decimoquinta. «Podemos perder, pero no será por eso», aseguran desde Valdebebas los que mejor conocen a un vestuario que tiene muy claro que no debe dejar pasar una oportunidad histórica de levantar otro entorchado continental. Esta vez a un cielo desconocido, como es el de Londres.
La gran gesta del Dortmund
No obstante, el Dortmund tienen por delante el mayor reto posible. Hacer lo que no ha hecho nadie desde 1981. En estos años, Juventus, Atlético y Liverpool, por partida doble, además de Bayer Leverkusen y Valencia, lo intentaron, pero ninguno de ellos fueron capaces de ganar al Real Madrid en la final de la máxima competición continental. Los alemanes, en su tercera finalísima de la historia, buscarán la gran gesta.
De hecho, el Dortmund tiene todo que ganar y nada que perder. Nadie les da como favoritos, lo que les convierte en una rival tremendamente peligroso y en el vestuario del Real Madrid lo saben, por lo que no se fían lo más mínimo de ellos. No quieren otorgarles el papel de víctimas, ya que Ancelotti y sus hombres saben de lo que son capaces. Y es que, ya lo han demostrado. Por ello, el italiano y sus analistas comenzarán a preparar la final desde que el día siguiente a eliminar al Bayern.
Los peligros de los alemanes
El Borussia Dortmund ha demostrado ser tremendamente eficaz en esta edición de la Champions. Defensivamente, buscan ser sólidos, mientras que las ocasiones que intentan aprovecharlas al máximo. Es cierto que lejos de su casa son menos eficientes, pero ya demostraron en el Parque de los Príncipes ser capaces de plantar cara a cualquiera para meterse en toda una final de la máxima competición continental.
Además, tienen jugadores con mucha calidad y capaces de desequilibrar cualquier defensa, como es el ejemplo de Sancho y Adeyemi, y otros veteranos que ya estuvieron en la final que se celebró en Wembley, el mismo escenario que en esta ocasión, ante el Bayern como Reus o Hummels.
Una trayectoria impecable
El Borussia Dortmund está haciendo una Champions espectacular. Nadie contaba con ellos en la final al principio de la temporada, pero se han plantado en Wembley por méritos propios. Ganaron una fase de grupos en la que superaron a PSG, Newcastle y Milan. Era el grupo de la muerte y los alemanes fueron los mejores.
Después, llegaron las eliminatorias y el Dortmund demostró su autoridad ganando al PSV con autoridad. Empataron en Holanda y ganaron en Alemania para firmar su clasificación a los cuartos de final, donde les esperaba el Atlético de Madrid. Los rojiblancos fueron superiores en la ida, celebrada en el Metropolitano, pero no fueron capaces de sentenciar. La ventaja de 2-1 era peligrosa, como finalmente se confirmó.
En la vuelta, el Borussia Dortmund demostró su poderío en su estadio, donde más a gusto se siente. Los alemanes se marcharon al descanso ganando 2-0 y con la eliminatoria remontada, aunque todavía iban a tener que remar más. En la segunda mitad, los rojiblancos igualaron el encuentro, pero la reacción germana fue impresionante para terminar venciendo 4-2.
El penúltimo escollo antes de la final de Wembley fue el PSG. Como ya sucedió con el Atlético, el Dortmund no era favorito, pero en un ejercicio de efectividad, defensa y, también se debe destacar, de fortuna, ya que los franceses tuvieron hasta seis palos en la eliminatoria, terminaron ganando en el Westfalenstadion y en el Parque de los Príncipes, para confirmar su presencia en la gran final.