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El Real Madrid ni se inmuta con los fichajes del Barça. Ni las palancas a las que se ha aferrado el club azulgrana para salir de su situación económica comatosa, ni las llegadas de Rapinha, Dembélé y, posiblemente, Lewandowski harán que el club blanco se desvíe «ni un centímetro» de su intención de ni hacer más incorporaciones hasta enero… como pronto.
Florentino Pérez, olvidada la tradición de Mbappé, dio instrucciones muy precisas a los ejecutivos del Real Madrid para que se movieran rápido en un mercado con síntomas de inflación, especialmente provocada por los clubes estado y los ricos de la Premier. El fichaje de Rüdiger, que llegó como agente libre, se cocinó en abril y el de Tchouaméni se cerró en una semana tras la espantada de Mbappé.
El Real Madrid hizo los deberes pronto porque y si inmejorable situación económica le aportaba el músculo suficiente para golpear al mercado con rapidez y precisión. Con la base de la actual plantilla renovada –de Courtois a Benzema pasando por Vinicius–, el club blanco da por cerrada su plantilla para comenzar la temporada a la espera de la salida de los descartes de Ancelotti.
Kubo y Reinier se irán otra vez cedidos porque no hay más sitio para extracomunitarios. Además, Odriozola, Vallejo y Mariano no cuentan para Ancelotti, por lo que también saldrán si encuentran un destino que les guste. El resto, incluidos Ceballos y Asensio, que acaban contrato en 2023, se quedarán. O al menos tienen todas las papeletas a día de hoy, porque el verano aún es largo.
El milagro de las palancas
El Barcelona, por su parte, ha tardado más en hacer los deberes pero por fin ve la luz al final del túnel del mercado. Laporta se ha visto obligado a hipotecar el futuro del club (los derechos televisivos) en busca de financiación, pero le ha valido para fichar a Kessié, Christensen y Rapinha, este último por 70 kilos. Lo normal es que Lewandowski sea el siguiente, aunque en el club azulgrana hace tiempo que nada es normal.
Pero ni con la hipotética llegada del polaco el Real Madrid se pondrá nervioso. En las oficinas de Valdebebas saben que la base del equipo del doblete es el presente y el futuro del club y sólo vendrán jugadores que puedan mejorar la plantilla. Y eso no es nada fácil.