El sentimiento generalizado que hay en Valdebebas al respecto de las selecciones es de hartazgo. Mucho hartazgo. En el Real Madrid llevan tiempo cansados del trato que están teniendo los combinados nacionales con sus jugadores, pero lo que ha sucedido en los últimos días con Brasil y Militao es la gota que colmó el vaso.
En el Real Madrid se enfadaron mucho por tener que ver como Eder Militao tuvo que coger un avión después del partido que enfrentó a los blancos con el Villarreal en el estadio Santiago Bernabéu con dirección a Sao Paulo, donde tuvo que ser examinado por los servicios médicos del combinado canarinho para decidir que se tenía que montar en otro avión otras 12 horas para regresar de nuevo a la capital de España.
Desde el Real Madrid, como es habitual, se había informado a Brasil de que Militao tenía molestias musculares. De hecho, fue suplente contra los amarillos. Pero no fue suficiente para los galenos brasileños, que se quisieron verle en persona. El resultado, una vez allí, fue liberarle y mandar al jugador de vuelta a la capital de España, donde este lunes se ha confirmado que sufre una lesión muscular en el cuádriceps de la pierna izquierda que le tendrá unos 10 días apartado de los terrenos de juego, por lo que en estos momentos es duda para el encuentro que enfrentará a los blancos con el Celta.
Esta ha sido la gota que ha colmado un vaso que se ha ido llenando desde hace muchos meses. Sin más lejos, en el parón de selecciones del mes de septiembre tuvo en jaque a Ancelotti y su cuerpo técnico durante los días que sus futbolistas estuvieron concentrados con sus respectivos países. En un día vieron como regresaba Tchouaméni lesionado y Mendy era liberado, ya que el lateral izquierdo declinó viajar a París para ser examinado por los servicios médicos de Francia. El resultado será que sus apariciones con el combinado galo se pueden descartar mientras siga Deschamps como seleccionador.
Prohibido forzar
Al mismo tiempo, desde Valdebebas la plantilla del Real Madrid ha tomado la decisión de que esfuerzos los justos. No es el momento y el calendario no lo permite. Por ello, hemos visto diferentes ejemplos en este curso en el que los jugadores han llegado a un acuerdo con sus diferentes seleccionadores para tomarse un respiro.
Rüdiger no acudió en septiembre con Alemania para descansar tras un verano exigente. En este parón ha sido Mbappé el que se ha quedado en Madrid a pesar de estar ya recuperado de sus dolencias musculares. De hecho, fue titular contra el Villarreal en la última jornada de Liga, pero Deschamps decidió no citar al astro francés con el objetivo de que se tome un respiro tras un curso que ha comenzado sin poder hacer apenas pretemporada.
«Los intereses de los clubes y los intereses de las selecciones necesariamente divergen en algún momento y no debemos olvidar que el que tiene contratado al jugador es el club, no la federación. Lo más importante es el interés del jugador. Sé muy bien que no va a ir contra su club y tampoco quiere ir contra su selección», afirmó Deschamps desde la concentración gala.