El Real Madrid está en el lado bueno de la historia
Pese a que le acusan de manejar los centros del poder y de ser el principal favorecido del sistema, el Real Madrid lleva décadas en una batalla permanente con las instituciones que dirigen el fútbol. Tanto UEFA, como la Liga ven en el Real Madrid un auténtico incordio por la defensa que hace de lo que entienden son sus intereses, pero si debemos atender al momento en el que el Madrid se alejó realmente de esos centros de poder, deberíamos retroceder a esas elecciones en la que resultó reelegido como presidente de la Federación Villar, con la oposición y clara y manifiesta de Florentino Pérez en representación del Real Madrid.
Desde entonces, el Real Madrid ha perseguido un cambio total del sistema y lo ha hecho en soledad dentro de su trinchera. Pese a que muchos le acusan de ser beneficiado por el status quo, el Madrid no ha dejado de pelear por cambiarlo. Los casos Soulé, Negreira y ahora Rubiales, no han hecho más que darle la razón en que algo lleva muchos años oliendo a podrido en el fútbol español.
Se puede decir, sin complejo alguno, que el Real Madrid siempre ha estado en el lado bueno de la historia: ni pagó a Negreira durante décadas, ni participó de la organización de la Supercopa, ni se ha mostrado cercano con Rubiales o antes con Villar. Todo ese ostracismo institucional le ha alejado de la toma de decisiones o la influencia en las mismas y ha supuesto un coste importante.
A pesar de que el tiempo le ha dado la razón, ayer todavía era fácil comprobar como para la Comisión Delegada de la Liga merecía más sospechas o juicios de valor la denuncia del Real Madrid a Martínez Munuera o los vídeos de su televisión, que el caso Negreira, donde la presunción de inocencia y la prudencia se impusieron en el comunicado publicado al efecto. Se ha llegado a comprar la teoría de Laporta que acusó al Madrid de adulterar la competición mientras él mantiene la condición de investigado por cohecho por pagar a Negreira.
Estoy convencido de que el Madrid volverá a tender la mano al resto de clubes para regenerar un fútbol español que pasa por los momentos más ominoso de su historia. Todo está en tela de juicio y esa sombra de sospecha está más que justificado. ¿Lo aceptarán el resto a pesar de que el impulsor de la campaña sea el Real Madrid?
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