Una apisonadora en el Bernabéu
Así queda la clasificación de la Liga Santander tras la victoria del Real Madrid
Las notas del Real Madrid contra el Betis: Rodrygo ya está aquí
No es de extrañar que las obras del Bernabéu vayan viento en popa porque este Real Madrid es una apisonadora. Los de Ancelotti hicieron trizas al Betis en un partido en el que sólo la falta de puntería les impidió golear. Vinicius y Rodrygo marcaron los boles del campeón mientras que Canales hizo el tanto del equipo de Pellegrini. El Madrid firma cuatro victorias en los cuatro primeros partidos y mantiene el liderato de la Liga.
El Real Madrid volvía al césped de sus heroicidades. El Bernabéu, su particular Coliseo en el que el equipo blanco ve las cosas más claras cuanto mayor es la oscuridad. Con los cadáveres europeos del PSG, el Chelsea y el City aún de cuerpo presente, el equipo de Ancelotti estrenaba curso liguero ante el Betis de Pellegrini, el otro equipo que podía presumir de haber arrancado la competición con tantas victorias como partidos.
Carletto hizo retoques que devolvieron a la alineación del Real Madrid a su aspecto más titular. Carvajal y Mendy regresaban a los laterales, mientras que Alaba y Militao volvían a formar en el eje de la defensa. Por delante, se juntaban Tchouaméni, convertido en intocable desde que se fue Casemiro, Camavinga, de revulsivo a titular, y Modric, centrocampista para la eternidad. Arriba entraba Rodrygo para dar un respiro a Valverde y acompañar al dúo dinámico, Vinicius y Benzema, titulares hasta nueva orden.
En los prolegómenos del duelo, los jugadores del Real Madrid ofrecieron la Champions y la Supercopa de Europa al público de un Bernabéu más blanco que nunca. Enfrente, un Betis que, aunque parezca mentira, llevaba cinco años sin encajar un gol en sus visitas al estadio madridista. Y que salió con descaro y dispuesto a discutirle la pelota al equipo de Ancelotti, algo perezoso y despistado como quien vuelve a la oficina con síndrome postvacacional.
A los cinco minutos llegó la primera polémica en una acción de Fekir con Carvajal dentro del área. El francés reclamó penalti pero no hubo tal. Más ganas de deslizarse sobre el césped que contacto –que lo hubo muy leve– entre pies para derribarle. La ocasión no hizo titubear al Real Madrid, que utilizó su arma letal: pase largo a Vinicius.
Vinicius primero, Canales después
Salió de las botas de Alaba con una sutileza y una precisión propias de un neurocirujano. El austriaco midió el espacio como si tuviera un GPS, Vinicius le señaló el desmarque y el brasileño, que había arrancado en velocidad, vio la media salida de Rui Silva y se la puso, con sutileza y habilidad, en una vaselina medida. El 1-0 del Real Madrid vino acompañado de otra mala noticia para el Betis: la lesión muscular de Fekir, que fue sustituido por Luiz Henrique.
Lejos de arrugarse, los de Pellegrini se echaron al monte. Retrocedió el Madrid, que suele pasar apuros cuando se mete atrás. Y fue un despiste de Militao y Camavinga el que provocó el 1-1 del Betis. De un saque de banda en el que Tchouaméni estaba mal parado recibió la pelota Borja Iglesias dentro del área, Militao llegó tarde, El Panda se la dejó a Canales y el ex madridista fusiló a Courtois entre las piernas.
Era el 16 y Vinicius pudo hacer el segundo en el 17, pero su disparo dentro del área tras el pase de la muerte se fue a las nubes como en sus peores tiempos. El gol, que había hecho la cobra a Vini, también se la hizo a Tchouaméni dos minutos después. Esta vez fue la mano de Rui Silva la que evitó el cabezazo del francés acabara en gol. Y, como no hay dos sin tres, Benzema la tuvo (y la marró) en el 24 en un remate dentro del área que desvió in extremis y con el trasero Edgar.
Después de su hat-trick de ocasiones desperdiciadas, el Real Madrid no levantó el pie del acelerador y siguió cercando el área verdiblanca. Todo pasaba por los pies de Vinicius, velocista y agitador del juego del campeón. Poco de Rodrygo, tímido y discreto como si añorara su papel de revulsivo desde el banquillo. Una falta de Benzema que se fue alta y un centro algo llovido al que no llegó Karim, un poco desequilibrado, fueron los avisos del Madrid antes del minuto 40.
Y al descanso se fue el duelo con 1-1. Y del descanso volvimos con la enésima ocasión para el Real Madrid. La desperdició Benzema en boca de gol. Y la siguiente la sacó Luiz Felipe en boca de gol tras un remate a bocajarro de Karim. El Real Madrid, desatado, empezaba a merecer el segundo. Parecía cuestión de tiempo que cayera.
Un Madrid fallón
Disfrutaba y sufría el Bernabéu a partes iguales. Vinicius y Rodrygo derrapaban entre los defensas verdiblancos, incapaces de detectar tanta velocidad. Benzema, fallón y desconectado, esperaba su oportunidad para ajusticiar al Betis. Ancelotti mascaba sus cambios como si fueran sus queridos chicles. Quizá demasiado arsenal en el banquillo para su capacidad de decidir, como si estuviera un bufé libre y sólo pudiera elegir cinco platos. Eligió a Valverde por Camavinga, decepcionante otra vez como titular, en el 62.
Y tardó dos minutos en agitar el partido. Y el marcador. Subió Carvajal casi por primera vez en el partido. Se la puso a Valverde en el pico del área, el uruguayo levantó la cabeza y se la puso a Rodrygo, que remató de primeras y su disparo, fácil y amable, se coló entre las manos de Rui Silva. El Real Madrid, por fin, encontraba el gol que había merecido hacía tiempo.
Siguieron fallando ocasiones los de Ancelotti, que no dejaban de atacar a un Betis inerme. Carletto seguía pensándose el segundo cambio. Lo hizo doble en el 79: Kroos y Ceballos por Modric y Rodrygo. El técnico del Real Madrid buscaba más guardar la ropa que nadar. Y lo hizo bien el campeón de Liga, que se adueñó de la pelota para no pasar agobios en las postrimerías del duelo.
El Betis lo intentó con más interés que acierto pero al final la victoria cayó del lado del Real Madrid, que había acumulado méritos de sobra para una goleada. Sólo la desidia de Benzema y la falta de puntería del resto evitaron que el Betis se volviera para Sevilla con un saco de goles en el zurrón. Los de Ancelotti inician la Liga con un perfecto cuatro de cuatro. Y eso es lo que cuenta.