Primer asalto para el Madrid
El Real Madrid ganó al Atlético en un derbi anodino al que dieron lustre los golazos de Rodrygo, Julián Álvarez y Brahim
Los de Ancelotti dominaron la pelota y el equipo de Simeone se limitó a defenderse y fiarlo todo a la vuelta en el Metropolitano
El Real Madrid ganó al Atlético en un derbi feo y anodino al que dieron lustre los golazos de Rodrygo, Julián Álvarez y Brahim. Los de Ancelotti dominaron la pelota y el equipo de Simeone se limitó a defenderse y fiarlo todo a la vuelta en el Metropolitano. Vinicius y Mbappé en el Madrid y Griezmann en el Atleti, desaparecidos en el Bernabéu.
Valverde llegaba al derbi. Más justito de tiempo que un artificiero desactivando una bomba en una película, pero llegaba. Fede es El Cid de este Real Madrid: hay que sacarlo al campo de batalla aunque lleve tres días muerto. Sin Ceballos ni Bellingham, al menos Ancelotti tenía una buena noticia para componer la alineación prevista para vérselas con el Atlético, enemigo venido a más y que llegaba al Bernabéu crecido (o crecidito).
El once del Real Madrid tenía al dúo de gabachos Tchouaméni-Camavinga en el doble pivote que son un poco Milli Vanilli: aparentan mucho pero juegan poco. Y tenía también a Brahim de mediapunta porque Modric ya no está para estas batallas. Ah, y a Asencio, que se ha ganado la camiseta de titular a puro huevo. Y que, de carrerilla, sonaba así: Courtois; Valverde, Rüdiger, Asencio, Mendy; Tchouaméni, Camavinga; Rodrygo, Brahim, Vinicius; y Mbappé.
Enfrente Simeone apostaba por la doble L, Lenglet y Lino, en detrimento de Le Normand y Gallagher. El Atlético tenía un plan muy claro: que no le corriera el Madrid a la espalda, así que repliegue intensivo alternando con la presión alta, y a confiar el ataque a las incursiones de Griezmann y Julián Álvarez. Y con estos once salía el Atleti al Bernabéu: Oblak; Llorente, Lenglet, Giménez, Galán; Giuliano, De Paul, Barrios, Lino; Griezmann y Julián Alvarez.
Pitaba el francés Turpin, un colegiado fiable de esos que tanto gustan a la UEFA. Nos dieron las nueve y echó a rodar la pelota sobre el techado césped del Bernabéu. El duelo nació con más prudencia que un abuelo entrando a la bañera. Tocaba (lento) el Real Madrid, replegaba juntito el Atlético. Ambos equipos se tanteaban con respeto. Todo parecía tranquilo, pausado, demasiado plácido.
Rodrygo pica primero
Parecía, claro. Porque antes del minuto 4 Fede Valverde vio el desmarque de Rodrygo por la derecha y le puso un pase en ventaja. Se la comió Javi Galán, que fue a rebufo del brasileño. Trazó la paralela al área grande sin que Lenglet le achicara el espacio y se sacó un disparo al palo largo ante el que nada pudo hacer Oblak. Golazo que ponía por delante al Real Madrid casi sin bajar del autobús.
El roto de Rodrygo se hizo más grande cuando, un minuto después, le volvió a ganar la espalda a Galán, que le agarró por el brazo en el área. Ni Turpin ni el VAR pitaron nada pero contacto había, oiga. Si hubiera sido en el otro área, habríamos tenido comunicado de Miguel Ángel Gil, tuit de la cuenta oficial del Atlético y otro de Pablo Maffeo, que se mete en todas.
Desatado el Madrid cabalgaba a lomos de Fede Valverde. Se asomó Vinicius al derbi para trazar una buena diagonal pero resolver mal en el área por no mirar a Mbappé. Sufría el Atlético pero el Madrid empezó a levantar el pie. Seguía dominando, sí, pero sin vértigo. Era casi una posesión eterna que buscaba marear al Atleti más que hundirle en su área.
Julián pica después
Caían los minutos y el Real Madrid tuvo alguna llegada a balón parado, como una peinadita de Rüdiger que atrapó bien abajo Oblak. Respondió el Atlético con un picotazo de Julián Álvarez en su primer disparo a puerta. El argentino dribló a Camavinga en el pico del área y se cascó un disparo combado ante el que nada pudo hacer Courtois. Sin duda, uno de los goles de la temporada que equilibraba un derbi que el Madrid parecía tener bajo control.
Y con el gol de Julián Álvarez volvió a languidecer el derbi, lento y aburrido, hasta el descanso. Del que volvimos con los mismos protagonistas y el mismo ritmo cansino y miedoso en ambos equipos. Intentó presionar algo el Real Madrid, consciente de que la vuelta ya no la iba a tener en su casa. También trató de estirarse algo el Atlético, que había olido la sangre.
La tuvo De Paul en el 53 en un pase elevado en el área pequeña. Debió volear pero intentó pincharla y se le escapó entre las piernas. A la vuelta se cumplió la ley del fútbol. Fue una jugada de fútbol sala de Brahim dentro del área rojiblanca. Sentó a Giménez en una baldosa y la puso con un toquecito sutil al palo largo de Oblak. Otro golazo, el tercero de un derbi mustio al que estaban maquillando tres magníficos tantos.
Brahim maravilla
En el 60, antes de lo previsto, Ancelotti metió a Modric por Camavinga. El técnico madridista señaló al francés por su error en el gol de Julián Álvarez y por su discretísimo partido. Respondió Simeone con dos sustituciones: Nauel Molina por Giuliano y Gallagher por Lino. El derbi seguía sin valer un pimiento pero, al menos momentáneamente, lo ganaba el Real Madrid.
Brahim, desatado por el gol, hacía de las suyas entre la defensa del Atlético y la tuvo en el 68. Ancelotti y Simeone preparaban más cambios. En el Real Madrid iba a salir Lucas Vázquez y en el Atleti Le Normand. El cambio del Cholo era arriesgadísimo e incomprensible, pero vete tú a saber si le salía bien: Le Normand por Griezmann. Y luego otros dos: Correa y Sorloth por Barrios y De Paul.
En el 82 Fede Valverde dijo basta y le sustituyó Lucas Vázquez. Eran los últimos minutos de un derbi que todavía seguía abierto. Lo intentó el Atlético sin demasiada fe ante un Real Madrid que decidió dedicarse a guardar el valioso 2-1. Y con una ocasión postrera de Vinicius, al que no dejó rematar Marcos Llorente, llegó el final de un derbi feo y anodino, al que dieron lustre los tres golazos y que deja todo abierto para la vuelta en el Metropolitano. Pero esa ya será otra historia.