Vinicius juega en otra Liga
Vinicius puede con todos. Rivales, aficiones, racistas, haters, periodistas, árbitros… Con todos. El brasileño, en estado de gracia, lideró al Real Madrid en El Sadar y le guió a una merecida victoria ante Osasuna con una actuación soberbia. Desbordó, dribló y asistió para que Fede Valverde hiciera el primero. Luego marcó el segundo, aunque se lo anularon, pero la irrupción postrera de Álvaro Rodríguez entregó a Asensio el 0-2 definitivo que dio la victoria al Madrid.
En la semana en la que se conoció el dopaje arbitral del Barcelona y a tres días de jugar ante el Liverpool en una Champions que parece menos manipulada que la Liga, el Real Madrid visitaba el siempre incomodísimo estadio de El Sadar, uno de esos campos donde para el Madrid siempre pintan bastos. O sanfermines y les toca esquivar cornadas por el césped como si bajaran por Estafeta. Partido incómodo, de esos en los que hay que remangarse y sudar los tres puntos.
Ancelotti tenía más bajas que el Congreso de los Diputados en vísperas de un puente. Ni Mendy, ni Tchouaméni, ni Kroos, ni Benzema habían entonado aquello de a Pamplona hemos de ir. Volvían Courtois y Vinicius, palabras mayores en un Real Madrid necesitado de jugadores que marquen las diferencias en las áreas. En defensa se consolidaban Nacho y Alaba como laterales, con Rüdiger y Militao en el centro. Por delante Camavinga en el ancla con Ceballos y Modric para tejer el juego. Arriba, Fede Valverde y Vinicius ocupaban los costados y a Rodrygo le tocaba otra vez ponerse el traje de Benzema.
Un once competitivo para medirse a un Osasuna solvente, bien clasificado en Liga y semifinalista de la Copa. Poco más se puede pedir al equipo de Arrasate, que hace milagros con lo que tiene. Y los rojillos salieron a por todas desde el inicio. Lucas Torró se llevó puesto a Camavinga en una acción alevosa merecedora de una roja que Munuera Montero dejó en amarilla. Era roja pero se libró por temprana.
La jugada excitó al Madrid, que raudo empezó a buscar a Vinicius por el costado izquierdo como el PSOE busca a Tezanos. El brasileño no se arrugó y ganó el pulso a Moncayola, que le hizo una asistencia involuntaria tras el enésimo pase genial de Ceballos que habilitó a Vini ante Sergio Herrera. El meta de Osasuna salvó el 0-1 en el mano a mano de forma agónica y milagrosa.
Ida y vuelta en El Sadar
Reaccionaron los locales agitando el partido y llevarlo al caos. El Madrid se siente cómodo ahí pero a cualquiera se le disparan los pulsos. Courtois hizo la parada nuestra de cada día antes del cuarto de hora y luego Fede Valverde también holló el área rojilla con una media volea que se marchó fuera en el 17. El partido no tenía respiro.
A cada golpe de Osasuna repicaba el Madrid con otro. El vértigo se apoderó de un duelo sin amo. Pero los minutos caían y las porterías llegaron vírgenes a la media hora. Y en el 32 otra vez Vinicius, principio y fin de todos los ataques de los blancos, la tuvo en una incursión en el área que no acabó con un final feliz. Lo celebró El Sadar con un respiro de alivio como si hubieran superado indemnes una inspección de Hacienda.
La siguiente fue para Osasuna al filo del descanso. Una mala salida de balón de Nacho provocó que la pelota le llegara a Budimir en la frontal. Por suerte para el Madrid la pelota se marchó a la izquierda de un courtois que salió indemne. Antes de abrochar el primer tiempo Vinicius vio la amarilla de rigor por encararse con Moi Gómez en una de esas pendencias en las que a veces se mete el brasileño sin necesidad. La tarjeta enfadó (por no decir encabronó) a Ancelotti, que se fue a pedir explicaciones al árbitro en el descanso.
Atasco
Del que volvimos con el 0-0 y sin cambios. Rodrygo pudo marcar a las primeras de cambios en una acción en el pico del área que culminó con un disparo cruzado que marchó fuera. Luego a Vinicius le anularon un golazo por fuera de juego. Y sí, justo es decirlo, estuvo bien anulado. Vini se vino arriba y a punto estuvo de marcar un gol que habría rubricado el mismísimo Messi, pero quiso regatear hasta a su sombra y se le apagó la luz ante Sergio Herrera y acabó chocándose contra el meta de Osasuna, que le rebañó la pelota con el pie.
Respondió Osasuna en el 62 con una acción de Moi Gómez que murió en el palo izquierdo de Courtois. El Real Madrid, que dominaba el juego, no le daba para asediar a Osasuna porque todas las jugadas de ataque empezaban y acababan en Vinicius. Era Vinicius o nada. Y de nuevo el brasileño tuvo otro mano a mano ante Herrera, tan clamoroso com el primero, que volvió a sacar el meta rojillo.
Carvajal por Nacho en el 76 fue el segundo cambio del Real Madrid. El primero había sido Asensio por Ceballos. A los de Ancelotti se les agotaba el tiempo y no parecían encontrar el camino. Pero Vinicius siguió insistiendo una y otra y otra vez. Y así fue hasta que en el 77 Vini se internó por la banda y vio a Fede Valverde, que llegaba de segunda línea y se la puso para que sólo tuviera que empujarla. El Real Madrid, por fin, encontraba el gol que se había merecido.
En los minutos postreros Ancelotti metió al joven uruguayo Álvaro Rodríguez por un desfondado Rodrygo. El Real Madrid no tuvo ni que sufrir en los minutos finales. Emergió Modric, que será suplente en Anfield, y apareció también un veterano como Alaba. Y hasta el canterano Vinicius puede con todos. Rivales, aficiones, racistas, ‘haters’, periodistas, árbitros… Con todos. El brasileño, en estado de gracia, lideró al Real Madrid en El Sadar y le guió a una merecida victoria ante Osasuna con una actuación soberbia. Desbordó, dribló y asistió para que Fede Valverde hiciera el primero. Luego marcó el segundo, aunque se lo anularon, pero la irrupción postrera de Álvaro Rodríguez entregó a Asensio el 0-2 definitivo que dio la victoria al Madrid. tuvo tiempo para comandar una contra, asistir a Vinicius con un toque sutil y que el brasileño abrochara el 0-2. El VAR revisó la acción y lo anuló de forma poco comprensible, pero aun así a los blancos les dio tiempo para que en una acción calcada del uruguayo asistiera esta vez a Asensio y, a la segunda, hiciera el segundo. Este sí valió como los tres puntos que se llevó el Real Madrid de Pamplona que saben a gloria.