La frase que siempre acompaña a Álvaro Rodríguez, el toro de Valdebebas
Álvaro Rodríguez está viviendo una montaña rusa de emociones. Desde que el sábado entrase en la convocatoria del Real Madrid para el duelo que enfrentó a los blancos con el Sevilla en el estadio Santiago Bernabéu, no ha dejado de recibir noticias tan buenas como emocionantes. Y es que, el delantero hispano-uruguayo del Castilla repitió este domingo citación con el primer equipo para el encuentro que medirá a los hombres de Carlo Ancelotti con el Leipzig en la quinta jornada de la fase de grupos de la Champions.
El delantero del Castilla ha caído de pie en el vestuario del primer equipo, donde ha encontrado en la figura de Fede Valverde su mejor apoyo. La sangre uruguaya que corre por las venas de ambos ha facilitado una relación donde el mediocentro, uno de los mejores jugadores del momento, está ejerciendo de hermano mayor. Está pendiente de Álvaro, le aconseja y éste le admira. De hecho, tras el duelo contra el Sevilla no dudó en pedirle su camiseta. Otros que fueron canteranos y ya son veteranos como Lucas Vázquez y Nacho Fernández también le están arropando.
Los que mejor conocen al toro de Valdebebas, como le apodan por la ciudad deportiva, aseguran que todas estas emociones las está gestionando muy bien. “Es un chico tranquilo, muy sensible, emocional y buen compañero. En definitiva, un cacho de pan muy valiente”, explican los que están a su lado. Los mismos que velan porque su entorno siga siendo tan equilibrado como lo es hasta el momento. “Todos sumamos”, aseguran.
A pesar de que Álvaro está viviendo momentos importantes en su carrera, los que le rodean le dejan claro que su equipo es el Castilla y lo más importante es el siguiente partido. Cuando estaba en el banquillo del Santiago Bernabéu lo que realmente le iba a permitir seguir creciendo era el duelo contra el Deportivo de La Coruña, mientras que ahora su gran encuentro tiene que ser el próximo sábado frente al Celta. No obstante, nadie esconde que debutar en Champions con el 14 veces campeón de Europa sería algo único. Ese es el deseo, pero la realidad es el filial y es aquí donde la frase que siempre le acompaña toma sentido: “Con los sueños en el cielo y los pies en el suelo”. Una manera de entender la vida que a este joven de 18 años que todavía reside en la residencia del Real Madrid le está llevando por la senda del éxito.