El Atlético descabeza al Madrid
El Atlético bajó al Real Madrid del liderato y gobernó el derbi ante un equipo blanco que salió dormido en ambas partes y al que penalizó la incomprensible alineación de Ancelotti
El Real Madrid cayó con todo el equipo en un derbi que el Atlético gobernó como le gusta a Pedro Sánchez: casi sin oposición. Los blancos no se presentaron en el Metropolitano y Ancelotti sufrió un terrible ataque de entrenador que se tradujo en una alineación imposible. El equipo de Carletto encajó tres goles de cabeza, dos en el primer minuto de cada tiempo. Morata firmó un doblete que celebró como si le hubiera tocado el bote del Euromillón. Desastre defensivo del Madrid, que perdió su primer partido de la temporada y, de paso, el liderato de la Liga.
A Ancelotti le dio un ataque de entrenador. El entrenador del Real Madrid, poco dado a esos repentes, se cepilló de un plumazo a Tchouameni, que no deja de ser un mediocentro a medio terminar, y a Joselu, de oficio suplente, y se la jugó con la vieja guardia en el Metropolitano: Kroos y Modric. Atrevido y arriesgado como un cincuentón en tanga.
La ausencia de última hora de Vinicius, que iba directo al once titular, trastocó los planes de Carletto, que se lio la manta a la cabeza para disponer un equipo plagado de centrocampistas y con Rodrygo como único delantero puro. Tampoco es que el Real Madrid vaya sobrado de atacantes, ya saben.
Por detrás Lucas Vázquez y Fran García tenían la obligación de ensanchar el campo de los laterales para un equipo sin extremos. Alaba y Rüdiger guardaban las espaldas de Kepa, mientras que Kroos, Camavinga y Valverde debían repartirse la medular con Modric y Bellingham más liberados para acompañar a Rodrygo. El árbol de Navidad que Ancelotti inventó en el Milan de Kaká.
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Atlético – Real Madrid: un derbi sin amnistías
— okdiario.com (@okdiario) September 24, 2023
Enfrente Simeone también tenía más ausencias que el Congreso de los Diputados en vísperas de un puente. Apostó de inicio en el once del Atlético por Giménez y Koke, recién salidos ambos de sendas lesiones. No hubo demasiadas sorpresas en el resto porque la convalecencia de Memphis, que llegaba justito al derbi, le da la camiseta de titular a Morata, irregular y desesperante como la filmografía de Almodóvar. Los rojiblancos afrontaban el derbi con un once formado por Oblak; Nahuel, Savic, Giménez, Hermoso, Lino; Koke, Llorente, Saúl; Griezmann y Morata.
Por fin nos dieron las nueve y empezó el derbi. Exigido el Atlético, siempre cuestionado el Real Madrid, al que le creen las crisis aunque gane. Apretaron los del Cholo espoleados por un ambiente espeluznante en el Metropolitano. Retrocedieron los blancos dispuestos a capear el temporal colchonero en los primeros compases. El Madrid cazó un par de contras que silenciaron a la parroquia local, pero el Atlético dio primero.
Fue Morata el que abrió el marcador del derbi con un certero cabezazo a centro de Lino desde la izquierda. Pecó el Real Madrid de pasividad al encimar al lateral rojiblanco, tanto Valverde como Lucas Vázquez, y se comió Alaba tanto el centro como la marca del delantero rojiblanco. Vamos, lo de siempre: que el Madrid arranca un partido perdiendo antes del minuto cinco.
El Atlético pega dos veces
Ocurrió antes contra el Almería, el Getafe y la Real Sociedad y se repitió en el derbi. El equipo de Ancelotti sale a los partidos perezoso y despistado y lo paga caro. A lo mejor es que les gusta remontar, vaya usted a saber. Se puso el Real Madrid manos a la obra y replegó el Atlético como tanto le gusta al Cholo. Una falta botada por Alaba en el minuto 15 fue el primer aviso serio de los blancos. La barrera evitó males mayores.
La respuesta del Atlético volvió a ser letal. Si Morata había hecho el primero, Griezmann logró el segundo. Fue un gol casi calcado al primero, aunque esta vez salieron en la foto Lucas Vázquez, que llegó tarde al centro de Saúl, y Camavinga, que se comió la llegada de Griezmann. Pues nada, 2-0 y Kepa de portero. Ancelotti se le ponía cara de vinagre. Su árbol de Navidad daba un fútbol caducifolio.
Koke campaba a sus anchas en el derbi ante un Real Madrid plagado de centrocampistas zombis que llegaban tarde y cansados a todos los sitios. Un disparo lejano de Camavinga al filo de la media hora se envenenó tras tocar en el pie de Morata y casi le da un disgusto a Oblak. Acabó en córner cabeceado por Fede Valverde y atrapado sin problemas por el meta del Atlético.
Evitó después Kepa el tercero para sacar una mano abajo que abortaba el gol de Saúl que habría finiquitado el derbi en media horita. Se cumpliría, si bien con cinco minutos de retraso, la ley del fútbol y el Atlético, que había perdonado al Real Madrid, lo pagó en forma de gol de los blancos. Lo marcó Kroos, que sacó de la chistera un control con el pecho, un regate seco para romper la cintura de Llorente y un disparo raso y tóxico, que botó delante de Oblak y se coló por el palo corto.
Ya llovía menos para Ancelotti, que entonó su rostro como si se hubiera tomado un caldito. El gol espoléo a un Real Madrid picado que encerró a un Atlético que pedía la hora con impaciencia. Parecía que el 2-2 podía llegar en cualquier momento porque los del Cholo no salieron de su área en los minutos finales del primer tiempo. Lo marcó Camavinga tras un rechace de a un remate de Alaba. El colegiado lo anuló por un fuera de juego de Rüdiger, que no intervenía en la jugada, y el VAR se hizo el sueco.
Arberola indulta a Giménez
Dos minutos después Arberola perdonó una roja clamorosa a Giménez por un entradón a Rodrygo en el costado derecho del área cuando el brasileño se marchaba directo a la portería de Oblak. Con la amnistía del colegiado al central del Atlético ante la incredulidad de los jugadores del Real Madrid nos fuimos al descanso en un derbi que tuvo de todo en la primera mitad. Hasta fútbol.
Reaccionó Ancelotti con una celeridad impropia en él. Al descanso sentó a Modric, que ya no está para estos trotes, y metió a Joselu para volver al sistema habitual. También quitó El Cholo a Koke, que tenía la gasolina justa para aguantar medio derbi.
El Real Madrid, para variar, cometió el mismo pecado que el primer tiempo y se dejó meter un gol a los 33 segundos. Fue de nuevo Morata el que se aprovechó de la empanada defensiva de los blancos y volvió a ganar la espalda a Alaba para cabecear a la red ante un Kepa al que podría habérsele caído el larguero encima porque sale menos que un jubilado en la pandemia.
Con el equipo de Ancelotti otra vez dimitido, el Atlético rondó el cuarto. Lo evitó el travesaño que se interpuso entre un cabezazo de Mario Hermoso y el gol. Carletto no aguantó más y metió de golpe a Nacho, Mendy y Tchouaméni y sacó a Lucas, Fran García y Camavinga. Señaló a los tres, sobre todo a los dos laterales, que habían perpetrado un horripilante derbi.
El Madrid aprieta sin premio
Volvió a apretar el Real Madrid y volvió a replegarse el Atlético. Con 25 minutos de derbi por delante, más el añadido, a los de Simeone se les podía hacer largo el partido. El Cholo metió a Azpilicueta para reforzar su costado derecho. Asediaban los visitantes. Trabajaban los locales achicando agua en su propio área. Tchouaméni y Rüdiger calcaron disparos que se marcharon fuera por muy poco. Ancelotti metió a Brahim por Kroos en el 70. Era la última bala.
Precisamente fue Brahim el protagonista de la siguiente ocasión del derbi al romper por velocidad a Giménez y disparar escorado ante Oblak, que metió una buena mano arriba. Pero al Real Madrid se le estaba agotando el tiempo. El Metropolitano trataba de sostener a un Atlético que estaba a merced de las acometidas de un incisivo Brahim.
Perdió tiempo Simeone con sendas sustituciones en los minutos finales. Hizo su show como en tantos otros derbis. Le salió bien porque consumió un buen rato para hacer un par de cambios. Su equipo siguió replegado e hizo valer en las postrimerías del partido esa renta de dos goles que había conseguido tanto por méritos propios como por deméritos del Real Madrid.
Seis escasos minutos fue el escaso descuento que señaló el casero Arbeloa. El Metropolitano ya degustaba el triunfo en el derbi ante un Real Madrid que no supo entrar al partido en ninguna de las dos partes. Los blancos pagaron con la derrota su falta de concentración e intensidad. El Atlético vuelve a aferrarse a la Liga y el equipo de Ancelotti pierde la cabeza de la Liga, que está, como el Gobierno de España, en manos de los catalanes. En este caso, del Barça y del Girona.