Champions: Sheriff - Real Madrid

El Sheriff es el Madrid

Si hay un sheriff en la Champions es el Real Madrid. Y no hace prisioneros sino que, como decía aquel anuncio de insecticida, los mata bien muertos. Los blancos se pasearon en Tiraspol y sellaron el pase a octavos con una contundente y cómoda victoria. Alaba, Kroos y Benzema firmaron los goles del equipo de Ancelotti, que se permitió el lujo de rotar a sus defensas en la última media hora de partido.

Ancelotti es más previsible que el final de Titanic. No hace falta ser Sherlock Holmes para adivinar sus alineaciones. Las rotaciones ya le pillaron mayor, así que prefirió quedarse con su chalequito de punto, su Nokia con la alarma para los cambios y su librillo de la vieja escuela, desgastado de tantos y tantos partidos. Lo que funciona no hay que arreglarlo, así que a tirar de los mismos once hasta que el cuerpo les aguante.

Ante el Sheriff, el equipo que impuso su ley (la de la potra) en el Bernabéu, Carletto casi calcó el equipo que ganó en Granada. Los cambios de Militao por Nacho y Rodrygo por Asensio fueron los únicos asterisco en la alineación de gala un Real Madrid que ya hasta el más despistado se sabe de carrerilla: Courtois; Carvajal, Militao, Alaba, Mendy; Casemiro, Kroos, Modric; Rodrygo, Vinicius y Benzema. Y con estos once debían los blancos sellar su pase a los octavos de la Champions, la competición que cortejan como nadie.

En estas y otras reflexiones menos productivas me cogió el inicio del partido. Que nació vertiginoso con un Sheriff descarado y un Mendy atribulado. Tres minutos tardó el lateral del Real Madrid en pegar su primer centro con su pie de ladrillo y en ver una amarilla estúpida y justa. Los blancos se preparaban para sufrir ante un rival entre osado y kamikaze.

Hubo que esperar hasta el minuto 7 para que el Real Madrid empezara a asomarse al área del Sheriff. Lo hizo con una maniobra individual de Rodrygo, que se internó por la derecha y puso un pase de la muerte en busca de Benzema abortado por un zaguero local. Fue la espoleta para que el equipo de Ancelotti se disparara a por el partido.

Partido de ida y vuelta

No se arrugó el Sheriff, cuyos jugadores son de gatillo fácil. Veloces arriba y, a falta de toque, juego vertical. Y primitivo. El Real Madrid opuso la jerarquía de Kroos y Modric, que llevan más tiempo gobernando la Champions que Jordi Hurtado en Saber y ganar. La pelota era visitante pero las contras, locales. Sea como fuere el primer cuarto de hora se nos consumió con el 0-0.

Rodrygo merodeó el gol en el 17 tras una jugada cosida a mano (a pie, digo) entre Kroos, Casemiro y Carvajal, pero su disparo raso lo rechazó con pulso firme el meta Athanasiadis. El peligro del Real Madrid pasaba por los pies del brasileño ante un Vinicius que no había comparecido al partido.

No pasó gran cosa hasta la media hora de juego, cuando un rival se llevó puesto a Casemiro en la frontal y provocó una falta peligrosa. Alaba se la pidió. Alaba la tiró y Alaba marcó… con ayuda de un rival, que desvió el disparo del austriaco y despistó a Athanasiadis. El 0-1 era una grandísima noticia para un Real Madrid que no estaba viviendo un partido nada plácido.

El tanto frenó el ímpetu del Sheriff y ratificó al Real Madrid en sus postulados. Mantener la pelota y seguir atacando. Y así llegó el segundo al filo del descanso. Lo marcó Kroos con el putt que tiene por pie derecho, aunque la jugada la habían gestado por la banda derecha Carvajal, Rodrygo y Vinicius. El toque final del alemán fue de una plasticidad, de una sutileza y de una precisión propia de uno de los mejores centrocampistas de todos los tiempos. Y con el tanto de Kroos nos fuimos al descanso con 0-2 y el partido más que encarrilado para el Real Madrid.

Por la vía rápida

En la reanudación el Sheriff se fue ya a tumba abierta en busca de un gol que le metiera en el partido. El Real Madrid se lo tomaba con calma, quizá con un peligroso punto de suficiencia. Pero, las cosas como son, los de Ancelotti se veían superiores a los locales porque lo eran. Toque a toque, metro a metro, el Madrid iba acorralando otra vez al Sheriff en su propio área.

Así acabaría llegando el tercero en el 54. Los blancos se iban asomando al área local tanto que hasta el atolondrado Mendy se plantó por allí, se la dio a Benzema y Karim levantó la cabeza y se la puso junto al palo derecho a Athanasiadis. Pues 0-3 y partido más que resuelto.

Ancelotti movió entonces el banquillo y lo hizo antes de su habitual minuto 75: Marcelo por Mendy, Nacho por un tocado Alaba y Lucas Vázquez por Carvajal. Quedaba casi media hora de juego en un duelo sin historia más allá de los intentos del Sheriff por lograr el tanto del honor. Pudo haberlo hecho en el 66 si no se llegan a cruzar primero Courtois (su parada nuestra de cada día) y después el poste.

El Real Madrid llevaba tiempo ya pensando en el duelo del domingo ante el Sevilla, mientras el Sheriff seguía a lo suyo. Los minutos fueron cayendo con una desesperante lentitud. Los blancos se defendían con la pelota en posesiones largas y un poco insulsas a veces.

Afortunadamente, el partido se fue muriendo sin incidencias hasta que el colegiado señaló el final y el Real Madrid selló su pase a octavos de la Champions. Por cierto, el único equipo español que se clasifica a falta de una jornada para acabar la primera fase. Ese es el nivel de nuestro fútbol al que nos ha condenado Tebas. Pero esa es otra historia.

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