Ancelotti desató el caos táctico que destruyó al Madrid
El Barça tritura al Madrid
Los talismanes del Madrid, Ayuso y Almeida, no fueron al Bernabéu y los blancos se hundieron
El provocativo tuit de Piqué desde el vestuario del Bernabéu
Carlo Ancelotti fue el principal señalado del Clásico. El técnico tuvo dos ataques de entrenador en un mismo partido y su equipo lo terminó pagando con una goleada. El italiano decidió colocar a Luka Modric como falso delantero centro para intentar paliar la baja de Karim Benzema con fatales consecuencias. Posteriormente optó por poner a tres centrales tras el descanso siendo un auténtico desastre táctico para los blancos encajando dos goles en siete minutos con este sistema.
Poco o nada importó que el Barça viniese cansado de Turquía tras pasar a cuartos de final de la Europa League. El Madrid salió cómo si no se hubiese preparado el encuentro poniendo a un Modric que no sabía ni dónde estaba en el campo. La descoordinación en la presión era evidente con el croata y Kroos corriendo como pollos sin cabeza.
El Barça dominaba la posesión sin aparente esfuerzo y eso que el Madrid se afanaba en la presión alta confiante en las piernas jóvenes de Valverde, Vinicius y Rodrygo. La sensación, sin embargo, era de escasa preparación de partido y todo eso unido a que no había un ariete para rematar las escasas aproximaciones blancas. Ancelotti estaba siendo bailado por un Xavi que tenía muy claro dónde apretar.
El descanso fue un intento a la desesperada de Ancelotti por desatar el caos. Quizá inspirado en el trance que vivió el equipo en la vuelta de los octavos de final de la Champions, Carletto metió a Camavinga y Mariano buscando el riesgo y el vértigo, pero a cambio optando por una defensa experimental de tres centrales.
El Barça, viendo el tres contra tres, se relamió y en apenas siete minutos logró tres manos a manos con Courtois con dos de ellos que fueron a la jaula. El desastre táctico era de tan altas magnitudes que el italiano desistió en su idea con el 0-4 colocando a partir de entonces a Casemiro como central.
El equipo blanco mejoró levemente en lo que restó de encuentro, pero no le dio ni lo más mínimo para inquietar a un Barça que revivió los mejores día de Xavi como jugador en el Bernabéu. Ancelotti, casi sin querer, puso en peligro su puesto de cara a la próxima temporada.